Pareja con historia similar a la de un cuento de hadas, revela la ÚNICA regla que tienen, ¿lo harías con tu amor?
“Somos nuevos en esto y sabemos que nos vamos a equivocar, pero tenemos una regla que nos ha mantenido unidos desde que tenemos memoria”.
Mariel Reimann
No hay una fórmula mágica para mantener una unión matrimonial siempre funcionando, sin embargo esta pareja sigue a muerte una sola regla que les ha ayudado a salir airosos de cada uno de los conflictos que han tenido que enfrentar juntos.
Según lo que compartido por el Insider, esta pareja israelita se conoció cuando eran tan sólo un para de bebés, y ninguno de los dos podía ni siquiera caminar.
Los primeros recuerdos que ambos tienen de su relación comienzan en el jardín de infantes, pero recién en su último año en la escuela primaria fue cuando la historia de amor comenzó a solidificarse.
Yonaton, comenzó a dejarle mensajes escritos en pequeñas notas, en el casillero de Aviyah, de la escuela a la que ambos asistían. Y su relación de novios comenzó cuando estaban en la escuela secundaria.
Como toda historia de los cuentos de hadas, la declaración de amor y del deseo de compartir el resto de la vida con otra persona debe ser grandilocuente, y Yonaton, no se quedó corto.
En el año 2013, y con 20 años cada uno, Yonaton le pidió a Aviyah que mirara por una ventana, y fue allí cuando ella se encontró con un enorme letrero en el que él le pedía formalmente que fuera su esposa (entre corazones dibujados).
Se casaron a los nueve meses de la propuesta y hoy por hoy son marido y mujer y tienen un hijo.
El secreto
Su secreto no es algo de lo que nunca antes se haya hablado, o algo que ellos descubrieron, su secreto es simple, pero quizá por eso, es que muchas parejas no lo aplican.
Por alguna razón, todos los seres humanos tenemos una tendencia a complicar las cosas, así que si alguien nos dice que para adelgazar sólo debemos tomar dos vasos llenos de agua 2 minutos antes de cada comida, lo más probable es que no lo creamos y que digamos cosas como: “sí mira que va a ser tan fácil”, o, “Si fuera tan fácil todo el mundo sería delgado”.
Lo sorprendente es que sí, las cosas pueden ser tan fáciles, pero nosotros las hacemos más complicadas de lo que deberían ser.
“Nunca ir a dormir estando enojado con el otro”
Esa es la regla, y para que esto funcione, las excepciones no deben existir. Al igual que con el ejemplo de los dos vasos de agua, que dicho sea de paso, sí funciona (te reduce el apetito y te hidrata, ayudándole a tu cerebro a no confundir la sensación de ser con hambre y evitando que comas una segunda porción, ayudándote a comer porciones mucho más pequeñas), así es esta regla tan simple, pero tan efectiva.
La mayoría de los problemas matrimoniales comienza con algo tan pequeño, como: ¿por qué no me dijo que iba a llegar tarde hoy?, “no entiendo por que nunca saca la basura”, “le dije que no me gusta el tomate, pero siempre hace algo con tomate”, etc.
Son ‘tonteras’ como decía mi abuela, pero con el tiempo se acumulan, generan enojos, y más tarde rencores.
Ningún problema matrimonial nace con el tamaño de una montaña
Si todos pudiéramos entender este concepto tan simple, las cosas serían más fáciles.
Los problemas siempre comienzan con algo pequeño; el auto no se rompió como por arte de magia, el auto se rompió por que las piezas se han ido desgastando y no las hemos reemplazado o no le hemos prestado atención.
Los matrimonios y las relaciones son iguales. No se rompen el día que nos piden el divorcio; las piezas se han ido desgastando con el diario vivir si no las hemos estado enaceitándolas.
Irse a dormir habiendo solucionado los conflictos
La regla es simple, pero sólo funciona, si se aplica cada día. Pero uno de los elementos claves para que esto funcione, es que ambos estén dispuestos a escuchar, sin protestar y con ánimo de encontrar una solución, los reclamos que el otro tiene.
Lo más difícil: Aceptar que no somos perfectos y que a veces lo que más nos gusta de nosotros mismos, es algo que nuestra pareja no soporta.
Sí, es difícil, pero si amamos a esa persona y queremos que las cosas funcionen de verdad, vamos a tener que aprender a aceptar lo que le molesta al otro de nosotros, así como el otro deberás hacer su parte.
Mariel Reimann
Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.
