Pasajes bíblicos para orar en familia
Podemos cultivar momentos diarios para leer la Palabra de Dios. Hacerlo, nos hará tratar a Jesús con confianza y cariño, e iluminará la vida de tu familia.
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Marilú Ochoa Méndez
Hace unos días, mi hija de seis años se quedó encerrada en el cuarto de lavado. La puerta tiene un cerrojo interior y uno exterior, y -sin fijarnos- alguno de nosotros colocamos el exterior y salimos del área. Ella, que disfruta jugar en ese espacio, no se dio cuenta hasta algunos minutos después, y se asustó mucho.
En casa notamos su ausencia, y fuimos a buscarla. La encontré yo, llorando inquieta. Me dijo con grandes lágrimas que había pedido ayuda a Jesús. y que Él no la había escuchado, pues había logrado salir hasta que llegué yo.
Ese desamparo que ella sintió lo hemos sentido muchos. Estamos atorados en una situación apremiante, y gritamos por ayuda pero la varita mágica no convierte nuestra calabaza en carruaje, y nos desanimamos por que no sentimos que se nos haya escuchado.
Es que no siempre comprendemos lo que es la oración, ni cómo Dios actúa. Quisiéramos que Él se ajustara a nuestras expectativas, y fuera como una especie de genio mágico dispuesto a conceder cada uno de nuestros deseos, y eso vuelve a mostrar que no conocemos a Dios. Si no lo conocemos, no sabemos cómo relacionarnos con Él, y esto se convierte en un círculo vicioso.
Pero Él ansía conocernos, y nos invita
Las personas nos conocemos conviviendo, compartiendo tiempo y actividades juntos. Dios nos hizo, nos ama mucho y nos ha dado todo. Él ansía que lo busquemos, que nos acerquemos a Su presencia. Si hay algo que puede cambiar el corazón del hombre, es la convivencia con su amoroso Creador.
Estoy segura que deseas que tú y tu familia conozcan y amen a Dios. Entonces, ¡manos a la obra!. Es preciso promover la oración: el diálogo constante y cálido con una Persona real que nos mira, nos ama y nos responde.
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Primero: hacer disponible la Palabra
En los Evangelios, encontramos la palabra de Dios. A lo largo de todos los libros de la Biblia, podemos encontrar mensajes precisos de Dios para el hombre a lo largo de los siglos. La razón por la que la Biblia es un libro santo, es porque es un medio por el que Jesucristo nos habla a cada uno al corazón.
La primer sugerencia que te propongo, es que coloques tu Biblia en un lugar especial en casa, y que procures que sea un libro de batalla, es decir, un libro fácil de llevar a diferentes partes, un libro grueso y resistente, porque la idea es que se convierta en escudo y armadura para cada uno de los miembros de tu hogar.
Segundo: orar es sencillo
Las indicaciones precisas del Hijo de Dios que recoge Mateo para orar son: “cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará” (Mt 6: 6).
¿Cómo habla un bebé o un niño a su padre? A veces, le grita, a veces le llora, a veces patalea para llamar su atención. Tú, que has sido bebé, sabes cómo orar. Solo dirígete a Dios como te dirigirías al dueño de tu existencia.
Ayuda estar en “lo secreto”. En privado, puedes “soltar el cuerpo”, y desahogarte. Puedes evitar las poses y derrumbarte en confianza.
La última parte de este pasaje es, para mí, preciosa y reconfortante. Si oras, “tu Padre te recompensará“. Dios te consolará, te premiará, te reconfortará. ¿No es precioso?
Tercero, ve poco a poco
Cuando te acostumbras a la inmediatez de nuestro mundo, y a las recompensas inmediatas de las redes sociales, por ejemplo, es difícil que orar parezca atractivo. Para promover efectivamente en casa la belleza y riqueza de la oración, es importante ir poco a poco, con prudencia y haciendo notar lo especial, única y distinta que será la experiencia.
Te sugerimos además, ir de menos a mas. Iniciar con citas cortas y mas sencillas, que cuenten historias o parábolas, o sean sencillas de comprender, y procurar orar en voz alta al inicio, de manera que modeles vías para que tus hijos vayan viendo cómo pueden dirigirse a Dios.
Deja que el Espíritu Santo te guíe
Te sugeriremos algunos pasajes, pero no te quedes solo en ellos. Todas las Biblias tienen un índice de temas que te ayudará a buscar justo lo que su corazón necesite en el momento oportuno.
Dios quiere nuestro bien y nos indica cómo conseguirlo
“Hoy te ordeno que ames al Señor tu Dios, que andes en sus caminos, y que cumplas sus mandamientos, preceptos y leyes. Así vivirás y te multiplicarás, y el Señor tu Dios te bendecirá en la tierra de la que vas a tomar posesión” (Deut, 30-16)
Dios quiere que estemos unidos
“Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito” (1 Cor, 1-10)
Dios desea que amemos de verdad
“Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto” (1 Juan 4, 20)
Dios nos escucha y atiende
“Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!” (Lc 11, 13)
Dios nos perdona y sana
“¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados“. (Miq 7, 18-19)
No dejes de dedicar un momento diario en familia a meditar la Palabra de Dios, y déjanos saber cómo enriquece tu vida.