¿Qué hay de bueno en celebrar el día de San Valentín?
¡El más valioso de los regalos es tener sentimientos puros y relaciones francas!
Yordy Giraldo
No importa cómo lo llames: San Valentín —en referencia a la leyenda del sacerdote que casaba a jóvenes en secreto—, Día del amor, o Día del amor y la amistad (para ser incluyente y no dar pie a que alguien se quede sin celebrar), lo cierto es que el 14 de febrero es la fecha por excelencia para el romance, las cajas de chocolate y las tarjetas cargadas de sentimiento.
Este tipo de efemérides generan grandes expectativas, y pasarlos por alto nos hace sentir un tanto desilusionados y hasta fuera de lugar. Especialmente cuando a nuestro alrededor el resto del mundo parece disfrutarlo. Por ello, antes de declararte indiferente, recuerda que la felicidad está hecha de los instantes que seas capaz de llamar “especiales”.
¿Qué tiene de bueno celebrar el día de San Valentín?
Hombres y mujeres tienen entre sus principales reclamos que cuando se está casado tiende a desaparecer el romance, los detalles y la convivencia. O, en todo caso, carecen de ese fulgor que tenían en la época de noviazgo. Es por eso que, incluso cuando podamos no estar a favor del consumismo que rodea este día, es importante darnos la oportunidad de —más que festejarlo—, festejarnos.
No se trata de “tirar la casa por la ventana”, sino de abrir una ventana para hacer cosas diferentes que hagan único cualquier momento. Es cierto que puedes hacerlo cualquiera de los otros 364 días del año pero, seamos honestos: no sabe igual. Es como celebrar la Navidad el 3 de marzo y año nuevo el 1 de septiembre. Por ello, comparto contigo cuatro razones para festejar el amor este 14 de febrero.
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1. La convivencia es el principal ingrediente de las relaciones exitosas
No hablo de estar todo el día, todos los días, pegados el uno al otro, pero lo cierto es que las parejas —cuando están enamoradas— quieren pasar juntos el mayor tiempo posible. Esto, cuando hay química, es también el factor que nos hace enamorarnos en primer lugar. Por eso, vale la pena fomentarla y qué mejor momento que un 14 de febrero.
2. Los detalles refuerzan la sensación de enamoramiento
Los obsequios representan muestras de respeto e incluso de adoración hacia quien los recibe. Es por eso que cuando somos tratados con tanta deferencia, nuestros sentimientos se vuelven recíprocos. En el reino animal, todas las especies hacen gala de sus mejores dotes para conquistar, y siempre conquista quien mayor empeño pone.
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3. Emocionalmente nos sentimos satisfechos con nuestra vida
No quiere decir que seamos interesados, pero lo cierto es que tener en nuestra vida a alguien que no pierde oportunidad para hacernos saber y sentir que somos amados, es algo capaz de henchir el pecho de cualquier persona —y todos queremos ser esa persona—.
4. Es una excelente oportunidad para demostrar nuestros sentimientos
Amar no es solo decirlo, es sobre todo demostrarlo. Dejar ver lo que sentimos es benéfico para todos los involucrados. Si tienes hijos, que ellos vean cómo sus padres se dedican tiempo y detalles de enamorados, hará que crezcan como personas sanas emocionalmente y sin temor de expresar sus emociones.
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Pero, por sobre todo, ten en cuenta que lo mejor del día de los enamorados es precisamente sentirse así: enamorado. El más valioso de los regalos es tener sentimientos puros, las relaciones francas, el tiempo compartido y saber que nada de eso tiene precio, ni requiere ser etiquetado para su venta al público.