Niños: ¿Cómo prepararnos para la primera noche fuera de casa?

Fomentamos la independencia de nuestros hijos de muchas maneras. Pero, ¿Qué pasa si una actividad propone pasar por primera vez una noche fuera de casa? ¿Cómo prepararnos para hacer de ese momento una experiencia placentera?

Laura Abbott

Lunes por la tarde, reunión de padres para organizar el acto de fin de año. Mi hija está cursando su último año en el jardín preescolar (kinder). Lo cierto es que estamos allí y antes de comenzar la reunión nos comentan que el profesor encargado del proyecto “Vida y Naturaleza” tiene algunos temas que informarnos. Comienza con la proximidad de una actividad en la que nuestros niños deben quedarse a pasar una noche en la institución como paso previo a una acampada que van a realizar a fin de año. Nos relata paso a paso las actividades y los tópicos a los que debemos responder y, acto continuo, la directora del establecimiento nos comenta la importancia de fomentar este primer acto de independencia en nuestros hijos y la forma en que debemos prepararlos. Para finalizar nos inquiere si tenemos alguna pregunta. Noto el silencio en la sala y la cara de estupor de los padres y la mía. Una madre a mi lado me comenta por lo bajo: “Es la primera vez que Juani pasa una noche fuera de casa. Estoy estupefacta porque pensé que solo veníamos por el acto escolar”. Y pensé: “Bueno, hay que prepararlos pero, a nosotros, ¿quién nos prepara?”

Reflexionando y viendo que los años pasan no solo para nosotros, sino para nuestros hijos también, me decidí a poner en práctica algunas estrategias antes de “ese” día tan cercano y con la idea que las madres que puedan estar pasando por lo mismo puedan utilizarlas.

Suelta todos los miedos

en este caso, como en cualquiera similar, los miedos no aportan. Solo sirven para agregar más tensión a la situación y para estresarte más de lo normal. Lo mejor es que alejes cualquier tipo de fantasmas y entiendas que el miedo, lo único que puede hacer, es paralizarte y no dejarte ver las cosas en forma objetiva.

No te quedes con dudas

una vez registrado tu miedo, lo más importante que puedes hacer es consultar todas las dudas sobre las situaciones que te pueden generar inseguridad. Los horarios, los pormenores de las actividades, saber si cuentan con servicio de emergencia o si las personas a cargo estarán dispuestas a informarte en caso de que tu hijo no se sienta a gusto o reclame tu presencia, es un punto de partida. Pregunta todo y todas las veces que sea necesario. Es mejor que pases por cargosa a que te quedes en tu casa angustiada o le trasmitas esa angustia a tu hijo.

Habla con él

pregúntale sobre las expectativas que tiene sobre la actividad. Hazlo sin hacer juicios de valores de tu parte. Así podrás saber si se siente seguro y cuáles son preguntas que tiene. Si lo ves entusiasmado, no le generes dudas. Es señal de que tu cachorro está listo para vivir un pequeño pedacito de su independencia. Es importante para su autoestima y es un paso crucial para que aprendas a soltarlo. Recordar su cara de alegría por esta actividad que lo ilusiona te servirá para sobrepasar tus temores y dejarlo vivir la experiencia.

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Prepáralo

y esto es un poco de lo que nos hablaba la directora, prepáralo para que la experiencia sea satisfactoria e inolvidable. No le digas que va a ser la primera noche que va a estar fuera de casa. Eso lo registras tú, no él. Dile que te sientes orgullosa de que esté creciendo y que seguramente será un hermoso momento que compartirá con sus amigos. Pero que, si en algún momento siente que hay algo que no le gusta o le molesta puede comentarle a la docente para que ella se encargue de avisarte. De esta manera se sentirá más acompañado y tú te quedarás tranquila que tu hijo avisará en caso de algún problema.

Déjalo solo

me doy cuenta de lo fuerte de esta frase. Hasta a mí me causa temor leerla ahora mismo. Pero sabrás que solo es simbólica, porque no es que estará solo. Será acompañado por las personas de una institución en la que confías y por sus compañeros. Y solo será por unas cuantas horas, no para toda la vida. Por eso, procura no entrometerte demasiado, y dejar que las cosas fluyan por su curso. Ese día ni se te ocurra aparecerte, ni para espiar (aunque las entrañas te pidan otra cosa) porque tu presencia puede significar la interrupción en un proceso que seguramente traerá más beneficios que desventajas a tu niño.

Piensa en el regreso

imagina la cara de felicidad de tu niño y en las mil anécdotas que tendrá para contarte sobre ese día que para él fue una gran aventura. Piensa lo fuerte que puede hacerlo la experiencia y en el comienzo de muchos momentos de independencia que te tocará transitar en su vida.

Por eso, ni bien termino de escribir este artículo me pondré a poner en práctica cada uno de mis consejos para llegar a ese maravilloso “día de independencia” de la mejor manera. Espero que te sirvan y me comentes qué otras estrategias se te ocurren, y si pusiste en práctica las mías dime como te resultaron.

En fin, todas sabemos que tarde o temprano llega el día que debemos dejar que nuestros hijos crezcan y vivan nuevas experiencias fuera del hogar. Si lo hacemos de a poco y con cariño, con seguridad resultará más edificante para todos. Recuerda aquella frase que dijo Khalil Gibran: “Tus hijos no son tus hijos, son los hijos de la vida”. Yo la repito a diario a mí misma, y trato de ponerla en práctica ahora que son pequeños, porque más adelante seguro tendré que repetírmela muchas veces más.

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Laura Abbott

Laura Abbott tiene muchas pasiones:sus hijos, su esposo, escribir, la danza y el yoga, el contacto con la naturaleza, compartir con sus amistades, los libros, la música...Para contactar: lauabbott@hotmail.com