Prepárate para cuidar a tus padres como ellos cuidaron de ti
El papel de los hijos es fundamental en la vida de los padres cuando ellos envejecen; aprende la úlitma lección y regrésales todo el amor que te dieron.
Adriana Acosta Bujan
Aún recuerdo los dulces besos que mis padres me daban en mis rodillas cuando me lastimaba jugando en el parque, los viajes increíbles que me dejaron bellas enseñanzas, los desacuerdos constantes que teníamos durante mi adolescencia y ese apoyo incondicional que me ofrecían cuando lo necesitaba.
Cuando somos niños lo único que nos importa es saber que mamá y papá estarán siempre presentes, en cada momento, en cada dificultad y en cada logro obtenido. Durante la infancia es raro y poco común que se valore todo lo que los padres hacen por nosotros; sus desveladas contantes, sus sacrificios, sus consejos sabios y llenos de sabiduría, puesto que en esa etapa somos inmaduros.
Sin embargo, al ser adultos es inevitable no darse cuenta de los esfuerzos que ellos realizaban cuando éramos niños por vernos felices, sanos y realizados emocionalmente. Y es ahí cuando se valora ese amor puro y maravilloso que solo los padres pueden dar.
Los roles cambian poco a poco
Es complicado aceptar que nuestros padres envejecen, que poco a poco sus energías se van disminuyendo o que se les llegan a olvidar algunas cosas. Incluso que las enfermedades se hacen presentes en sus cuerpos obstaculizando su calidad de vida. Por tal razón, que es importante tomar las riendas y cambiar los roles convirtiéndonos en los padres de ellos; como una forma de agradecer todo lo que hicieron por nosotros.
Tarde o temprano llegará el día en el cual los hijos ayudemos, apoyemos, cuidemos y por qué no decirlo, mantengamos económicamente a nuestros padres, ya que así es la vida. Nunca olvidemos que ahora ellos necesitan de nosotros más que nunca; aunque en muchas ocasiones los padres lo nieguen, pues no es fácil aceptar la idea de convertirse en una carga para sus hijos.
Nuestra última enseñanza
Cuando los padres envejecen, será una gran oportunidad para devolverles los cuidados y el amor que ellos nos han dado por décadas, como una forma de valorar su amor. Ahora bien, ¿cuál es el rol de los hijos en ese momento?, ¿cómo ayudar a los padres sin que ellos se sientan ofendidos o heridos emocionalmente? Aquí te comparto algunas ideas.
1 Anticiparse a las necesidades
Es poco probable que los padres recurran a los hijos cuando tienen una carencia o necesitan algo para estar bien; tal vez por sus ideologías o costumbres arraigadas. Por tal motivo, será fundamental la intervención de los hijos anticipándose a cubrir las necesidades de sus padres, sin esperar que ellos soliciten la ayuda.
Se trata de ser observadores de los padres, de obsequiarles comida, medicamentos, ropa, diversiones; ofrecerte para limpiar su casa, lavar su ropa y demás cosas que requieren para vivir.
2 Llamadas constantes
Seguramente recordarás cuando tus padres te llamaban más de dos veces al día, para saber cómo estabas, dónde te encontrabas y qué necesitabas. Ahora será todo lo contrario, tus llamadas serán indispensables para cuidar de tus padres y saber cómo están. Con solo escuchar sus voces diariamente te sentirás tranquilo y relajado.
Recurre a la tecnología utilizando video llamadas, mensajes de texto o cualquier tipo de comunicación para estar al pendiente de ellos; la idea es hacerte presente en todo momento.
3 Visitas frecuentes
No hay nada más maravilloso en este mundo que convivir con la familia, así que planea visitas frecuentes a casa de tus padres; puedes invitar a tu pareja e hijos para pasar una tarde agradable, llena de risas y momento divertidos.
En la medida de lo posible y cuando tus responsabilidades te lo permitan, realiza vistas sorpresivas e inesperadas, aunque sea solo por unos minutos; esto es para asegurarte que tus padres están bien y que no necesitan nada.
4 Estar al pendiente de la salud
Los hijos debemos aceptar que es totalmente normal que la salud de nuestros padres poco a poco se va deteriorando; es parte del ciclo de la vida. Por ello, como una manera de agradecimiento será importante mantenerse al pendiente de los cuidados de la salud. Llevarlos al doctor, comprar sus medicamentos o cualquier cosa que ellos requieran. Tal vez, podrás tener la oportunidad de contratar a una cuidadora o enfermera para que los ayude cuando te sea imposible cuidarlos.
5 Menos preocupaciones y más tranquilidad
Sabemos que los padres siempre estarán presentes y disponibles cuando los hijos necesitan cualquier tipo de ayuda, apoyo, guía o consejos. Sin embargo, como adultos debemos aprender a confiar en nuestras capacidades e inteligencia al tomar nuestras propias decisiones y de solucionar los problemas de manera independiente sin recurrir tanto de los padres.
Esto es para que ellos no se preocupen demasiado y vivan tranquilos; no me refiero a que les mientas cuando te sientas mal, sino aprender a callar algunas cosas con la finalidad de no alterar a tus padres, ya que algunas veces las preocupaciones llegan a afectar la salud y estado de ánimo.
Es una bendición y un regalo de Dios, tener la oportunidad de cuidar a nuestros padres durante su vejez; incluso, es una gran oportunidad que la vida nos da para arreglar las cosas con ellos y para perdonarse. Sé agradecido, valora y atesora el amor incondicional que te dieron durante toda tu vida. ¡Ahora es el momento de devolverles todo lo que hicieron por ti!