Que llorar no te avergüence, porque estás en camino de fortalecerte
El llanto no es un signo de debilidad o egoísmo. No es bueno hacer parar el llanto solo porque es molesto o incómodo. Quien llora tiene posibilidades de ser feliz.
Rafael Vázquez
La mayor incidencia de enfermedades severas en edades tempranas como algunos males gastrointestinales, el lupus e incluso el cáncer, ha demostrado una relación directa entre la existencia de situaciones persistentes de estrés y el desencadenamiento de este tipo de padecimientos. No digo que esas enfermedades sean causadas solo por la situación de estrés, pero sí que podrían ser detonadas por este tipo de circunstancias. Y la principal circunstancia estresante a la que se enfrentan los niños y adolescentes son los padres, padrastros y tutores que les prohíben llorar.
A ese dato debemos agregar el creciente número de casos de violencia conyugal y en el noviazgo, que consiste en impedir que la pareja tenga manifestaciones emocionales como el llanto. Y a esas tremendas estadísticas agregamos el estigma social que recae sobre los varones que lloran, entre otras cosas por causa de los estereotipos machistas.
Y todavía así, parece que todo el mundo quiere evitar que los demás lloren. Y el ambiente en el que se vive la mayor represión contra el llanto es el hogar.
Llorar de dolor
El llanto representaba para mí lo mismo en la infancia que en la edad adulta: derrota, carencia, dolor, tristeza. No podía concebir que el llanto pudiera significar algo bueno, porque solamente lloraba cuando me lastimaba, cuando no podía obtener o conseguir algo que deseaba, y cuando tenía miedo.
Recuerdo dos ocasiones en que descubrí a mi madre llorando. Y digo “descubrí” porque parecía estar escondiéndose para que no la viéramos llorar. Le pregunté por qué sus lágrimas y ella respondió: “Porque estoy triste”.
Pero a medida que fui iniciándome en más aspectos de la vida, he descubierto que la mayor parte de las ocasiones en que he llorado de forma significativa tienen que ver con un dolor emocional más que físico. Y la mayoría de las veces en que he llorado en mi vida, las lágrimas fueron causadas por algo relativo a la convivencia en familia y a otras relaciones personales significativas: la muerte de un familiar o la noticia de una desgracia sobre alguno de ellos, la ruptura amorosa, el desencuentro con un amigo, etcétera.
Llorar de alegría
Extreme makeover: home edition, es un programa televisivo en el que un equipo de diseñadores elige una familia con severas necesidades económicas y le reconstruyen su casa en una semana. La parte culminante de cada episodio es aquella en la que la familia, que solamente ve el proceso de construcción de modo parcial porque se la envía a unas vacaciones pagadas, es formada frente a un autobús que les impide ver la casa terminada, hasta que el anfitrión del programa ordena que el camión se mueva, y entonces los miembros de la familia pueden contemplar el resultado. Las manifestaciones de alegría son múltiples y diversas, pero todas incluyen el llanto. Incluso, uno de los promocionales del reality show promete “más casas nuevas, más familias buenas, más sorpresas y más lágrimas”.
Los beneficiarios de esta serie de televisión, así como todos aquellos que hemos recibido alguna bendición, beneficio o noticia muy buena, solemos llorar a causa de la suma alegría.
Se manifiesta nuestra pequeñez
El llanto es nuestra respuesta a aquellas cosas que nos producen la sensación de impotencia. Incluso, cuando lloramos por alegría, es la sensación de que no somos capaces de incidir en el devenir de los acontecimientos, lo que nos da la impresión de pequeñez y falta de poder.
Tus seres amados tienen derecho a llorar
La verdad es que el llanto es una manifestación liberadora, necesaria incluso para no acumular tensión (estrés) de modo inadecuado, tensión que podría generar otros malestares o incluso algunos trastornos severos.
El llanto es un momento íntimo cuyo derecho nos ganamos por el simple hecho de atravesar por alguna experiencia. No hay ninguna debilidad en quien llora, ni es una manifestación absurda, y mucho menos exagerada. Del mismo modo como una herida adquiere una coloración roja, se inflama y duele, así el llanto es la reacción natural de darnos cuenta de que algo no ha estado en nuestro poder, sea para bien o para mal, sea para quejarnos o para agradecer.
En este otro artículo, aprenderás que quejarse no es malo.
Esto puede sonar muy duro, pero si te molesta el llanto de algún miembro de tu familia, es posible que te sientas responsable por ello. Una cosa es cierta, los sentimientos se contagian. Este hermoso vídeo te enseñará hasta qué grado tu bebé es sensible a tus sentimientos.