¡No toques a mi bebé!

Lo gritaba en silencio cuando alguien se acercaba a mi recién nacido. Tenía mis razones.

Fernanda Gonzalez Casafús

Aún me parece escuchar los galopantes latidos de mi corazón cuando alguien se acercaba a tocar a mi bebé de apenas semanas. Lo veía como en cámara lenta. Una sonrisa, un gesto de ternura y una mano grande (y llena de gérmenes) acercándose a la cabeza de mi bebé.

No estoy exagerando. Así lo vemos las madres. Y aunque antes de tener hijos pensábamos que las otras madres estaban siendo extremas al preocuparse si alguien tocaba a su bebé, luego entiendes -y comprendes- que como madre, tienes tus razones para hacerlo.

No toques a mi bebé

Al menos, no lo hagas sin permiso. Tu intención es buena, tu energía probablemente también lo sea, pero no los gérmenes que llevas en tus manos.

Éso era exactamente lo que repetía en mi mente una y otra vez durante las primeras semana de vida de mi primer hija. Luego, con el tiempo, pude relajarme un poco más y dejar que las personas que quiero disfruten de la calidez de acariciar el cabello de mis hijos.

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También aprendí y me informé al respecto, y supe que es bueno exponer a los bebés a ciertos tipos de gérmenes para que su sistema inmunológico se refuerce. Claro que ésto no quiere decir que toquemos a un bebé de apenas días de vida sin habernos aseado. Pero sí que no hay de qué preocuparse si alguien de nuestro entorno quiere tomar en brazos sin haberse desinfectado las manos con alcohol.

Sin embargo, sigo opinando que es una costumbre muy popular y algo egoísta el hecho de que mucha gente -y hasta desconocidos- toquen a los bebés sin medir las consecuencias.

No necesitas hacerlo

Puedo intuir que mis hijos sean irresistibles para cualquiera. Pero vamos, puedes sucumbir a la tentación de estrujarle las mejillas o darle un beso sin su consentimiento (ni el mío).

No necesitas esas demostraciones de afecto efusivas para revelar tu adoración por mis retoños. Pero sí necesito que seas empático y te pongas en mi lugar, y en el de los niños. Nadie viene a tocarte la barriga cuando te ves más delgada o delgado, ni nadie te prensará las mejillas para decirte qué bien te ves. ¿Por qué pensamos entonces que a un niño le agrada ello?

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Tomar cartas en el asunto

Me habían dicho que me volvería una leona. Yo pensaba que apenas naciera no sería egoísta y prestaría mi bebé a todos. Sin embargo, la madre naturaleza que es sabia, revoluciona nuestras hormonas en la justa medida para que cuidemos a nuestro cachorro.

Y ahí estaba yo, tratando de evitar que millones de gérmenes se depositen en la piel de mi bebé. Y para ello, tomé mis medidas. Lo que mejor me funcionó fue comunicarme, y ser franca. Cuando alguien se acercaba demasiado a mi bebé, siempre explicaba que su sistema inmunitario aún no estaba fuerte y que debía preservarlo de cualquier enfermedad.

Pero también, fui viendo que no soy la única madre que se volvía loca cuando alguien tocaba a su hijo, y que hay formas de manejar a los extraños que no pueden resistirse a la tentación de esos cachetes.

Existen carteles que dicen “no toques al bebé”. Si, son algo rudos, pero a muchas madres que pasan bastante tiempo fuera de casa o en los parques y espacios públicos, puede servirle.

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La excusa de que están enfermos puede ser muy efectiva. “Disculpa, no lo toques, está saliendo de un cuadro viral”.

No te avergüences de pedir que no toquen a tu hijo. Eres su madre, quieres cuidarlo y estás en tu derecho. Con palabras amables y un buen fundamento, claro.

Pero no te persigas. Lo cierto es que aunque cuando son recién nacidos es mejor que nadie toque su rostro o sus manitos, también es cierto que conforme van creciendo deben exponerse a los gérmenes para reforzar sus defensas.

Cuida a tu recién nacido y toma las precauciones necesarias. Lo estás haciendo muy bien. De a poco, y a medida que tu bebé vaya creciendo, ya te curarás “de espanto”, como decía mi abuela, al ver a tu hijo jugar en el barro o comer una galleta que acaba de levantar del suelo. (Y créeme que todos alguna vez lo hacen).

Los gérmenes son enemigos acérrimos durante los primeros meses y pasan a necesarios más tarde, para ayudar a nuestro bebé a crecer fuertes. Aunque durante las primeras semanas sea necesario esterilizar biberones y chupones, luego verás que con el tiempo todo ello quedará atrás y tu bebé se hará resistente a los gérmenes.

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Es bueno que quieras cuidar a tu bebé y protegerlo de todo peligro, más cuando tienen apenas semanas de vida. Y tú ¿cómo actúas cuando alguien quiere tocar a tu recién nacido?

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Fernanda Gonzalez Casafús

Fernanda es Licenciada en Periodismo, especialista en Redacción Digital y Community Managment. Editora de contenidos y redactora en Familias.com. Nacida en Argentina y mamá de dos, ama los animales, la danza, la lectura y la vida en familia. Escribir sobre la familia y la maternidad se ha convertido en su pasión.