¿Qué significa para tu niño ser feliz?

Educar a nuestros hijos solo para que sean rentables es hacerlos esclavos de la sociedad. Edúquelos para que sean felices a pesar de la realidad misma. Que la realidad sea como tener hambre, que sirve para valorar más el bocado que se tiene.

Yordy Giraldo

No hace mucho leí un artículo de Gregorio Luri, un prestigiado ensayista acerca de la crianza de los hijos. Él afirma que no debemos educar a nuestros hijos para que sean felices. Que eso a fin de cuentas no les va a servir para cuando crezcan, porque cuando vamos con un dentista o buscamos un fontanero no nos interesa que sean felices, sino que sean eficaces en lo que hacen, y remata diciendo que los padres de hoy viven demasiado preocupados.

El texto decía más y quizá para algunos tiene todo el sentido del mundo, de hecho trae muy buenos comentarios de sus lectores. A mí en cambio me dejó un desagradable sabor de boca. Es cierto que hoy día los padres aunque ausentes o tal vez precisamente por eso, viven constantemente preocupados por sus hijos, porque a diferencia de antaño no disponen de mucho tiempo para ocuparse de ellos.

Sin embargo no creo que los padres mimen a sus hijos para que sean felices, considero que lo hacen para sentir que les dan “algo”, para curarse en salud porque sienten culpa de no ser los padres que las revistas, los manuales y los abuelos mencionan. Soy de la opinión que los padres que llenan a sus hijos de cosas no lo hacen por los hijos, lo hacen por ellos mismos.

Además, sí creo que debemos educar para ser felices, entendiendo que ello no tiene que ver con no saber manejar las frustraciones o ser un adulto que no sepa lidiar con la realidad, sino más bien lo contrario. Ser felices no es tener todo, sino hallar satisfacción en lo que se hace, en lo que se es. Es apreciar que la vida vale la pena vivirla con su lado amargo, ácido y dulce. La felicidad emerge de la aceptación.

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¿Qué significa para tu niño, entonces, ser feliz?

1. Que lo dejen ser niño

Hacer mil preguntas, enojarse con el amigo, armar berrinche por querer irse a dormir tarde, ser consentido por los abuelos, ensuciarse la ropa, correr descalzo, esperar a Santa Claus.

2. Aprender

Los niños quieren saber. Son curiosos por naturaleza, y un día querrán ser fontaneros y dentistas, y si los deja vivir en la libertad de su infancia seguramente además será un fontanero y un dentista feliz.

3. Que no lo lastimen

Nunca lastimes a tu hijo con el abandono, con la indiferencia, con la violencia, ni con el desprecio, porque ese tipo de daño no lo prepara para la vida: se la arruina. Porque creerá que eso es lo único a lo que puede aspirar, y sentirá que es su culpa, que lo merece, y nada de eso es cierto.

4. Recibir cariño

No digo que lo malcríes, ni que le evites experiencias, ni que pretendas que todo sea perfecto. Digo que lo ames, que se lo demuestres, y que le permitas disfrutar de esa seguridad que solo puede dar el saberse amado.

5. Ser valiente

¿Has visto la cara de un niño cuando supera un obstáculo o un miedo? Es la viva imagen de la felicidad. Saber afrontar la vida, reconocer que todo es parte de vivir, es una manera eficaz de ser feliz. Sabernos capaces, da confianza, y esa confianza es la que evita que caigamos en la desesperación y el drama, y permite que los problemas no empañen nuestra vida.

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Antes los padres no se preocupaban tanto de que sus hijos fueran felices porque la vida en general lo era. No se razonaba de esa manera, pero se vivía de una forma que es mucho mejor. Educar a nuestros hijos solo para que sean rentables es hacerlos esclavos de la sociedad. Permítame un último consejo: edúquelos para que sientan que se puede ser feliz a pesar de la realidad misma. Que la realidad sea como tener hambre, que sirve para valorar y disfrutar mucho más el bocado que se tiene.

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Yordy Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.