¿Necesitas perder, para tener un matrimonio feliz?
Si deseas saber cómo tener un matrimonio feliz, este artículo te mostrará cómo, si aprendes a ceder en algunas cosas, terminas ganando. Luego de leer un artículo, "El matrimonio es para perdedores", entendí las bases para un matrimonio feliz.
Gabriela Zuñiga
Cuando salía con mi actual esposo, me imaginaba como una esposa ejemplar, viviendo en un pedacito de cielo (mi hogar), con un esposo perfecto y creo que estamos en camino de lograrlo, pero estas cosas no aparecen como por arte de magia: uno debe esforzarse y en el camino nuestro matrimonio ha pasado por metamorfosis increíbles, cualquier parecido con vuestros matrimonios en realidad, es pura coincidencia.
Me casé el 2010 y ya van casi tres años desde que mi vida cambió y debo admitir, ya no soy igual, aparte de ser madre de un hermoso bebé de 5 meses, siento que he madurado mucho y todo es gracias a mi matrimonio, antes de casarme era propensa a los accidentes y enfermedades, de pocos riesgos, con mucho cariño por dar pero sin buscar oportunidades para hacerlo, hoy todo cambió.
Al pasar por esas metamorfosis, que son comunes en todo matrimonio porque son dos mundos diferentes que se unen, entonces es normal; y cuando me daba cuenta que me empezaba a gustar el poder tener siempre la razón, ser la que terminaba haciendo que la familia cumpliera con su capricho y ya que todo iba bien yo erróneamente creía que era lo mejor; encontré algo que cambió mi manera de pensar, el psicólogo Kelly Flanagan escribió un artículo cuyo título suena muy curioso: “El Matrimonio es para perdedores”, aquí está en inglés: Marriage is for losers. Este artículo describe tres tipos de matrimonio:
Competitivo
Es cuando ambos esposos compiten para ganar, y suele transformarse en un duelo, donde ambos cónyuges suelen estar armados con palabras o silencios. Estos matrimonios suelen destruir lo que rodean y destruirse a sí mismos.
Dominante
El segundo tipo consiste en el matrimonio donde hay uno que siempre gana y otro que siempre pierde. Ambos roles están definidos, y quien pierde, suele ser la misma persona siempre. Al encontrar este párrafo, sentí que era yo la mala y la dominante y sin saberlo estaba perjudicando mi matrimonio.
El amor como sacrificio
Entonces llega un tercer tipo de matrimonio. No es un matrimonio perfecto, tal vez ni un poco cerca a serlo, pero las personas que lo conforman han tomado una decisión, la decisión de amarse el uno al otro sin límites, y sacrificar lo más importante: a sí mismos. En este matrimonio, el término “perder” que en realidad yo lo entiendo más como saber ceder terreno, se convierte en un modo de vida y la competencia consiste en ver quién puede cuidar, servir, perdonar y aceptar al otro de la mejor manera, y esta competencia logra incrementar la dignidad y fortaleza del otro. Estos matrimonios lo forman personas que se esfuerzan por ser humildes, compasivas, misericordiosas, amorosas y pacíficas.
Al leer sobre este tipo de matrimonio mis ojos se llenaron de lágrimas y entendí que aunque esta idea era muy diferente a como muchas personas en el mundo piensan (que perder nos hace menos), era justo lo que yo quería para mi familia. Desde entonces puedo decir que soy una gran perdedora, y nuestro matrimonio es de este tipo, el más extraño, el matrimonio de perdedores. Ahora puedo decir que este tipo de matrimonio no es solo el que quiero sino el que tengo; así es, mi esposo me hace ser humilde, compasiva, misericordiosa, amorosa y pacífica.
¿Alguna vez sentiste que te encontrabas en esta situación? ¿Eras la persona que siempre tenía la razón, que siempre ganaba? O tal vez lo contrario: tal vez conozcas alguien que no sea feliz en su matrimonio, y necesita cambiar algo, pues este tipo de matrimonios, desde la lupa de mi entendimiento, es la mejor opción. Puedes compartir esta información y no sólo encontrarás una forma de arreglar las cosas, sino un modo de ser feliz y hacer feliz a la persona que amas. Además son ideas como ésta, en la que realizamos un cambio en nuestro corazón, que pueden hacer del mundo un lugar mejor.