Qué y cómo le hablas a tus hijos hace la diferencia entre un adulto feliz y uno frustrado
Procura usar tus palabras para dar amor a tu hijo y no para destruirlo. Una palabra puede marcarlo para el resto de su vida.
Erika Patricia Otero
Alguien hace años me contó entre lágrimas una anécdota que de verdad me rompió el corazón. Ella recuerda la tarde de Navidad de cuando tenía 19 años de manera muy especial, pero no buena.
Esa tarde su padre llegó a casa muy enojado, algo no había salido bien y juraba maldiciones por todo el lugar. De la nada la llamó, según él tenía algo importante que decirle. Ella fue a la espera de que la mandara a comprar algo; sin embargo, lo que sucedió la marcó de mala manera para toda la vida: aquel hombre, aún enojado sin saber porqué le dijo de la nada:
– “Comparada con tu hermana, eres fea, porque te pareces a mí. Eso es algo que debes asumir para siempre”
Imagina la reacción de esa chica. Me dijo que su gesto cambió y comenzó a llorar, acción por la que de nuevo fue regañada por el padre, que le dijo:
-“ Y ¡¿Por qué lloras?! Debes ser fuerte porque la vida es un asco”.
Lo que la chica hizo fue soportar todo el dolor que esas crueles palabras le ocasionaron. Cuando el padre se fue de casa, lloró hasta más no poder. Días después aquel hombre regresó haciendo de cuenta que nada había pasado; pese a eso ella recuerda ese momento y esa Navidad como una de las peores que tuvo en su vida.
Hoy ella es una mujer adulta con una vida hecha, pero muy insegura de sí misma, debe esforzarse mucho para sentirse capaz de completar un proyecto y de confiar en las personas. Si su padre en lugar de tratarla mal le hubiera dicho cosas positivas, seguro al mirarse no tendría que esforzarse para ver la mujer guapa que siempre ha sido.
El poder de las palabras
El anterior es solo un ejemplo de la vida real acerca de cómo una palabra o una frase puede destruir a una persona. Por supuesto que ese poder lo da la relación que se tenga con la persona que emite la frase.
Ahora bien, podrás decir que ella debería superar ese evento, que a ese tipo de cosas no debería dárseles importancia y otra serie de cosas más, y puede que tengas razón; pero lastimosamente no es así de fácil.
No nos enfoquemos en lo malo. Pensemos en la influencia que esas frases tuvieron para ella y demos un giro al asunto. Si ese poder tan destructivo tienen las palabras, imagina el poder que también pueden tener para hacer que una persona se sienta bien con ella misma.
Sí, en efecto las palabras pueden ser ese elemento capaz de hacer un cambio radical en el concepto que alguien tienen de sí mismo.
¿Te has fijado en qué cosas sueles decirle a tus hijos?
La primera fuente de estímulo (positivo y negativo) que tiene un niño, son sus padres. Un bebé desde el mismo primer día de vida se ve afectado -para bien o para mal- del contacto que tenga con sus padres. Si estos le cuidan, le hablan claro y con amor, acuden a él/ella cuando llora, le alimentan y le abrazan, seguro ese bebé va a crecer sintiéndose feliz y amado.
Pero si pasa todo lo contrario y ese bebé es solo cuidado por uno de los padres y el otro no lo trata bien, o es distante, frío y cruel, ese bebé tendrá muchas carencias afectivas que a futuro buscará llenar sin éxito alguno.
Ahora, un niño más grande que es felicitado por sus dibujos (aunque no tenga talento), por recoger sus juguetes como se lo indicó mamá (aunque se le escape uno o no lo haga bien), que se esfuerza por hacer sus deberes escolares (aunque se equivoque en muchos de ellos) y que se siente apoyado por sus padres, es un niño que se sentirá estimulado a seguir progresando, que confiará en sí mismo y que seguro querrá tratar a sus hijos siempre con amor y respeto.
Frases que siempre debes decirle a tus hijos para ayudarlo a ser feliz
Hay pequeñas frases que tu hijo necesita escuchar. Son como pequeños consejos o mantras que le ayudarán a lo largo de su vida haciendo de él o ella un ser humano más amable y feliz; estos pueden ser:
1 “Esfuérzate y da lo mejor de ti”
Tu hijo necesita saber que cada cosa que se proponga puede lograrla si se esfuerza. Además de eso, debe aprender que en el camino va a tropezarse y caer más veces de las que imagina, pero que cada fracaso trae consigo una lección que hará que la siguiente vez sea la acertada.
2 “Trata a los demás como deseas ser tratado”
Es necesario que tu hijo sepa que si quiere ser respetado y tratado con amabilidad, debe tratar de la misma manera a los demás.
Aun así, tu hijo también debe saber que hay personas que le tratarán mal y de manera injusta; entonces, es justo que sepa que las personas solo pueden dar de lo que tienen en su corazón y que aun así, debe ser amable aunque crea que no lo merecen y alejarse de ese tipo de gente es lo más sano que debe hacer.
3 “No temas equivocarte”
Es importante que tu hijo sepa que todos nos equivocamos, incluso cada día de nuestras vidas. Pero que eso no es un obstáculo, y que seguir adelante depende de si elige usarlos como escalón para subir al éxito o como muro para estancarse y no progresar.
4 “Cuando sepas que has cometido un error, discúlpate, no lo vuelvas a hacer y sigue adelante”
Ser humilde es quizás una de las cualidades y valores que hacen que las personas brillen por sí solas. Todos erramos, pero pocos reconocen sus fallas; estas personas no tardan en verse solas, porque nadie quiere estar cerca de ellas debido a su prepotencia. Por el contrario, cuando una persona sabe que cometió un error y se disculpa por ello, tiende a ganarse el respeto y afecto de los demás.
5 “Puedes confiar en mí”
Es vital que tu hijo sepa que sea lo que sea le pase en su vida, puede recurrir a ti en busca de consuelo o ayuda. Debe estar seguro que no le juzgarás, que le guiarás, confortarás y apoyarás en la situación que sea enfrente que en su vida.
Recuerda que estás educando a tu hijo para que tenga bienestar a lo largo de su vida. Además de eso, tu niño es una proyección del tipo de persona que tú eres, así que como sea se comporte fuera o en tu hogar, solo estará siguiendo el ejemplo y la educación que le has brindado.