Porque debes DEJAR DE PEDIR DISCULPAS hoy mismo, y qué debes hacer en su lugar
Pedir perdón NO es lo adecuado en ciertas situaciones. Cambia tus disculpas por esta acción y notarás una gran diferencia.
Zaida Libertini
Imagina estas situaciones y piensa si alguna vez lo has hecho: Tienes una visita inesperada a primera hora en tu casa, abres la puerta y lo primero que sale de tu boca es algo como “perdón por el desorden”. Luego, habías hecho planes para tomar un café con una amiga, pero por tu visita llegaste 5 minutos tarde, lo primero que dices al saludar a tu amiga es “perdón por llegar tarde”. Dentro de la conversación, le cuentas a tu amiga tus problemas y luego te disculpas por cargar la conversación con negativismo. Te despides de tu amiga, y en camino a casa alguien se tropieza contigo y tu reacción inmediata es pedir disculpas, AÚN si no fue tu culpa. Piensa tambien en cuantas oraciones de tu comunicacion diaria comienzan con un “disculpame, pero…”.
¿Puedes identificarte con alguna de estas situaciones? Seguramente tu respuesta fue sí a todas o algunas de estas situaciones. Muchos de nosotros estamos programados a pedir disculpas automáticamente ante situaciones que realmente no lo ameritan. Sin darnos cuenta, hacer ésto constantemente puede llegar a bajar nuestro autoestima y crearnos un sentimiento de culpabilidad falsa. Además de ésto, si eres una persona que se disculpa constantemente, puedes ser percibida como débil o con poca seguridad en ti misma.
Por supuesto, pedir disculpas después de cometer un error si es necesario. Si sabes que has hecho algo indebido o has lastimado a una persona, es tu deber como ser humano ofrecer tus disculpas y no repetir la falta, pero debes aprender a identificar las situaciones en las que pedimos perdón deliberadamente sin la situación ameritarlo.
Según estudios, este problema es mayormente visto en mujeres, ya que nosotras tendemos a sentir mayor necesidad de disculparnos que los hombres, porque catalogamos más de nuestras acciones como ofensivas a los demás y por el deseo de evitar conflictos.
Piensa en los ejemplos anteriores, ¿Crees que está bien pedir disculpas en esas situaciones? Muchas veces confundimos la necesidad de pedir disculpas con un signo de amabilidad, educación o para mantener el armonía en nuestras interacciones. Sin embargo, hay maneras más efectivas de hacer eso sin pedir perdón a izquierda y derecha.
Si no debes pedir disculpas, ¿qué debes hacer?
Recientemente me crucé con una imagen de la ilustradora y caricaturista Yao Xiao, en lo cual ella ilustra brillantemente ciertas situaciones en las que podemos demostrar agradecimiento en lugar de pedir disculpas. Muchas veces, agradecer en lugar de disculparnos representa más adecuadamente el sentimiento que queremos expresar a los demás. En otras palabras, no pidas perdón en situaciones donde realmente deberias agradecer.
Es muy sencillo, toma en cuenta las situaciones en nuestros ejemplos anteriores:
En lugar de recibir tu visita con un “perdón por el desorden”, salúdala con alegría y dale “gracias por no juzgar mi loza sucia”.
En lugar de disculparte con tu amiga por llegar 5 minutos tarde, salúdala y dile “Gracias por tu paciencia al esperarme”, y luego puedes explicarle tu visita.
En lugar de disculparte por hablar de tus problemas, di “gracias por escucharme y ser mi amiga”.
Si alguien se tropieza contigo en el camino y no fue tu culpa, en lugar de reaccionar inmediatamente y adelantarte a pedir perdón espera, ya que generalmente la persona en falta se disculpara, y entonces puedes darle las gracias por su disculpa y decirle que esta bien.
¿Sabes lo que pasará cuando comiences a expresar gratitud en lugar de pedir disculpas? Las personas percibirán el positivismo en ti y naturalmente se sentirán halagados al darse cuenta que aprecias sus acciones. ¿Porqué? Porque es mucho más satisfactorio que te demuestren gratitud a que te pidan perdón.
Intenta hacer un esfuerzo consciente por cambiar tus disculpas automáticas con agradecimientos, y notarás como tu actitud y la de los demás en sus interacciones mejorará.