Por qué cuando salgas de casa, debes despirte de tu hijo (aunque quede llorando)
Siempre pensé que era mejor irme de casa cuando mis hijos estuvieran distraídos o dormidos. Pensaba que de ese modo al no ver cuando yo me iba, ellos no sufrirían, sin embargo estaba equivocada.
Fernanda Gonzalez Casafús
Siempre pensé que era mejor irme de casa cuando mis hijos estuvieran distraídos o dormidos. Pensaba que de ese modo al no ver cuando yo me iba, ellos no sufrirían, sin embargo estaba equivocada.
Cuando los bebés son muy pequeños es normal que estén muy apegado a su madre. Y digo que es normal porque es algo sano y completamente natural a los mamíferos. Los bebés buscan sentirse protegidos y para ello nada mejor que estar cerca de sus progenitores. Es lógico que si de un momento a otro su madre desaparece de su vista comience a llorar, por lo que el hecho de irte de casa cuando tu hijo no está viendo, sólo te libera a tí de ese mal pasar, pues tu hijo tarde o temprano llorará cuando no te vea.
¿Por qué los niños deben ver cuando nos vamos de casa?
Es fundamental que al irte de casa te despidas de él, con un saludo, un beso o unas palabras de cariño. Aunque sea doloroso verle llorar es lo más sano hacerlo así, ya que su madre no desaparece “por arte de magia” y con el correr del tiempo comprenderá que cuando te vas, vuelves.
Yo tardé un tiempo en comprender ésto. Con mi hijo más pequeño sucedió que yo me iba sin avisar y desaparecía de su vista cuando estaba distraído, y estuvo mucho tiempo corriendo por toda la casa buscándome, cuando de repente yo iba simplemente a la cocina o salía al patio. Él no sabía si realmente estaba dentro de casa o si había vuelto a desaparecer. Cuando comprendí esta actitud egoísta de mi parte comencé a tomar partido y reaccioné. Entonces, cuando debía salir de casa comencé a explicarle que me iría por unos minutos y luego volvería. Así, cuando él estaba jugando en el living con su padre y no me veía porque yo estaba en la cocina ya no se desesperaba, porque sabía que si saldría de casa iría a saludarlo.
Pero, ¿no sufre más si me ve ir?
Dependiendo de la edad del niño y de la relación con sus padres esta reacción de llanto y angustia al ver que su madre o padre no está, puede variar. Sin embargo siempre será mejor que te despidas al irte porque al no hacerlo se le está privando al niño de elaborar las emociones que naturalmente produce la separación durante los primeros años de vida. En la primera infancia las categorías de tiempo y espacio no están aún construidas en su totalidad, por lo que para ellos 10 minutos puede significar horas. Y aquí radica la importancia de explicarle a tu hijo a través de palabras, gestos o algún símbolo que pacten, que mamá se irá pero volverá, ya que cuando le dices “enseguida vuelvo” ese enseguida puede ser una eternidad. Con el paso del tiempo el niño comprenderá que mamá vuelve después de todo. Si desapareces sin decir nada puedes desaparecer en cualquier momento y es cuando el niño está pendiente de no perderte de vista ni un minuto. Recuerda que eres su mamá y eres su refugio.
¿Dejará de llorar en algún momento cuando me vaya?
La capacidad de espera del niño y de elaborar la ausencia de su madre o padre se irán normalizando a medida de que el niño crezca y que junto a su proceso madurativo los padres sepan brindar las condiciones necesarias para que estos procesos sucedan. Permitirle al niño despedirse de su madre aún cuando él llore, le permitirá elaborar su ausencia y así favorecer una regulación en las emociones del niño.
Desaparecer de la vista del niño sin avisar puede generar sensaciones de inseguridad y desprotección. Nunca te vayas de casa sin despedirte de tu hijo. Recuerda que la buena comunicación y los lazos afectivos generan un sostén emocional en el niño que servirá para toda su vida.