Papá, ¿Sabes por qué eres tú el que debe leer el cuento por las noches?

Hay muchas riquezas que tus hijos obtienen si papá se involucra: Él tiene una magia especial para hacer todas las actividades divertidas y emocionantes.

Marilú Ochoa Méndez

Los varones que son padres, son a menudo relegados, y su rol no siempre se les reconoce ni se elogia tanto como a las madres.  Y es que en la mujer es fácil notar que está por ser madre: su vientre abultado y ese brillo especial en el rostro las delata.

Papá, en cambio, carga en su mente y corazón al nuevo bebé, preguntándose cómo será, si estará sano, y con qué le pagará la universidad.  Esta preocupación práctica no es menos amorosa ni especial que la de las madres.

El papel de los padres es indispensable, valioso e insustituible.  Varios estudios confirman que su papel en la crianza es radical, pues le dan a los niños el respaldo para que salgan al mundo con seguridad.

Hoy, queremos reconocer su valiosa aportación en una actividad cotidiana que los niños adoran y que ellos, con su esencia varonil, potencian al máximo para generar mas aprendizaje y conexiones neuronales: la lectura del cuento nocturno.

Mami lo puede hacer, pero… ¡Es mejor papá!

La profesora investigadora Anna Duursma, ha enfocado sus investigaciones en la participación del padre en el desarrollo infantil, en particular en las áreas de lenguaje, alfabetización y desarrollo cognitivo.

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Como experta en la materia, ella asegura que los padres potencian el desarrollo de sus hijos al leerles los cuentos por la noche, y va mas allá: afirma que es mucho mas benéfico que el papá lea los cuentos, a que lo haga la madre.

El estudio, realizado desde la universidad de Wollogong en Australia, fue aplicado a 430 familias estadounidenses, buscando el impacto de la lectura paterna y materna en el desarrollo cognitivo, de alfabetización, y de lenguaje en los niños.

Lo impactante del resultado, es que al leerles mamá, hay mayor desarrollo cognitivo, ¡lo que es maravilloso! Pero al leerles papá, los beneficios son impresionantes y muy superiores: “La lectura paterna a los 24 y 36 meses predijo significativamente el lenguaje y las habilidades cognitivas de los niños, así como su conocimiento del libro en preescolar”, afirma la profesora Duursma en sus conclusiones.

Papá es mas complejo, ¡y está bien!

Es cierto que la madre es quien comúnmente pasa mas tiempo con el niño, y aporta mucho a cada pequeñito que cuida y atiende.  El aspecto a destacar es explicar el por qué del impulso tan poderoso al lenguaje de los niños cuando papá lee el cuento.

La investigadora Duursma, dice que esto sucede por dos factores:

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1 La noche los hace mas atentos

La serenidad de la noche, y el momento relajante los ayudan a prestar toda su atención a la actividad,

2 Papá se las pone difícil

En definitiva, el lenguaje que utiliza papá para interactuar con los niños es mas complejo. Ellos realizan preguntas mas abstractas de inferencia, mientras que las madres hacemos comentarios y preguntas mas concretas y sencillas.

Pero, ¿qué leemos?

En lo personal, conocer el dato que investigó la profesora Ann, me impactó. Me maravilla cómo padres y madres pueden complementarse y potenciar el desarrollo de sus hijos de manera natural. Además, si papá toma el momento del cuento por la noche, mamá siempre podrá tener tempo extra de relax. ¡Ganan todos!

Ahora la pregunta es, ¿qué material podemos presentar a nuestros hijos que les interese y entretenga?

La revista Ser Padres nos brinda algunos consejos al respecto, y sugiere dividir la propuesta de lectura para nuestros hijos por edades: preescolar y escolar.

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De los primeros meses a los 4 años

Basándose en una propuesta de la Editorial Aldor, la revista nos sugiere que busquemos para los más chicos, libros con imágenes, para desarrollar la imaginación de los pequeños mientras sus ojitos siguen las ilustraciones del texto.

Guíate por aquello que llame la atención de tus hijos, y elige libros de materiales durables como tela y plástico (existen unos forrados, casi enmicados). Al principio, tus pequeños querrán solo morder el libro, pero poco a poco les gustará pasar sus páginas.

Eventualmente, cercanos los dos años, tus hijos tendrán la paciencia de permitirte pasar las páginas (aunque no siempre te permitirán seguir el orden de cada una, ¡no importa!).

Cuando se despierte su interés, entre los 2 y los 3 años, puedes elegir historias cortas y repetitivas con dibujos grandes y atractivos.  Los animalitos les encantan.  También puedes elegir libros-sorpresa, que contengan pestañas movibles, aunque si tu pequeño desea manipularlos mucho, será una inversión que durará poco.

La lectura de las palabras que sugieren los textos de preescolar debe contener muchas imágenes y términos que permitan la expresión oral.

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A partir de los 4 años y hasta los 7

Las rimas son un excelente recurso para los pequeñitos que están por aprender a leer.  Ya a los cuatro años les llaman la atención las letras y puede que tus hijos ya reconozcan su nombre si lo ven escrito en su mochila o en tus notas.  Sigue siendo importante que contengan muchas imágenes.

Si tu pequeño de 5 años comienza a aprender las letras, puedes ir subiendo el nivel de complejidad de las narraciones.  También ayuda buscar libros en letra cursiva, en algunos jardines de infantes es la primera opción de escritura por la conexión entre palabras que les ayuda a unirlas al hablar.

De 7 a 10 años. La sugerencia con niños mas grandes, es incorporar la acción, temas que les impacten, que les enseñen. Curiosidades, e historias de hadas, seres mitológicos y mágicos.

De 10 a 12 años. Si has logrado interesar a tu hijo hasta ahora, lo que sigue será pan comido.  Acércate con tu hijo en la búsqueda de los grandes tesoros de lectura infantil que se han generado.  Existen muchas sagas de acción y aventuras en las librerías que te encantarán.

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A partir de 12 años. A esta edad ya tus pequeños tienen gustos establecidos, amplíalos con biografías adaptadas, historias de niños como ellos, o libros que expliquen problemáticas como las relaciones sanas, la autoestima, o la prevención de riesgos.

Hazte tiempo papito, anda

Un obstáculo común para que los padres vivan momentos de calidad con sus hijos, es la vida ajetreada que llevamos hoy en día. Papá, no olvides que tus pequeños serán niños por un tiempo limitado, que se esfuma como agua entre las manos.

Sus ojitos inquietos te miran todo el tiempo, y miran también tus prioridades.  Ellos no comprenden que tú eres tan importante, y que de ti dependen muchos negocios. Ellos miran tu amor, tu atención, y tu trato.

No caigas por favor papá en el espejismo del “tiempo de calidad”, mentira común con que algunos padres nos quitamos la culpa por no prestar atención a la familia.

Tiempo de calidad es dedicar los últimos 20 minutos del día para tus hijos, generando recuerdos valiosos y potenciando sus habilidades. ¿Te animas? ¡Hoy puedes comenzar!

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Marilú Ochoa Méndez

Enamorada de la familia como espacio de crecimiento humano, maestra apasionada, orgullosa esposa, y madre de siete niños que alegran sus días. Ama leer, la buena música, y escribir, para compartir sus luchas y aprendizajes y crecer contigo.