Pornografía: Tres principios que te ayudarán a hablar con tus hijos sin temor
La pornografía ataca hogares con resultados desastrosos personales y familiares. Es nuestra responsabilidad como padres proteger a nuestros hijos y podemos hacerlo hablando con ellos sobre el sexo, sobre la pornografía, y sobre sus sentimientos.
Denhi Chaney
La pornografía es la plaga de esta generación. Se encuentra en todos los medios de comunicación, sea video, revistas, películas, libros y música, por causa de que vivimos en una cultura altamente sexualizada, donde se le admite como algo normal y parte del desarrollo sexual de cualquier ser humano, y se hace caso omiso de su carácter adictivo. Como padres debemos conocer y discernir las mentiras detrás de esta cultura: la pornografía desensibiliza, manda un mensaje erróneo de la sexualidad, apoya el abuso sexual de mujeres y niños, destruye familias y crea grandes cadenas de adicción que no son fáciles de destruir. Cada familia debe estar preparada con la información necesaria, y con el valor de hablar de este tema con nuestros hijos e hijas.
Primeramente, es importante entender que la pornografía es cualquier medio cuyo fin principal sea el provocar una reacción sexual tanto psicológica como física, que a corto plazo es placentera, pero a largo plazo crea una dependencia para lidiar con los problemas y el estrés propios de esta vida. Los estudios realizados a la fecha confirman que, aunque recuperarse de cualquier adicción es difícil, la adicción a la pornografía es mucho más difícil, ya que crea una dependencia psicológica y no solamente física. Es importante entender que una primera o segunda vez de entretenerse en pornografía no significa adicción automática, sin embargo, la pornografía está hecha con el fin de que el espectador regrese una y otra vez hasta que la adicción sea inevitable. Por esto la indulgencia ocasional es altamente peligrosa y es el mejor momento para hablar con nuestros hijos para prevenir una futura adicción.
Existen dos formas principales de prevención: física y emocional. La forma física de prevención empieza cuando como padres tomamos la decisión que nuestro hogar tiene que ser un lugar seguro en donde los hábitos y tentaciones no se puedan encontrar. Toda computadora, celular y televisión debe de contar con filtros y contraseñas en donde solamente los padres tengan acceso. Es altamente recomendable quitar cualquier computadora o televisión del cuarto y ponerlos en lugares visibles. Esto se hace porque aunque nuestros hijos o hijas no estén buscando pornografía esta se puede encontrar en correos electrónicos que recibimos, y en cualquier página de internet. Recordemos que la industria pornográfica quiere que los encontremos aunque no los estemos buscando.
Aunque la protección física es invaluable, nada ofrecerá mayor protección que la prevención emocional, y ésta es la relación que debe exisitir entre padre, madre e hijos. A continuación planteo tres tipos conversaciones que son esenciales y necesarias así como también algunos consejos para ayudarnos como padres a poder establecerlas con nuestros hijos, con la motivación necesaria y con la paz interna que se requiere. Es importante mencionar que aunque inevitablemente nuestro papel es enseñar en cualquiera de estas conversaciones, nuestro papel más importante será el de escuchar. De esta misma forma todas estas conversaciones necesitan suceder con los dos papás presentes. El papel del padre es sumamente importante al igual que el de la madre.
Conversación sobre sexo
Con los mensajes culturales que nuestros niños reciben diariamente sobre el sexo es invaluable que a la edad de siete años, o incluso antes si ya han sido expuestos, uno tenga una conversación sobre la naturaleza del sexo. Este es un tema difícil para padres y regularmente nos ponemos nerviosos y con ansiedad sólo de pensarlo, pero les sugiero que piensen en esto, si nosotros no les brindamos la información adecuada alguien más se las dará, si nosotros no mandamos claro el mensaje de que sus preguntas son bienvenidas, ellos se las harán a alguno de sus amigos, quienes probablemente no estará en posición de responderlas y proporcionará la información incorrecta. Queda en nosotros que sepan que el sexo es natural y una demostración de amor entre pareja y que la mayoría de las imágenes y videos que recibimos no demuestran esta naturaleza. Si ustedes como padres están muy nerviosos por tener una charla de este tipo con sus hijos, practiquen el uno con el otro hasta que se sientan seguros de sí mismos. O también pueden escribir lo que piensan al respecto para ordenar sus ideas antes de dicha conversación.
Conversación sobre la pornografía
la pornografía es mala pero tú no lo eres
Ninguna conversación necesitará nuestra paciencia más que esta. Si sus niños han sido expuestos, tendrán muchas preguntas pues la pornografía modifica la manera en que se perciben las relaciones sexuales, hasta volverlas viles y grotescas. Es importante llegar a esta conversación con un sentimiento de amor por el niño(a). Si dejamos que entre el pánico, mandaremos el mensaje de que no somos una fuente segura y es muy posible que nuestros hijos no quieran hablar y se sientan avergonzados. Es importante transmitir el mensaje de que la pornografía es mala pero tú no lo eres. Es sumamente importante no hacer al niño sentir mal, sino mandar el mensaje de que es amado y que están en esto juntos. Escuchen y escuchen un poco más acerca de cómo se la encontró, que sintió y pensó al respecto, que es lo que piensa hacer en un futuro y demás, sin que esto llegue a parecer un interrogatorio en un cuartel de policía. Solamente así uno como padre puede dirigirlos y pensar en formas de evitar que esto suceda nuevamente. Solamente cuando el niño se siente amado por sus padres puede tener el valor de resistir la tentación si se vuelve a presentar.
Conversación sobre sentimientos
Anteriormente dijimos que la pornografía se vuelve un medio de lidiar con el estrés y evadir sentimientos que uno no quiere sentir. Por esto mismo es esencial hablar y enseñar a nuestros hijos a lidiar con sentimientos como estrés, enojo, y tristeza. Ahora, si nosotros mismos evadimos y no sabemos cómo lidiar con estos sentimientos es tiempo de aprender. Hay libros, terapias, grupos, y muchos recursos en Internet en donde podemos aprender a aceptar los sentimientos por lo que son, y cómo lidiar con ellos de forma sana y productiva. Estas mismas habilidades se les podemos enseñar a nuestros hijos. Si nuestros hijos saben cómo lidiar con estos sentimientos será mucho menos probable que busquen desahogarse por medios destructivos, como la pornografía.
El papel de padres lleva consigo el honor y la responsabilidad de cuidar, enseñar y proteger a nuestros pequeños. Si empezamos con estas ideas nuestro hogar estará más protegido contra la industria pornográfica. Pero como cualquier cambio que busquemos hacer, el primer cambio empieza con nosotros. Tomemos la decisión de luchar en contra de la industria al mismo tiempo que superamos nuestras debilidades y nos convertiremos en mejores padres.