Para las celosas: Lo que hay en la mente de un hombre y otras verdades
Voy a abrir para ti el cofre del tesoro oculto de la mente varonil. Pero si tú eres hombre y te portas así con tu chica, funciona igual. ¿Te atreves a descubrirlo?
Rafael Vázquez
Me encanta la mitología. Incluso las sagas mitológicas que son de creación muy reciente. Por ejemplo, Avatar: la leyenda de Aang es una serie de animación que hace unos años se proyectaba en la televisión.
En el mundo mitológico de Aang, algunas personas tienen poder sobre alguno de los cuatro elementos básicos: tierra, fuego, aire, agua. Aang, por ejemplo, es un “maestro-aire”, porque puede ejercer un poder que se llama “aire-control”, que incluye servirse del viento y los remolinos para volar, levantar ventiscas, etc.
Katara, la chica que lo acompaña, posee la habilidad del “agua-control”, lo que significa que puede manipular los cuerpos de agua que estén en su proximidad. En una ocasión, Katara se vio confrontada por una anciana bruja que dominaba una modalidad perversa del “agua-control”: ella podía controlar el agua de la sangre de las personas, convirtiéndolas en auténticas marionetas que hacían lo que ella quería, sin que oponerse mentalmente pudiera salvarlos de ello.
Hacia el final del episodio en que Katara conoce a esta bruja, la propia Katara debe usar la “sangre-control” para detenerla, porque está a punto de asesinar a sus amigos.
¿Deseas poseer “sangre-control”?
Si cada vez que tu esposo o novio habla, llama, envía mensajes o platica o estornuda en la cercanía de otra persona, tú anhelas tener “sangre-control” para hacer que su conducta sea la más correcta o la que tú quieres que tenga, estás pisando la frontera hacia un terreno del que quizás no haya vuelta. Posiblemente no serás “maestra-sangre”, pero sí puedes comenzar a presentar comportamientos malsanos como entrar en la cuenta de correo de tu pareja, husmear en sus mensajes de texto mientras él está tomando la ducha o incluso seguirlo por toda la ciudad y salirle al encuentro inesperadamente.
Muchos ven estas conductas como muestras de un amor profundo. A veces hasta se dice que si no hay celos, es porque no hay un verdadero amor. ¡Qué disparate! Y ¡qué peligroso! Es una conducta de control y manipulación. Más aún, lejos de dar armonía y concordia a la relación, la convierten en un ambiente de riñas y peleas, porque lo único que sí es muy claro es que no existe la confianza en la pareja.
Además, es degradante
Voy a abrir para ti el cofre del tesoro oculto de la mente varonil. Pero si tú eres hombre y te portas así con tu chica, también cuenta. Aquí va:
Si mi pareja no puede confiar en mí estando yo solo en presencia de otras mujeres atractivas, eso necesariamente significa que soy un mentiroso, o que soy incapaz de controlar mis impulsos. Y definitivamente no quiero estar con una mujer que piense alguna de esas dos cosas sobre mí.
Es mejor el auto-control
Trata de trabajar en tu autoestima, para que no seas víctima de sus trampas. Confía en tu pareja. Sé que suena a tomar un riesgo enorme, tremendo, gigantesco y, por lo tanto, te diré que sentir celos es algo natural. Pero sentir celos invasivos, penetrantes y que te hagan desear poseer el control sobre tu compañero, es una señal alarmante de que te percibes a ti misma como alguien indeseable, lo suficiente como para que tú misma, en el lugar de tu pareja, quieras sustituirte lo antes posible.
No puedes forzar a nadie a estar contigo. Y menos a estar feliz contigo. Cuando Katara usó la “sangre-control” para detener a la bruja, ésta se encontraba manipulando a los amigos de Katara, usando la “sangre-control” para hacer que se mataran entre sí.
No permitas que los celos destruyan tu hogar
Tú no estás evitando ningún asesinato, como lo hizo ella, pero cuando sometió a la bruja, Katara lloró porque se dio cuenta de que lo que acababa de hacer era algo que denigraba su condición de ser humano: no se puede someter a nadie sin pagar un precio elevado. Si uno sigue la historia de Aang y Katara, uno puede ver que ella nunca más usó “sangre-control”, ni siquiera en el momento culminante de la saga, cuando fue atacada por la “maestra-fuego” más poderosa, a la cual venció sin controlarla.
