Niños sobreestimulados: la nueva amenaza infantil
Los peligros de criar hijos "perfectos". ¿Por qué no es bueno hacerlo?
Emma E. Sánchez
“Es la generación más sobre estimulada de la historia, con alergia a la paciencia, a la soledad y al aburrimiento”
Psic. Alicia Banderas
Desde hace unos diez años es más frecuente ver una oferta educativa dirigida a niños menores de dos años donde se ofrecen clases desde música, idiomas, robótica, matemáticas, educación emocional y hasta danza. No me quedé con la duda y visité un centro de estimulación temprana para comprobar por mí misma aquella maravilla que ofrecían de “prepara a tu hijo para el éxito y la felicidad desde pequeño”.
Este tipo de programas, clases o cursos ha estado en aumento debido a la demanda de padres con las siguientes características:
Acceso a demasiada información (y no precisamente correcta)
El Internet y las redes sociales han hecho posible que con oprimir una tecla podamos acceder a casi cualquier información que deseemos, y de repente todos somos conocedores de todo y especialista en nada.
Muchos padres han leído mucho sobre desarrollo infantil peor no literatura científica o respaldada con investigación, y se limitan a leer recomendaciones de otras madres; o peor aún: solo los títulos de algún reportaje y se quedan con información a medias; y esto es muy peligroso.
Con cierto poder adquisitivo
Definitivamente quienes mandan a sus bebés a tomar este tipo de cursos tienen cierto nivel socio económico para poder pagarlos. Pero también otros padres presionados por la sociedad, hacen esfuerzos económicos para poder mandar al menor a tomar uno de esto cursos, pues fácilmente creen que estos harán la diferencia en sus vidas universitarias o profesionales.
Con uno o dos hijos como máximo
Tuve la oportunidad de conocer a un matrimonio que tras pensarlo mucho, decidió tener un solo hijo para poder darle todo lo mejor y que no padeciera lo mucho que ellos sufrieron en sus propias infancias al tener que “compartir sus cosas, la comida y hasta sus padres con otros hermanos”. Es válido.
Competitivos, muy competitivos
Estos padres son altamente competitivos. Para ellos, ganar lo es todo y como alguien dice por ahí “el segundo lugar es el primer perdedor”.
Estos padres son aquellos que en los partidos infantiles se enojan muchísimo cuando el equipo pierde, se enojan con el árbitro, el entrenador, otros padres y hasta con el hijo. Para ellos, los hijos son la prolongación de su propio ser; por lo tanto, si su hijo falla, ellos están fallando y eso es intolerable.
Educados pero inseguros
Son tantas las voces que escuchan los padres de hoy en día, que en algún momento dejan de confiar en sus propios instintos y los olvidan buscando complacer a todos los que les hacen alguna observación o recomendación sobre la forma de crianza de sus hijos.
La estimulación que un bebé necesita
Tal vez te parezca desconcertante enterarte que los niños no requieren de mayor esfuerzo que el que la propia naturaleza humana marca. La estimulación temprana es “cualquier juego o contacto con el bebé que se hace para fortalecer y propiciar que desarrollen adecuadamente sus potenciales humanos.”
La sobre estimulación puede dañar esos procesos. Sé muy cuidadosa y observa a tu hijo.
Jugar
¿Cuáles? Todos aquellos juegos que los padres jugamos con los bebés de manera instintiva: repetir palabras, escondernos de la mirada del menor, hacer caras chistosas, corretear por la casa y cantar una y otra vez canciones infantiles acompañados de movimiento. Observar a tu hijo te guiará sobre lo que necesita.
Aburrimiento
Los niños pequeños también requieren de momentos libres donde pueda inventar juegos o inclusive “aburrirse”. Este sentimiento favorece la creatividad y el ingenio como pocas cosas.
Exploración al aire libre
Jugar con agua, piedras, tierra y cualquier otro material seguro para los niños es muy enriquecedor. Andar descalzo, experimentar texturas, formas y sonidos brinda a los niños muchas experiencias sensitivas. Dejar a su alcance percusiones, sabores y material para armado puede ser todo un mundo nuevo para él.
Amor, afecto y contacto físico
Ninguna clase, curso o taller podrá superar la seguridad que un niño puede ganar cuando se siente y se sabe amado por sus padres y otros familiares. El amor sincero educa, forma y enriquece. No limites las muestras de amor por tus hijos.
Lectura
Los niños aman escuchar a sus padres leer cuentos para ellos. Este es un gran recurso que sí hace la diferencia en la edad escolar de tus hijos. Todos las veces que puedas hacerlo no las pierdas, aprovéchalas.
Los niños menores de dos años requieren pasar tiempo en casa con su familia más que pasar su tiempo de clase en clase. Hasta los 5 ó 6 años los niños pueden comenzar a tomar alguna clase extra pero sin presión alguna. Sus maestros te ayudarán a determinar si es recomendable o no, pues los programas escolares actualmente ya son muy ambiciosos y en estas edades los pequeños no requieren de una agenda de tiempo completo.
Te invito a leer “Niños sobreestimulados”, de Alicia Banderas; lectura que seguramente te ayudará en tu formación como padre o madre.