¿Qué has aprendido de tus relaciones pasadas?

Si eres de esas mujeres que al terminar una relación ven todo lo malo, te invito a leer este artículo y cambiar de opinión.

Erika Otero Romero

Agradezco a la sabiduría que llega con los años, el que ahora tenga la capacidad de reconocer que no todo lo que consideramos “malo” y que nos ocurre es malo por completo. Sobre todo cuando esas malas experiencias tienen que ver con la vida amorosa.

Te invito a hacer una pequeña reflexión acerca de lo que han sido tus relaciones amorosas, ¿Te ha ido bien o, por el contrario, no has tenido tanta suerte? Sin importar la respuesta, es seguro que algo has aprendido y eso no solo te ha fortalecido como mujer, sino que además te ha preparado con una suerte de gran experiencia de un valor incalculable tanto para tus relaciones afectivas como para los otros campos de acción en los que te desempeñes.

¿Qué fantasmas de relaciones pasadas están arruinando tu vida?

Por la misma razón quiero señalarte cuatro valiosas enseñanzas que has adquirido gracias a tus relaciones pasadas.

1. No pongas tus expectativas en los demás

No poner las expectativas en los demás no es igual a no confiar en quienes amas. Es solo que muchas veces los sueños y deseos de los otros no son compatibles con los tuyos y es acá donde, al ver que las otras personas luchan por alcanzar sus metas y poco a poco se alejan de ti o no cumplen con lo que tu esperas que ellos hagan por ti, te decepcionas y pierdes la confianza en ellos.

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Mi sugerencia es que no esperes nada de nadie y abras tus manos y corazón a lo que los demás puedan darte, sin esperar nada a cambio. Eso resolverá tu problema de falta de fe en tus futuras relaciones afectivas o familiares.

2. Cree en las acciones y no en las palabras

Popularmente se cree que “el amor entra por los oídos” y más que todo en las mujeres. Muy a mi pesar, en mí, así ocurre. Por lo general si la persona es hábil y tiene —lo que en Colombia llamamos— “buena labia”, logrará su objetivo sin mucho esfuerzo. Esto es un peligro porque nos hace vulnerables a la posibilidad de que la relación se base en meras promesas y no en hechos o acciones, que es lo que más peso debería tener en una relación desde el mismo inicio de ésta.

Mi consejo es que como mujer le des más importancia a lo que un hombre haga para conquistarte, y si te quiere para bien y una relación seria entonces el afecto debe estar fundamentado en acciones legítimas que no dejen duda de que sus intenciones son serias. No está demás decir que lo anterior aplica para las amistades, los negocios y demás ámbitos en los que te desenvuelvas.

3. A veces la soledad es una buena consejera

¿En algún momento de la vida —aunque tengas pareja— has necesitado estar sola? Bien sea porque requieres un poco de espacio para despejarte, para conocerte a ti misma o lo que sea. Tú tendrás tus razones. Que no te asuste el hecho que desees pasar tiempo sola contigo misma. Tampoco es obligatorio que al terminar una relación, tengas que ir en pos de otra como si el mundo se fuera a acabar porque no sales con alguien. Te invito a que tomes ese tiempo como un valioso regalo que te das a ti misma para conocerte mejor.

4. Respeta el espacio de los demás

Es posible que te sorprenda lo que te voy a decir, pero lo he escuchado muchas veces en consulta: ambas partes de una pareja necesitan tener su tiempo y espacio. En una pareja la que cada cual tenga su propio tiempo y espacio para hacer sus propias actividades es sano, ya que de otra manera la presencia del otro saturaría el ambiente, generando de esa manera aburrimiento en ambos, e incluso peleas por cosas sin importancia. Si te ha pasado, entonces sabes que no hay mentira en lo que digo.

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Estos son solo cuatro puntos de muchas cosas que seguro has aprendido de tus relaciones pasadas, y que te servirán para no cometer los mismos errores de antes. El aprender de los errores hace que la vida sea una ganancia continua. Con esta perspectiva jamás se pierde. Por supuesto, una ruptura siempre causa dolor pero, aunque por momentos creas que has perdido y así lo perciban los demás, créeme, está pasando todo lo contrario.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.