¿Noviazgo en la adolescencia? 2 preguntas que debes contestar
¿Para qué tendrías novio?, le he preguntado a cientos de adolescentes. ¿Te gustaría conocer sus respuestas?
Pilar Ochoa Mendez
Ayer me contactó por correo electrónico una querida tía con la siguiente pregunta: “¿Qué hacer con las hijas de trece o catorce años que incursionan en el noviazgo?, ¿disuadir, mas no imponer?”
1. ¿Qué hago si mi hijo/a quiere tener novio?
Esta mañana, en una charla sobre sexualidad a estudiantes de preparatoria justamente tocamos este tema. Como siempre al hablar de sexualidad surgió la polarización: ¿el sexo es bueno o malo?, ¿el noviazgo, es bueno o malo? Mi respuesta sobre el sexo es siempre la misma: nuestra sexualidad no es solo buena, ¡es maravillosa! Es algo tan grande, tan importante, tan hermoso que no podemos tomarlo a la ligera. El noviazgo también es bueno, emocionante y afecta cada área de nuestro ser. Las decisiones que se tomen en la adolescencia pueden moldear el resto de nuestras vidas y por eso, aunque los estímulos del ambiente les lleven a un lado y otro sin pensar, es justo un excelente momento para reflexionar y tomar decisiones conscientes, muy conscientes.
2. Tener novio, ¿para qué?
Cuando tengo frente a mí a un grupo de chicos hablando sobre el noviazgo me gusta preguntarles -de forma oral o por escrito- para qué tendrían novio. Sus respuestas suelen oscilar entre las siguientes:
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Para tener alguien que me escuche y que me quiera
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Para pasar tiempo juntos
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Para conocernos mejor
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Para dar envidia a mis amigos o cambiar mi perfil en Facebook (esta respuesta es más común de lo que querríamos admitir)
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Para poder abrazarnos, besarnos y más.
Y entonces, juntos, revisamos sus respuestas. Conocerse, quererse, tener a alguien que les apoye cuando lo necesitan, pasar tiempo juntos y divertirse son actividades que en este momento de su vida se realizan incluso con mayor plenitud teniendo uno o muchos buenos amigos. Después de revisarlo invariablemente coincidimos en que la diferencia entre un amigo y un novio son la exclusividad y el “permiso” para una mayor intimidad física. ¡Ah! Además de cambiar tu “estatus” de pareja en el perfil de tus redes sociales, para envidia de tus amigos.
Si pueden tener cinco, diez o treinta y cinco amigos que les quieren, escuchan y acompañan, ¿para qué -les pregunto- limitarse a solo uno? Si están en el mejor momento para conocer, lograr, aprender y disfrutar, ¿para qué reducir sus posibilidades?
En una conferencia para padres la ponente, al hablar de noviazgo proponía a los padres que lejos de prohibir el noviazgo, fomentaran las amistades sanas, plenas. Apoyar a nuestros hijos en sus planes con amigos, acompañarles, escucharles sin prejuicios. Llevarlos y recogerlos de las reuniones con amigos aprovechando los traslados para observarles y compartir con ellos todo lo que están viviendo. Fomentar amistades positivas haciéndoles ver que en ellas se forjan en la vida. Hacerles ver lo que “perderían” por dejar de salir con todos sus amigos y amigas para estar solo con uno de ellos.
3. ¡Pero nos queremos! Nos encanta estar juntos
Para el adolescente entra entonces un factor determinante: la atracción física. El desarrollo de la capacidad reproductiva lleva consigo el deseo sexual y, como es natural, la intimidad física que comienza con un beso o un abrazo enciende esta ansia de plenitud, el cuerpo pide más: “quiero todo contigo”. La atracción sexual es natural, sana, y puede ser vivida plenamente en el marco de la libertad.
Les pregunto entonces, ¿quieres “todo” con él o ella?:
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¿Serías capaz de enumerar una lista de todas sus virtudes y defectos? ¿O conoces solo sus virtudes?
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¿Le aceptas con lo que te gusta y lo que no te gusta? ¿Han hablado de temas delicados o solo de sus artistas y libros favoritos?
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¿Conoces a su familia? ¿Te gustaría que así fuera la tuya?
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¿Te sientes listo para ser padre o madre? En lo físico, emocional, económico, con todo lo que ello implica. “Quiero todo contigo”, cuando incluye la entrega sexual significa abrir la posibilidad de un embarazo con todas las implicaciones que éste lleva en la vida de ambos. ¿Quieres todo contigo, incluso la muy real posibilidad de convertirte en madre o padre hoy?
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Al día de hoy, ¿renuncias irremisiblemente a todos los demás hombres del mundo, a todas las demás mujeres del mundo por esta relación?
Estas preguntas por su naturaleza no se contestan durante las conferencias o talleres, simplemente les invito a reflexionarlas y, si tienen novio, platicarlas con él o ella.
4. Ya tengo novio, ¿ahora qué?
Mercedes Arena, reconocida terapeuta poblana, suele decir sobre temas de sexualidad y noviazgo: “más vale hablar con tus hijos tres años antes que 5 minutos después”. Si este adolescente ya está en una relación de noviazgo busca la oportunidad para de una forma positiva y abierta plantearle estas dos grandes preguntas, invitándole a contestarlas con honestidad. Deberá ser valiente para hacerlo y aún más para actuar en consecuencia.
No siempre podremos estar a su lado cuando vengan las grandes decisiones, pero siempre podemos ayudarles para que, cuando deban elegir, lo hagan con libertad: conociéndose, conociendo sus posibilidades y los riesgos que enfrentan.
Afortunadamente no deberán hacerlo solos mientras sepan que cuentan contigo.¡Enhorabuena!