Que la riqueza y el éxito no te hagan perder la humildad

Llegar a la cima cuesta mucho, pero costará mucho más si no consigues ser una persona humilde.

Erika Patricia Otero

Es talentoso en su arte, fruto de lo cual tiene buenos ingresos económicos; pero su mayor riqueza es ser una persona amable y humilde. Además, efecto de su bondad es la gran cantidad de admiradores de todo género y edad que le siguen y apoyan; la realidad es que no permitió jamás que la fama se “subiera a la cabeza”.

Tiene tanto para ser una persona colmada de vanidad y presunción, pero eligió ser humilde y amable antes de ser famoso. Quiso serlo no solo porque fue la forma en la que lo criaron sus padres, sino porque antes de ser una celebridad, recibió un trato despectivo de personas que él admiraba, pero que jamás se imaginó que fueran tan vanidosos y prepotentes.

No es que él tenga el camino más fácil en su profesión por ser humilde; por el contrario, permitir que las personas se sientan en libertad de acercarse a él le trajo en el pasado muchos problemas. Pese a esas dificultades, él no permite que la fama y el reconocimiento lo enceguezcan.

Pero no se necesita ser una celebridad para esforzarse por mantenerse humilde; todos en algún momento podemos llegar a perder nuestro centro al lograr algo que nos costó mucho.

Esto dice la biblia sobre la humildad

Proverbios 11:2  dice respecto a la humildad: “Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra;
Mas con los humildes está la sabiduría”.
1 Pedro 3:3-4 dice: “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”.
En ambas escrituras podemos darnos cuenta que se nos exhorta a liberarnos de toda vanagloria y soberbia, pues esto nos va a llevar a perder la sabiduría y la bondad, con lo cual caeremos de la gracia de Dios. Es decir, debemos esforzarnos por lograr metas que nos lleven a lo alto, pero que aún estando en las alturas jamás olvidemos que eso conseguido lo debemos no solo a nuestro esfuerzo, sino también a la gracia divina.

Entonces, ¿Qué es la humildad?

Sorprende el desconocimiento que existe respecto a “ser humilde”.

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Mi mamá me contó que un día estaba hablando con una señora que solía ser su amiga. Hablando de todo un poco, llegaron al tema de la humildad a lo que mi madre dijo: “tan bonito que es ser una persona humilde“; a esto la mujer respondió un poco molesta :”¡Pero como se le ocurre decir que ser humilde es bonito! ¡Yo no veo nada de bonito en ser pobre!”.

Mi madre se sorprendió por la reacción y le dijo:“¿Acaso usted cree que ser humilde es ser igual a ser pobre?”, a lo que la mujer respondió: “¡pues claro!, o ¿a qué se refiere usted entonces?”. Mi madre le dijo: “usted se equivoca, ser humilde nada tiene que ver con dinero; sino con ser agradable y una buena persona”, y ahí quedó esa charla.

Como la mujer de la historia hay muchas personas en el mundo que creen que la humildad está ligada a pobreza material, y no es así. Ser humilde es reconocer que todo lo que conseguimos no solo lo debemos a nuestro esfuerzo; sino también a la intervención divina, y en muchas ocasiones al sacrificio de otros.

Ser humilde nada tiene que ver con perder la dignidad, el respeto o el deseo de llegar alto. Aunque llegues más alto que muchos de los que conoces, jamás pierdas tu bondad, que nunca llegues a creerte más y mejor que otros y a causa de ello les des malos tratos.

El lado poco benéfico de la humildad

En efecto, hay un lado de la humildad que a veces trae inconvenientes, y se trata del exceso de modestia. Ser modesto es una virtud, pero llevado al exceso puede ser un defecto dado que puede llevarte a la ceguera total y no llegar a reconocer tu esfuerzo y los logros alcanzados por efectos del mismo.

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Otra cosa es de tener cuidado es que humildad y mansedumbre no deben ser confundidas. Tú puedes ser alguien humilde y noble, pero no debes permitir que otros te dañen por efectos de tu humildad; eso ya se trata de baja autoestima.

¿Qué se necesita para ser una persona humilde?

Bueno, aparte de una buena crianza, valores y principios que solo te pueden dar en casa, también necesitas ser una persona inteligente. Debes serlo para reconocer que todo lo que logras lo debes al esfuerzo y sacrificio tuyo y al de otros; a que los límites de las cosas que deseas alcanzar los pones tú y que siempre corres el riesgo de caer, pero también tienes siempre la opción de levantarte y seguir adelante.

También debes ser una persona optimista que sea capaz de ver el lado bueno de las cosas que le suceden y le rodean.

Debes ser consciente de tus dificultades para reconozcas que no eres bueno en todo.

Pero también debes ser una persona agradecida de lo que tienes, de lo que logras; incluso de las pruebas que la vida te presente, pues a ellas debes el lugar donde estás.

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Ser una persona humilde es fácil, solo necesitas que aflore la bondad natural de la que todos los seres humanos estamos dotados. No es malo sentirse feliz por lo logrado, pero cuida de no sentirte más o mejor que los demás y que a causa de eso los dañes.

Te deseo, como siempre, lo mejor.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.