¿Qué es lo que hacen todo el día las madres en casa?
Juzgar a las madres que se quedan en casa es un vicio de va en detrimento de la sociedad.
Emma E. Sánchez
Hace algún tiempo mientras criaba a tres pequeñas, una persona comenzó a hacer una serie de críticas y cuestionamientos bastante ácidos sobre las mujeres que nos quedamos en casa a cuidar de los hijos y el hogar. Esta persona, una mujer para ser más precisa, decía que no entendía qué tanto podría hacer alguien en casa todo el día, y que seguramente las mamás se dedicaban a ver novelas y no dejar de comer. Y que una mujer que salía a trabajar dejando sus hijos al cuidado de otros, realmente aportaba al hogar y no era una “mantenida” que se quedaba en casa sin hacer nada más que perder el tiempo.
Recuerdo con mucho enojo haber escuchado sus palabras pero más aún, recuerdo lo triste que me hizo sentir con tan injustas acusaciones.
Ojalá hubiera podido decirle en ese entonces, que tan importante y valioso es una mujer que sale a trabajar para obtener un ingreso, como aquella que se queda a administrar y cuidar los ingresos y valores de la pareja.
“Hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no ayudan a otras mujeres”
Madeline Albright
Palabras fuertes, pero que encierran una gran verdad pues el peor enemigo de una mujer, con frecuencia es otra mujer.
Esta guerra sin sentido entre mujeres ha tomado un tinte aún más duro y punzante cuando se trata de descalificar el modo de crianza, la maternidad de otra mujer, o la forma en la que organiza o no su casa.
Las redes sociales, hoy en día han hecho mucho más fácil el publicar sin mesura o cuidado alguno, comentarios y críticas crueles entre madres, principalmente jóvenes o con niños pequeños.
Las que hemos criado hijos y buscamos mantener la memoria fresca, sabemos y reconocemos que hay días de muchas lágrimas, días sin sabores y de muchas dudas pues llegamos a sentirnos cansadas, frustradas y a veces también, donde no sabemos si estamos haciendo lo correcto en la crianza y formación de nuestros hijos.
Una madre que decide quedarse en casa hace un sinfín de labores: mantener la casa en orden y limpia, tener los alimentos y la ropa a tiempo para cada integrante de la familia, administra recursos, fortalece a la familia y vecinos, algunas veces inclusive trabaja desde casa también, pero sobre todo cuida, atiende, acompaña y educa a sus hijos; ¡esta última tarea ya es en sí misma toda una proeza!
¿Alguien ha criticado o juzgado la manera de criar a tus hijos?
Desgraciadamente me imagino que sí, y seguramente los comentarios más duros e hirientes vinieron de quien menos lo esperabas. Si es tu caso, puedes tomar estos consejos.
Críticas injustas
Si cualquier persona te hace una crítica o comentario injusto, falso o que simplemente tú sabes que lo que dice no es, simplemente ignóralo. Ni des explicaciones, están de más. No reacciones de manera agresiva contra alguien que seguramente es agresivo, intolerante, y puede hacerte pasar un muy mal rato frente a tus hijos u ofenderte aún más.
Justas, constructivas y de buena manera
Agradécela, escucha y revisa si realmente te aplica. Si no, simplemente deséchala. Si esa persona insiste en “educarte” pregúntale si sabe en qué se parecen una pizza y un consejo ¿No lo sabes? En que las dos se piden cuando uno quiere.
Exageradas
Mantén la calma y solo responde por lo que es cierto. Si quieres, claro está, porque: ¿Tú sabes en qué se parece una pizza y un consejo?
¿Alguien ha juzgado la manera en la que llevas tu hogar?
Recuerdo haber leído un hermoso poema que me reconfortó y me hizo no perder de vista la tarea más importante que yo realizaba en casa; no recuerdo su título o el nombre del autor, pero jamás olvidé los versos:
“Polvo de la casa, puede esperar, que yo a mi niño, quiero abrazar”
El trabajo de casa, nunca termina y solo se nota, desafortunadamente, cuando no se hace. Claro que es importante el orden y la limpieza y el aseo, pero ahora que ya me hago mayor, comprendo con más cabalidad que lavar los platos, o dejar las camas muy bien tendidas, jamás serán más importantes que dedicar nuestro tiempo y atención a la formación apropiada de nuestros hijos, a darles afecto, corregirles o enseñarles la manera correcta de vivir en este mundo.
Prioriza, organízate y verás que todo es posible de lograr cuando le damos su lugar correcto en nuestras agendas y nuestra vida.
¿Eres de las que juzga a otras con facilidad?
Si desafortunadamente has desarrollado el mal hábito de criticar a otros o andar juzgando a mujeres por su forma y método de crianza, te dejo estos regalos de vida:
-Revísate. Pues por ahí hay algo porque aquello que tanto criticamos en otros es un problema que tenemos nosotros.
-Inseguridad. Aunque no lo creas, la persona criticona es una gran miedosa que solo busca sentirse mejor haciendo a los otros menos.
-¿Envidia? Revisa si realmente no estarás criticando y juzgando lo que tú no tienes y quisieras para tu vida.
Terminemos con la guerra entre las madres
¡Qué fácil es juzgar a otros! Siempre será más fácil destruir que construir, decir “estás haciendo mal” a decir “¿Te puedo ayudar? o “¡Ánimo! Lo estás haciendo bien”
Vamos proponiéndonos cambiar las palabras amargas por apoyo y ánimo para todos los que nos rodean ¿Te parece bien?
Por cierto, lo estás haciendo muy bien, ¡No te desanimes!