Para criar hijos felices debes renunciar a ser un papá o mamá de molde
No hay tarea más demandante que la de ser padre o madre; todos esperan algo diferente de ti, incluso tu mismo.
Erika Patricia Otero
Cualquier persona que diga que traer hijos al mundo es fácil, tiene razón. Lo que esas personas ignoran es que criarlos es realmente lo demandante.
Convertirse en padres trae consigo muchos sacrificio. Muchas madres renuncian a su educación, sueños y metas. La razón es que desean darle a ese pequeño las cosas que en su vida no tuvieron. Básicamente, lo que ocurre es que la vida que conocían cambia por completo desde el mismo nacimiento del hijo.
Desde la perspectiva del hijo, ser papá o mamá se ve muy diferente. Vemos a nuestros padres como héroes que todo lo pueden; sin embargo, la situación asume otro cariz cuando es uno el papá o mamá.
No es mi deseo ser trágica al poner la situación de los padres desde esta perspectiva,; sin embargo, es momento que dejemos de romantizar el ser padres. Lejos está de ser un cuento de hadas; si eres mamá o papá sabes que tengo mucha razón en lo que expongo.
Por ejemplo, es terrible soportar las críticas de terceros que creen que ellos hacen mejor las cosas que tú. Enfrentarse a “expertos” que ponen “patas arriba” todo lo que tú creías que era verdad. Te quedas tan confundido que no sabes qué hacer; luego de eso, solo te dejas llevar por tus instintos y ruegas al cielo no fallar.
Hay algo que yo te puedo decir: no temas, ningún niño viene con manual; lo que sí hacen es “decirte” a medida que crecen las cosas que necesitan de ti. Aprende a “leer” las necesidades de tus hijos y procura cubrirlas. Recuerda cómo te criaron; y no hagas a tus hijos lo que a ti no te gustó que tus padres te hicieran. Implementa técnicas y cámbialas. Y por último, disfruta de la aventura.
Aspectos a los que renuncias cuando te embarcas en la aventura de tener hijos
Hay muchas cosas a las que una persona debe renunciar cuando tiene hijos. También hay varios aspectos que debe cultivar a favor de sus hijos. Con esto presente, a continuación enumeraré unos cuantos.
1 Renunciar a la falta de paciencia
Lo que más deben tener los padres y las madres es paciencia. Van a ser muchas las veces al día que sientas morir de rabia. Ya se trate de que son muy traviesos o que simplemente se vuelven caprichosos.
En algún momento vas a tener que esconderte en una habitación, respirar profundo y rogar por no comenzar a dar gritos para hacerte escuchar. Esto es lo mejor que puedes hacer porque no quieres sentirte mal por gritarles, cuando pudiste corregirlos calmada, pero estrictamente.
Cuando caes en la trampa del grito, tus hijos aprenderán a tenerte miedo y no a respetarte. Solo te respetarán cuando les muestras que “eres quien manda”. Háblales claro y diles, llena de calma, que la próxima vez que no obedezcan, conocerán las consecuencias de su indisciplina.
2 Renunciar a la intimidad
Olvídate de 5 minutos para descansar o para estar en cama en la mañana; tu cama va a estar invadida por niños cada tanto. Es posible que ni en el baño tengas paz porque hasta ahí van a ir a buscarte.
Ya sea que enfermaron o se les hizo tarde para una tarea, los niños mientras sean pequeños van a necesitar de tu guía, ayuda y consuelo; y es tu responsabilidad asumirlo.
3 Suelta el control
Esfuérzate por tratar de tener el control de todo a tu alrededor. Con niños en casa, deberás ser lo más flexible posible porque si una regla no funciona, debes implementar otra.
No trates de obligarlos a comer; relájate y espera a que les dé hambre para que les ofrezcas lo que dejaron de almuerzo. No pelees a la hora de dormir; explícales que si no duermen a la hora estimada, igual tendrán que levantarse temprano para ir a la escuela.
Dales la oportunidad de escoger qué vestir o qué comer. Cédeles pequeñas responsabilidades según su edad, y cuando se nieguen dile que fueron ellos los que eligieron; aprenderán a elegir más sabiamente.
Soltar el control y cederles algo de responsabilidad te relajará y te evitará molestarte innecesariamente.
4 Dile “adiós” a la culpa
Sentirte culpable solo será productivo si sientes que te equivocaste en una reprimenda o que fuiste injusta; es decir, será útil para corregir el camino. Para lo que no será útil es para sentirte culpable de esos pequeños gustos que te das y en los que no hiciste partícipe a tus pequeños.
Es justo que de vez en cuando te des algunos pequeños lujos. Comer un helado a escondidas, ver una película que deseabas ver y eludiste para que ellos vieran la favorita del momento.
Te mereces pequeños premios, y no sentir culpa, porque todo ser humano merece ser feliz aunque sea con poco.
5 Olvida los miedos de tu infancia
Tu infancia corrió en otros tiempos muy distintos. Es infructuoso que trates de comparar el ayer con el ahora. Lo que sí debes hacer es implementar algunas tácticas que a tus padres les funcionó contigo. Saca también de tu cabeza todas esos recuerdos dañinos y disfruta de la infancia de tus hijos.
Juega con ellos, cuéntales cuentos, baila y cocina con ellos. Déjales que sueñen y fortalece sus habilidades. Dales las oportunidades que quizás por falta de recursos tu no tuviste.
Saca los antiguos miedos y permítete ser feliz; tu familia lo merece.