¿Proteges efectivamente a tus hijos de la violencia?

A los padres nos asusta ver que la violencia aumenta no solo a nuestro alrededor, sino como propuesta de entretenimiento para los hijos, ¿qué hacer?

En mi casa tenemos una puerta eléctrica, que hace unos meses tenía una falla y se abría sola.

Lavaba los trastes del desayuno en la cocina, muy cerca de la cochera, cuando inesperadamente, vi junto al cristal, una mujer despeinada, gritándome con mucha agresividad, levantando los brazos buscando pelea. Me asusté mucho.

Ante la intensidad de esta persona desequilibrada, lo único que se me ocurrió hacer fue agacharme, esconderme para ver si así, se iba a otra parte. Al parecer, funcionó. Ella se marchó, pero me dejó intranquila.

Me sentí insegura, y aún me latía fuertemente el corazón después de varios minutos. Yo tenía mi puerta principal cerrada, la persona no podía tocarme o hacerme daño, pero aun así me sentí expuesta.

Reflexionando sobre el tema de la violencia, me parece que a nosotros nos sucede lo mismo. Es fácil pensar que podemos cerrar literalmente la puerta a la violencia, pero ésta se cuela por las rendijas con suma facilidad.

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La violencia está al alcance

Ante la reciente aparición de ofertas de series, videojuegos y películas con lujo de violencia y agresividad, los padres tomamos algunas medidas. Nos asusta un poco más ver cómo día con día, sabemos de algún secuestro de un conocido, o un crimen a la vuelta de la esquina.

Parece casi imposible evitar el contacto de nuestros pequeños, nuestro mayor tesoro, con la violencia. Y entonces nos preguntamos: ¿cómo podremos verdaderamente protegerlos?

En este texto te comparto algunas reflexiones al respecto y varios tips.

No te pido que los saques del mundo

En el Evangelio de San Juan, encontré una respuesta bellísima. Te comparto la cita: “No te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del mal” (Jn 17; 15).

Leer esta palabra de Dios, me llenó de esperanza. ¡Claro! En primer lugar, es reconfortante colocar a nuestros pequeños en las manos amorosas de Dios. Orar por ellos, enseñarles a orar a Dios, es un primer paso seguro.

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Él llega a donde ni tú ni yo podemos llegar. Y Su palabra, nos da una vía maravillosa para lograr la efectividad en nuestro propósito de protegerlos.

Mira serenamente el contexto y necesidades de tus pequeños

El alarmismo nunca es buen consejero a la hora de educar. La confianza sí lo es. Ya oramos, ya pusimos en manos de Dios todopoderoso a nuestros pequeños, Él nos ayudará y sabrá llegar eficaz y efectivamente a la mente y el corazón de nuestros hijos.

Ahora, nos toca hacer nuestra parte y confiar en la sensatez y buena disposición de nuestros hijos.  También es importante ver con optimismo y serenidad el mundo y lo que el mundo nos da.

Es hoy una queja común pensar que los tiempos pasados fueron siempre mejores. Nos inquieta ver que un bebé de un año y meses es capaz de utilizar un teléfono celular sin problemas. Esto nos aterroriza, y nos preguntamos:

¿Son nuestros hijos adictos a la tecnología?, ¿es esta capacidad natural para usar medios digitales algo positivo?, ¿es posible que -más adelante- logremos que tomen un libro?, ¿podemos “confiarles” un dispositivo sin temor?

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La respuesta siempre es sí

Nuestros hijos son seres maravillosos, con un alma pura y buena, con deseos fervientes de cuidar su mente y su corazón. Desde pequeños, son solidarios, generosos y dulces. Podemos confiar en ellos, siempre.

Lo que debemos hacer es cuidar los estímulos a los que los exponemos. Como sabes, el cerebro de nuestros niños tiene varias fases de crecimiento, y su capacidad de autogestionar las hormonas que producen los videojuegos y dispositivos digitales va desarrollándose conforme crecen, sí y solo sí, les damos seguimiento y les ponemos límites saludables.

Si te fijas, después de encomendarlos a Dios, lo necesario es que los padres nos pongamos en acción. Primero, confiando en nuestros pequeños, conociendo los contenidos a los que se exponen y sus necesidades psicofísicas, de manera que -donde no llega su fuerza de voluntad, ni su capacidad intelectual- lleguemos tú y yo.

Los videojuegos y programas violentos, ¿generan adicción?

El sicólogo y coach Fernando Pineda nos responde esa inquietud de forma tajante: en automático, no. Acá conviene que los padres hagamos una enorme reflexión, recordando la sabia premisa que indica que los pequeños, en sus “peores acciones” siempre expresan una necesidad interior.

En un video, él afirma que: “el videojuego es solo la máscara al verdadero problema (…) esas actividades generan sensación agradable” (y, ¿quién no necesita escapar de algo incómodo alguna vez?) pero, continúa Fernando, “al usarlas de forma dependiente continuamente, no solucionamos nada, sino lo escondemos“.

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Ahora piensa en una situación que te sintieras rebasada. ¿No intentamos tú y yo también evadirnos a veces? ¿Quién, controla las horas que nos mantenemos en redes sociales, “perdiendo el tiempo” ante alguna situación que nos supera?

A mí me es difícil controlarme, y sin embargo, les exijo a mis pequeños, que no tienen las mismas herramientas que yo, que eviten engancharse con un recurso que les brinda fácil y agradablemente entretenimiento, desahogo y alegría.

Si deseas realizar un test para conocer de manera concreta si el comportamiento de tu pequeño puede ser adictivo, te recomiendo este enlace.

¿Cómo organizan su tiempo nuestros hijos?

El sicólogo español Carlos González afirma que es importante equilibrar las actividades que nuestros pequeños realizan en su tiempo libre. Para el profesional, solo un tercio de este tiempo libre debería ser dedicado a los videojuegos, y que los más pequeñitos (de 2 a 4 años), no utilicen dispositivos más de media hora.

Además, es saludable hacernos la pregunta: ¿les presentamos otras opciones interesantes, enriquecedoras, y divertidas?.  Casi siempre, la solución a los problemas de los pequeños, es que papá y mamá nos esforcemos un poco en ofrecer, motivar e inspirar nuevos comportamientos.

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Algunos tips para controlar el uso de dispositivos y la exposición a contenidos violentos:

1 Consensa las reglas para acceso a programas según su edad y al uso de dispositivos o videojuegos

Es importante establecer con claridad los compromisos que adquieren al tener el privilegio de tener estas fuentes de entretenimiento. Algunas reglas que te sugerimos es descansar cada media hora, no usar más tiempo del aprobado por los padres, cuidar materialmente sus aparatos, asearlos cada cierto tiempo, compartir sanamente, trato cordial, cuidar el uso de palabras altisonantes, entre otras.

2 ¿Se ganan el tiempo de pantalla?

Una opción interesante es, por ejemplo, buscar que “se ganen” ese tiempo, aumentando los minutos si realizan sus tareas a tiempo y bien, o si realizaron alguna labor extra para el beneficio de la familia.

3 Comprarlos cuando ellos hayan cooperado

Casi siempre, los videojuegos, las plataformas de streaming tienen un costo para la economía familiar. ¿Qué tal si los involucramos y ahorramos juntos? Esto puede ayudarlos a comprender el valor de estos juegos y herramientas, a cuidarlas más, y a motivarlos al ver que cumplen metas, y que pueden comprar algo que anhelen si se esfuerzan.

4 Estar muy atentos al impacto en los niños

Es importante observar cómo reaccionan, si la experiencia de jugar los relaja o altera, si provoca unión o desunión entre hermanos y/o amigos.  Conviene procurar espacios de diálogo para hacer conciencia sobre estas dinámicas, y buscar constantemente su bien, realizando los necesarios ajustes.

¿Les das diariamente fichas de póker?

Hemos evaluado ya herramientas que los padres podemos tener, hemos puesto a nuestros hijos bajo el cobijo de Dios, ahora es tiempo de pensar en fortalecer interiormente a nuestros pequeños, y eso, en palabras de Gary Chapman se hace manteniendo lleno su “tanque emocional”.

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¿Saben nuestros pequeños lo valiosos que son?, ¿sienten que, a pesar de sus acciones, nuestro amor siempre está presente?,¿se sienten seguros?, ¿conocen sus áreas fuertes y agradecen la maravilla que son?

El blindaje emocional de nuestros pequeños les dará la fortaleza para enfrentar la vida y tomar las decisiones que los lleven a cuidarse y amarse. Te invito a ver este video donde el autor usa una metáfora a fichas de póker, te será de mucha ayuda.

Como ves, no hay por qué asustarse ni desanimarse. Como siempre, el amor, la atención y la prevención, son nuestras mejores armas. Empuñémoslas.

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