No lo fuerces a que te ame, eso no es amor
No te engañes, si no fluye no es amor. Si debes rogar que te busque, te llame, te abrace, no es amor. Respeta y escucha lo que dice tu corazón.
Fernanda Gonzalez Casafús
Nos enseñaron a suspirar por ellos, a correr tras sus pisadas y a morir de amor si nos rechazan. Desde chiquitas aprendimos que las princesas son sumisas y son los hombres quienes deciden cuándo y con quién casarse. Pero el amor es otra cosa.
El amor es de a dos. El verdadero amor fluye, es un sentimiento sano y genuino, que en su fase más madura jamás despierta dudas y sospechas. Muchas mujeres crecieron con el ideal de aquel amor al que hay que sostener a toda costa, aunque duela, aunque lastime nuestro ego, aunque nos hiera en silencio.
Cuando estamos con alguien a quien amamos deseamos que ese amor sea correspondido. En la primera etapa de enamoramiento esto suele ser así, pero conforme va pasando el tiempo el amor puede consolidarse o desgastarse. Y es aquí cuando hay que trabajar por hacer que ese amor crezca, pero nunca forzando a nadie a sentir algo que no siente.
Si lo fuerzas no es amor
A veces los seres humanos nos engañamos a nosotros mismos creyendo sentir cosas que no sentimos o tratando de sostener aquello que alguna vez nos hizo feliz pero ya no. Soy una enamorada del amor y creo que hay que luchar por él hasta las últimas consecuencias, pero jamás debemos forzar a alguien a que nos ame pues eso sería igual a tirar nuestra dignidad a la basura.
Si estás detrás de esa persona rogando que te llame, que piense en ti, que deje de hacer planes y solo los tenga contigo, o que manifieste su amor de la misma manera que tú lo haces, estás presionando una situación que debería darse con total naturalidad.
No te engañes. A veces cuesta amarse más a uno mismo y comprender que el otro no tiene por qué sentir lo que uno siente. Después de tanto esforzarte para que él se quede a la fuerza, ahora que lo tienes te queda esa sensación amarga de que en realidad está pero “no está”, y que en lo más profundo de tu ser estás luchando demasiado a diario para exigir algo que debería darse naturalmente.
¿Por qué forzamos algo que sabemos no va a funcionar?
A veces nos mentimos a nosotras mismas. Creemos que vamos a adaptarnos a su forma de ser, y que no va a afectarnos esa particular manera de tomarse la relación. Nos deslumbra en un primer momento esa personalidad arrogante y segura de sí misma, pero después caemos en la cuenta que no es el indicado. Y así y todo, insistimos.
Creías que iba a pensar más en ti, que te cuidaría, que te acompañaría hasta tu casa en el taxi y que hablarían hasta altas horas de la noche acerca del proyecto de familia que tanto anhelas. Pero vas descubriendo que él tiene otros planes, y que te quiere a su manera pero hay algo que no penetra en lo más íntimo de tu ser.
Y a veces esto sucede simplemente porque no nos damos por vencidas y creemos que en algún momento va a funcionar. Idealizamos tanto una relación que tenemos miedo de perderla, y con ello sobreviene el miedo a quedarnos solas.
Si tienes que forzarlo no es tu talla (aplica a anillos, zapatos y relaciones)
Cuando conocemos a alguien y nos enamoramos intentamos complacer a esa persona por todos los medios. Queremos que se sienta en sintonía con lo que sentimos y para ello nos deshacemos en artilugios para agradarle.
Pero para que una relación funcione y fluya con el tiempo hasta llegar a su madurez, hay ciertas cosas que no se pueden presionar ni forzar antes de tiempo:
Presentación ante la familia
Presentar una pareja ante la familia no es nada fácil, pues implica un giro más formal en la relación. Si el vínculo entre ambos aún no está consolidado no es menester presionar hasta llegar a esta situación antes de tiempo.
Sin embargo, si pasa el tiempo y tu pareja aún sigue sin intenciones de vincularse con tu familia es una señal de alerta. Quien te ama y quiere pasar el resto de la vida contigo le interesará conocer tus raíces, tu historia y tu linaje familiar.
Proyectos a futuro
Cuando una pareja siente que quiere compartir su vida comienza a proyectar todo aquello que quieren hacer juntos. Una familia, una casa, un viaje, etc. Si tu pareja no habla de hijos o de convivencia no deberías forzar algo que tiene que nacer desde lo más profundo del corazón.
Que te diga que te ama
Escuchar un “te amo” por primera vez mueve las fibras más íntimas de nuestro ser. Una frase tan pequeña y con un significado tan poderoso. A veces llega enseguida, muchas otras veces se tarda más en decirla. Pero nunca hay que forzar a que eso suceda; deja que ese “te amo” llegue en el momento justo.
Dejar fluir al amor
Muchas veces nos obsesionamos con que algo encaje y en realidad no nos damos cuenta que nos está haciendo daño. El amor no se mendiga, no se ruega. El amor se recibe y se merece. Dejemos fluir al amor para recibirlo tal cual llega a nosotros.
Ámate, quiérete cada día un poquito más. Eres merecedora de un amor que junte todas tus partes rotas, que te haga sentir viva y que se regocije con tu presencia. El amor verdadero llegará a ti cuando comprendas que antes de mendigar amor debes saber que nadie más que tú tiene las herramientas para sanar tus heridas y abrir tu corazón a alguien te te ame y te valore.