¿Por qué no adelgazo? estos son los errores comunes que te impiden perder peso
Una dieta sana, una buena rutina de ejercicio y el debido descanso son la fórmula para perder esos kilos extras para siempre.
Emma E. Sánchez
Estoy en mis 50 años y los últimos 12 años he mantenido una lucha constante para controlar y mantener a raya mi peso.
A estas alturas de mi vida te puedo decir que experimentado muchas dietas: keto, la zona, cero carbohidratos, Atkins, homeopatía, ayuno intermitente y también con ejercicio, yoga, aerobics, zumba, pesas y hasta correr.
Mucho tiempo he estado en mi peso, pero también otras tantas veces, he recuperado esos kilos con facilidad.
Hoy me atrevo a compartir contigo algunas de mis experiencias en este ir y venir de nutriólogos y kilos para que, primero, no cometas mis errores y segundo, encuentres tus propias claves y el peso deje de ser una lucha eterna para ti.
¿Me permites? Pues entonces ¡adelante!
Desterrando algunos mitos
Tenemos que hablar con claridad acerca de estos puntos desde el principio, pues con frecuencia tenemos expectativas lejanas de nuestra realidad y esto a futuro solo nos genera mucha ansiedad y decepción pues no logramos aquello que simplemente no es posible para nosotras.
Te pido contestes en tu mente o de ser necesario, escribas las respuestas a estas preguntas tras pensarlas con detenimiento.
1 ¿Conoces tu peso sano?
No el ideal o el que te gustaría tener, te hablo de lo que es bueno para tu salud en primer término y en segundo, para verte y sentirte muy bien.
¿Este peso sano, lo consultaste con tu médico o nutriólogo? O ¿solo lo viste en internet o es tu peso de juventud y de soltera que quieres recuperar?
2 ¿Te han hecho alguna prueba de tiroides u hormonas recientemente?
Pasa algunas veces que el no poder bajar de peso tiene su razón en cuestiones hormonales e inclusive por ¡parásitos intestinales! De ahí la importancia de ir al médico y si él lo indica, realizarte algunas pruebas para descartar algún problema de salud que esté impidiendo bajar de peso.
3 ¿Puedes reconocer por qué tienes peso extra?
Esto significa si estás consciente de que la gran mayoría de las veces subimos de peso porque comemos demasiado y tenemos vidas sedentarias. Como dice la frase: el primer paso es aceptarlo para entonces, desde ahí, comenzar nuestro ascenso al éxito.
Tu dieta, ¿la diseñó un nutriólogo? ¿tú médico? ¿O simplemente la tomaste de alguien más?
Esta parte es muy importante porque tu salud y tu vida puede estar en riesgo si la dieta no considera tus necesidades particulares o no te revisó un médico, pues puedes desarrollar anemia, debilitar tu sistema inmunológico, descompensarte y otros problemas que revisaremos más adelante.
Ahora sí, estamos listos para continuar
¿Te ha pasado que haces ejercicio y dieta y por más que te esfuerzas, no bajas de peso?
Uno de los errores más comunes que cometemos al ponernos con dieta y ejercicio, es que solo pensamos en bajar el número que la báscula nos muestra y olvidamos que al hacer ejercicio con dieta, los primeros días podemos bajar algo de peso, lo que muchos llaman “kilos o grasa suelta”, esa que con cuidarnos un poco eliminamos fácilmente y puede ir desde 1 hasta 3 kilos en 15 días y nos sentimos felices y motivados. Pero luego, ¡nada! La báscula deja de moverse, ya no es tan sencillo perder kilos y nos desmoralizamos.
Nos olvidamos que al hacer ejercicio ganamos músculo y ese toma el lugar de la grasa que perdemos y por cierto, el músculo pesa más que la grasa.
Para evitar esta decepción y perder tu motivación, te recomiendo lo siguiente:
Pésate cada semana, el mismo día a la misma hora y de ser posible en ayuna y con la misma ropa, pero también mídete. Toma medidas de busto, cintura, cadera, tu pierna y brazo, inclusive cuello y toma nota. Muchas veces nuestro esfuerzo se ve recompensado en las medidas que perdemos no precisamente en peso.
Sobre-ejercitarte o no descansar
Este es otro grave error que todos lo cometemos en algún momento. Estamos altamente motivados y nos imponemos fuertes rutinas que pueden llegar a inflamar a nuestro cuerpo. Esa hinchazón se traduce en peso finalmente, por otro lado, puede ser que al mismo tiempo no estemos descansando lo que nuestro cuerpo requiere para desinflamarse y recuperarse de todo el esfuerzo al que lo tenemos sometido.
Si estás en un plan de ejercicio, descansar y dormir bien es tan importante como seguir una dieta sana.
Hay que revisar la famosa dieta
Al inicio de este artículo te preguntaba si fue el médico o el nutriólogo quien diseñó tu dieta, pues con demasiada frecuencia muchos de nosotros, y más las mujeres, solemos creer que cualquier dieta que anuncian en lo medios o un libro famoso puede funcionar como arte de magia a nosotros también.
Ten presente algo: perder muchos kilos muy rápido o fácilmente es señal de que no es una buena dieta para ti.
El daño más común de seguir dietas de este tipo es que lo más probable es que venga el famoso “rebote” y recuperes, y puede ser que hasta ¡más!
Tener un peso saludable, donde te sientas y te guste como te ves, es cuestión de esfuerzo. No hay como salvarse de esto. Me atrevo a decir que inclusive someterse a una cirugía de manga gástrica para comer menos, requiere de mucho esfuerzo y disciplina. Todo lo que vale la pena, requiere de esfuerzo y persistencia.
La dieta es la clave para lograr tus metas, el ejercicio sin una alimentación correcta, nunca dará los mismos beneficios que una rutina acompañada por hábitos alimenticios sanos.
Bebe agua
Es fundamental para que la digestión se realice de manera óptima. Se requiere una buena hidratación para eliminar todas las toxinas y desechos acumulados en los intestinos. Se requiere de agua para no deshidratarnos por todo el sudor que generamos, pues mantiene los órganos sanos sin estresarlos y hacerlos colapsar, especialmente cuando hablamos de los riñones.
Como ves, hay que poner especial atención a estos detalles para que la dieta y el ejercicio funcionen a tu favor.
Hoy más que nunca, todos debemos esforzarnos por tener mejores hábitos alimenticios y ejercitarnos. Esta es la mejor manera de mantener alejadas las enfermedades de nuestra vida y cuando nos llegan, estar fuertes para resistirlas y vencerlas.
Anima a tu familia a ser más activos juntos y a desarrollar una actitud sana hacia la alimentación correcta. Ellos te lo agradecerán.