Navidad: una oportunidad para reconectar con Dios

La navidad no se trata de recibir, consiste en reconectar con tu niño interior, ese que celebraba estas fechas con amor.

Erika Patricia Otero

Cuando era niña, la Navidad era un tiempo muy especial; bueno, así es para los niños de todas las épocas. Recuerdo sentarme frente al árbol y mirar ensimismada los brillantes colores de las bolas de cristal y las luces palpitantes.

Con ansiedad infantil esperaba que llegara el 7 de Diciembre para celebrar el “alumbrado” o día de las velitas. En realidad, ese día los católicos celebran la inmaculada concepción de la virgen; sin embargo, los niños lo esperamos con alegría porque es sinónimo del inicio de la Navidad.

Las cosas cambian cuando uno se hace adulto, y conforme pasan los años, el tiempo pasa más rápido. Por ejemplo, para mí, la última Navidad fue hace solo unos pocos meses. Esto me hace sentir que no deja tiempo para hacer todo lo que me gustaría; entre esto, ser más espiritual.

Yo no profeso ninguna religión en particular. No soy atea; estoy abierta a todo conocimiento que me ponga en contacto con ese ser superior que muchos llaman Dios, incluyéndome. Sin embargo, aunque trato de mantener un contacto estrecho con Él, a veces me falla la perseverancia.

Sé que cualquier momento es apropiado para fortalecer la cercanía con Dios. Aun así, la cotidianidad nos embarga y casi siempre lo dejamos para último momento, un grave error.

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El diario vivir puede ser abrumador, pero esto no es excusa para alejarse de lo único que puede mantenernos cuerdos. Pese a esto, si este es tu caso, puedes aprovechar la Navidad y toda su alegría para reconectar con Dios.

La navidad no se trata de regalos

Aunque esto sea lo que traten de vendernos los medios de comunicación, la Navidad no se trata de regalos. Sí, es una muestra de amor, pero eso está lejos de ser su propósito real.

La época navideña debería centrarse en reconciliarse con las personas con las que no te llevas bien; también debería ser un tiempo de dar y recibir amor.

Claro que puedes dar y recibir obsequios, pero no limitarte a eso. Puedes poner en tus oraciones a tus amigos, e incluso a tus enemigos. Debes poner una vela por cada persona del mundo que sientas que necesita amor y fortaleza.

¿Por qué “reconectar” con Dios en Navidad?

Cuando era niña, había algo que me gustaba de la navidad aun más que los regalos o la comida; eran las novenas de aguinaldos. Me encantaba ir de casa en casa y rezar los 9 días, desde el 16 hasta el 24 de diciembre. Me encantaba la fe y la devoción con la que las personas oraban y cantaban los villancicos.

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Creo que podía sentir la energía bonita que salía de las personas. En ese tiempo mi fe no tambaleaba como ahora; es que cuando uno es niño es más fácil creer que todo es posible.

Desde ese tiempo hasta ahora muchas cosas han cambiado. Me es imposible ver las cosas de manera sencilla; sin embargo, en Navidad todo parece posible, todo es más hermoso.

Todo empieza con la decoración de la casa. Si tu familia es como la mía, seguramente tienen adornado su hogar con motivos navideños desde hace unos días atrás. Todos estos preparativos son la antesala de reuniones familiares que se prestan para que todos se sientan acogidos y amados; y desde luego, más cerca de Dios.

Las familias latinoamericanas, aun más sin son creyentes, aprovechan las festividades para hacer oraciones y novenas de aguinaldos. Estas reuniones realmente pueden y tienen un poder increíble que hace que vuelvas a creer como cuando eras niño.

Para ser franca, cada vez que oro mientras se hacen las novenas, me siento más cerca de Dios; siento que de verdad Él me escucha.

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Navidad tiene esa magia especial que hace que muchos queramos retomar nuestra relación “perdida” con Dios.

Cómo puedes retomar tu relación con Dios en Navidad

La respuesta es: dándote la oportunidad de creer nuevamente. ¿Cómo? empieza por lo simple: leer las escrituras. Empieza por las que hablan sobre la concepción de Jesús desde el mismo momento de la anunciación.

Ese libro especifico es el evangelio de San Lucas: 1, 26-38. Desde esos versículos en adelante encontrarás toda la información del nacimiento de Jesucristo, su vida, obra y milagros. Empezar a leer este libro de la biblia puede ayudarte a hacer resurgir tu fe en Jesús y Dios.

La oración como fuente potenciadora de fe

Orar cada noche para que tu fe aumente va a ayudarte a recuperarla, pero debes ser valiente. Cuando pedimos un don lo que se presentan no es el don como tal; si no situaciones que ayudan a desarrollarlo. Por lo general no son situaciones fáciles; pese a eso, merece la pena si eres fuerte y te mantienes firme en tu propósito.

Durante las novenas, si es que en tu hogar las hacen, concéntrate en el objetivo espiritual de la Navidad.

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Piensa en todos los sacrificios que Jesús hizo para salvar a la humanidad. Añádele a eso, todas las obras maravillosas que hizo ante su pueblo como alimentarlos o sanarlos de enfermedades graves. Todos esos acontecimientos poco a poco van a llevarte a hallar el fin de creer en Dios.

También puedes realizar buenas obras. No se trata de donar dinero a instituciones y ese tipo de cosas. Puedes donar ropa y juguetes en buen estado a personas necesitadas. También puedes comprar 2 o 3 mercados pequeños y donarlos a familias menos favorecidas.

Puede ser que estos no sean grandes cosas a ojos de otras personas; las buenas obras no necesitan reconocimiento. Lo que tu necesitas es alimento para tu corazón; y eso es lo que más se requiere cuando la fe se está debilitando.

Cada uno de estos pequeños actos te reconcilian con Dios. Tú no buscas congraciarte con Él, lo que buscas es acercarte y esa es una buena forma de hacerlo.

Solo me queda dejarte mis mejores deseos de felicidad. Deseo desde lo más profundo de mi corazón que tengas un buen tiempo de amor y reconciliación. Anhelo que tu vida sea feliz y el nuevo año este colmado de bendiciones maravillosas para ti y los tuyos.

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Feliz Navidad y próspero año nuevo.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.