¿Problemas en el trabajo? 4 buenas ideas para evitar conflictos laborales
Nuestra fuente de ingresos es importante, por lo que debemos cuidarla. Aprende a resolver o evitar problemáticas laborales y duerme más tranquilo.
Emma E. Sánchez
Compartir diariamente una oficina por más de ocho horas con otras personas que pueden no ser del todo afines, genera conflictos de manera natural. Eso no es raro ni extraño. De hecho los conflictos pueden ser oportunidades para el conocimiento e integración de los equipos de trabajo, el establecimiento y clarificación de límites personales y, sobre todo, para mejorar la comunicación, favorecer el diálogo y el respeto entre colegas.
Es triste abandonar un buen trabajo por tener malas relaciones laborales y, si no aprendes a solucionar este tipo de conflictos, ellos irán contigo a donde vayas, y el trabajo de tus sueños puede volverse tu peor pesadilla. Así que vamos revisando estos cuatro puntos que pueden hacer la diferencia en tu vida laboral.
1. Comunícate de manera asertiva y escucha con atención a tus compañeros
Si vas a pedir o solicitar algo, dilo con claridad, si vas a aclarar algo con alguien o a quejarte, usa las palabras adecuadas, sé claro y no abundes en palabrerías. Si alguien te está hablando, deja lo que estás haciendo, escucha con los “ojos” y trata de entender lo que la persona te quiere decir. Es muy desagradable y desmotivador que alguien no ponga atención a lo que se le está diciendo y, para muchos, hasta es una falta de respeto. Evita los chismes, criticar y juzgar; recuerda la regla: “hablar en el lugar correcto, con la persona indicada, en el momento preciso”
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2. Los problemas de trabajo, son de trabajo y no personales
Es increíble la cantidad de personas que toman los conflictos laborales, como ataques directos a su persona. Debes aprender que cuando se hace notar un error en el trabajo, no significa que se haga referencia a tu persona. No hagas personal las discusiones y/o acciones que son y deben seguir siendo estrictamente laborales. No guardes resentimientos hacia quien te hace las correcciones u observaciones, tal vez ese es solo su trabajo.
3. Intenta resolver las dificultades antes de ir con un superior
Los problemas que surgen entre compañeros es preferible resolverlos de la misma manera: entre compañeros. Esto evita muchas situaciones desagradables. La recomendación es que primero se hable a solas la dificultad; si no se corrige, volver a hablar pero esta vez con un testigo. Por último, proceder por los medios que la empresa o la institución tenga para resolver estos asuntos.
Cuando el conflicto es con un superior, la cosa se torna distinta y un poco más agreste en la mayoría de los casos. Intenta hablar en privado, con mucha claridad. De no funcionar, puedes seguir el consejo anterior o definitivamente buscar a un segundo superior y enfrentar el problema. Mide las consecuencias y toma acciones.
4. Tú no eres “una monedita de oro”
Es terrible el abuso por parte de cualquiera que se encuentra en una posición favorecida, con autoridad o con poder sobre sus subalternos. Pero también es terrible tener que trabajar con alguien que es egoísta, ególatra y que sólo piensa en sí mismo, que no trabaja en equipo, que es jefe en lugar de ser un líder. Pero, como lo dije al inicio: nadie es “monedita de oro” para agradar a todos. Por eso, en lugar de buscar corregir a todos tus compañeros, busca practicar la paciencia, la tolerancia, el buen ánimo y ser la persona con quien cualquiera pueda sentirse alegre y motivado a trabajar en equipo.
Si después de haber intentado sinceramente llevarte bien con tus compañeros, resolver conflictos y, sobre todo, no ser tú la causa de los mismos, las cosas sigan sin funcionar o comiencen a afectar tu salud y estabilidad emocional, entonces tal vez sea momento de decir adiós. Ningún empleo vale la pena cuando éste perjudica tu vida personal y familiar.
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