¿Por qué exigirle a tu hijo atención, si tú no eres capaz de atenderlo mejor?
Dos propuestas que beneficiarán a ambos
Erika Gaytán
¡No puedes pedir lo que no das! Si tú eres de las madres que prefiere comprarles a sus hijos juguetes o aparatos electrónicos para que estén entretenidos y no te “molesten” ¡cuidado! cuando quieras que estén contigo, te platiquen sus problemas, te consulten sus dudas o simplemente te compartan sus éxitos no lo van a hacer tan fácilmente porque desde niños les has enseñado a no tenerte cerca a ti, sino a otras cosas y personas. Es por esta razón que en muchas ocasiones los hijos tienen más confianza en sus amigos, que en su propia familia. Lo mismo sucede con las muestras de cariño, los detalles, el respeto, la comprensión…al no mostrar de tu parte interés, al niño le vas creando la idea de que no te interesa él, que no sabes mostrar cariño, a que no esperen ninguna atención de tu parte, a que no te respeten, etc. En ocasiones también suelen hacer todo lo contrario con sus hijos por la carencia que tuvieron en su infancia, pero el reproche llega tarde o temprano a relucir o se vuelve un pretexto para no acercarse a sus padres, ya ancianos.
Dos propuestas que te ayudarán a poner más atención a tu hijo
Muestra interés en la vida de tu hijo
Se tiene la idea falsa de que los niños solo pueden tener historias “vacías” para relatar, mientras que los padres están pensando en resolver mil problemas en su cabeza, lo cual es razón suficiente para oírlos, sin escucharlos. Sin embargo esto es totalmente falso, porque así como tú como adulto vives una vida importante para ti, el pequeño también vive la suya en donde aprende igual o hasta más que tú. Por ello te recomiendo que cada vez que tu hijo viva momentos en los cuales no participes como la escuela, una fiesta, una reunión, una salida…hagas una pequeña pausa en tus preocupaciones para que le dediques unos minutos a tu hijo y le preguntes siempre cómo le fue, que vio, a quién conoció, qué aprendió, etc. Con esto lo acostumbrarás desde pequeño a que comparta contigo sus vivencias.
Respeta sus ideas desde sus primeros años
Es normal que la plática de tu hijo a temprana edad no tenga relevancia para ti o te cause gracia algunas cosas por lo ocurrente de la situación o no entiendas nada de lo que te está compartiendo. Si lo que te dice te hace reír pero observas que para tu hijo no representa nada gracioso, no te rías porque puede interpretar que te estás burlando de él. Por otra parte debes estar muy atenta de lo que te comente tu pequeño, porque aunque para ti no tenga importancia, para él es significativo y debes estar alerta. Cuando no entiendas lo que te está platicando pídele que te aclare bien lo que te dice, con esto tú sabrás lo que vive y por otro lado mostrarás interés a sus cosas. No pierdas de vista que todo lo que tu hijo haga de grande te lo va a deber a ti, a lo que le hayas dado y enseñado desde su infancia, en cuestión profesional, sus hábitos, sus valores…”todo lo que cosechas, siembras”, todo lo que das recibes.