Médico y padre de 10 hijos comparte los 6 principios más fundamentales para su crecimiento
Sus consejos cambiaron la vida de miles de niños y padres.
Mariel Reimann
¿Lo estaré haciendo bien? Lamentablemente en el ‘negocio’ de ser padres, los frutos de nuestros esfuerzos, no se verán a pleno hasta más tarde en la vida de nuestros hijos; y la incertidumbre nos mata.
A veces suplir todas sus necesidades emocionales y físicas, no es lo suficiente, si hemos olvidado de cuidar sus espíritus.
Recientemente, me crucé con las palabras de un líder religioso seguido por millones de personas de todas las edades, culturas y razas, a lo largo y ancho del mundo. Con sus 94 años, él acaba de visitar muchos de mis más queridos países latinoamericanos dejando una estela de enseñanzas admirables que no podemos ignorar.
El Dr. Russell Nelson, dedicó su vida a salvar gente mediante su profesión de cardiólogo, sin embargo, también dedicó su tiempo a salvar las almas y los corazones de quienes escuchan sus palabras.
Nuestros hijos y su salud espiritual
Sabemos que tienen hambre, frío, calor, sueño, que están tristes, o que están felices porque los hemos criado y conocemos sus reacciones a la perfección. No obstante, no muchos de nosotros, prestamos atención a sus necesidades espirituales.
Sus necesidades espirituales son reales y somos responsables de suplir esa necesidad
“Para que un ser humano, especialmente un niño o joven, tenga una calidad de vida plena, la espiritualidad en todos sus aspectos debe ser alimentada y afirmada. Para los niños o jóvenes que han sido marginados o que han sufrido privaciones en todos los sentidos, la necesidad de tal crianza y afirmación en la espiritualidad humana es tanto más pronunciada”, explica el Psiquiatra John Bradford en uno de sus estudios.
El Dr. Russell Nelson, compartió quizás la receta más completa de cómo llevar a nuestros pequeños a suplir esa necesidad innata de tener una relación cercana con su creador:
1. “Enseña a tus hijos acerca del Señor, y grande será la paz de tus hijos”.
Saber que tienen un Padre espiritual que vela por ellos, que los ama incondicionalmente y que siempre está allí dispuesto a aligerar sus cargas y a esperar pacientemente por ellos cada vez que lo necesiten, ayuda a nuestros hijos a sentir el valor del amor incondicional, dándoles la paz infinita de saber que aunque todo falle en sus vidas, su Padre Celestial estará allí para protegerlos, amarlos y cuidarlos infinitamente.
2. “Les suplico que enseñen a sus hijos el verdadero significado de cantar: ‘Soy un hijo de Dios’. Fueron creados a imagen y semejanza. Y les ha dado un gran don al darles un cuerpo, con un corazón que late, con un cerebro que piensa, y todos estos atributos maravillosos que tienen”.
Saber que fueron creados a imagen y semejanza de un Padre perfecto, les deja saber que tienen un gran potencial y a la vez que su cuerpo debe ser respetado y cuidado como el don que es. Ésto crea una sensación de responsabilidad desde niños hacia las decisiones que tomarán como adultos a la hora de elegir qué tipo de vida llevarán y cómo protegerán su salud, su mente y su cuerpo.
3. “Enséñales a orar. Enséñales a conversar con su Padre Celestial”.
Dios es el ejemplo perfecto de amor paciente y constante. Darles y crearles esa confianza a nuestros hijos enseñándoles cómo comunicarse con Él crea la sensación de protección continua. Saber que Él estará allí en las buenas y en las malas, y que para hablar con Él no hace falta “una cuenta de teléfono ni pagar una tarifa para hacerlo”, les da una forma de crear una relación de confidencia y confianza. Una relación basada en el amor, el respeto y protección que los ayudará a lo largo de su vida a tratar de seguir adelante aún cuando parezca imposible.
4. “Y enséñales acerca del Salvador del mundo, el Señor Jesucristo, que murió por nosotros”.
Hablarles a nuestros hijos acerca de Jesucristo y de su sacrificio por la humanidad, nos permite enseñar con el ejemplo. La vida de Jesucristo y su ministerio en la Tierra, es el ejemplo más apropiado para ilustrar el amor al prójimo. Su vida es un ejemplo viviente de entrega, justicia, y perdón. Si un niño sabe que siempre podrá arrepentirse y que siempre que trabaje duro por hacer lo correcto, habrá perdón, su vida siempre estará llena de esperanzas.
No entender el sacrificio de Jesucristo y la redención que llega con el arrepentimiento y el perdón, a veces nos lleva a seguir equivocándonos pensando o asumiendo que si ya hemos hecho algo malo, entonces no hay vuelta atrás.
5. “Ayúdales a comprender por qué tomamos la comunión los domingos y por qué el Señor vino al planeta tierra para restaurar su Iglesia nuevamente”.
Independientemente de la fe o religión que cada familia tenga, es importante recordarles a nuestros pequeños que al comulgar o tomar la comunión, estamos renovando el convenio que hicimos. Ese convenio de ser honestos y de actuar siempre con justicia; esto les ayudará a sentir y a entender desde una edad temprana, el sentido de la responsabilidad, el valor de dar su palabra, y el sentido del compromiso, un compromiso que se renueva constantemente y que les recuerda el sacrificio de la expiación.
6. “Por favor, enséñeles a sus hijos acerca de la expiación de Jesucristo. Su expiación es el evento más importante en la historia del mundo y el fundamento de nuestra fe. Todo lo demás en nuestra fe es secundario”.
El sacrificio hecho por el Hijo de Dios, no puede ser olvidado, ni pasado por alto. Su vida y su muerte cambiaron el transcurso de la historia de la humanidad. Enseñarles el significado de este sacrificio, enseñarles que por este sacrificio un día volveremos a vivir en la presencia de ese Padre amoroso y podremos ser familias eternas, quita el miedo a la muerte y le da a sus vidas un sentido más profundo.