¿Quieres ser un mejor amante? Estos consejos te ayudarán
Amar y ser buen amante va más allá de la intimidad. Implica una compenetración que solo el trabajo en pareja puede lograr.
Erika Patricia Otero
Puede ser que lo primero que se venga a la cabeza cuando planteamos la idea de “ser buen amante” sea la de ser un “artista de las artes amatorias”, pero no necesariamente tiene que ver con eso.
En días actuales, muchas personas van con prontitud; incluso si de amor hablamos. Pocos son los que desean relaciones construidas para perdurar en el tiempo. Lo que buscan es satisfacer necesidades físicas inmediatas y nada más que eso. Es como si temieran no ser capaces de dar más de ellos mismos a otras personas. Por eso, encontrar a alguien que esté en la misma línea de interés amoroso es una especie de suerte. Ser un buen amante es una construcción que tiene lo suyo.
Establecer una relación amorosa trae muchas ventajas. Aspectos como sentirse seguro y que alguien te aprecia adquieren mucho valor en las relaciones románticas. Además de esto, en una relación de calidad hay apoyo, comprensión y crecimiento mutuo.
Es por esto que ser un “buen amante” no se limita al aspecto sexual. Es más una cuestión de alcanzar intimidad, cercanía, apoyo, y poder ser capaz de satisfacer las necesidades lógicas de tu pareja.
¿Cómo ser un mejor amante?
Decíamos que ser un buen amante implica compenetración íntima, comprensión, apoyo y crecimiento mutuo. Ahora bien, implica satisfacer mutuamente las necesidades afectivas y vinculares de la otra persona.
Lograrlo es relativamente fácil, pero como todo en la vida, se requiere interés en alcanzar ese nivel de compenetración. Buscar ser un buen amante no es algo que se persiga de manera individual. La relación es de dos personas y como tal, ambos deben perseguir las mismas metas.
Es necesario tener en cuenta que al ser tan distintos, para una de las partes lo que es una relación perfecta, para el otro puede no serlo. Es por esto que se debe conocer bien a la pareja. Para lograr lo anterior, ambos deben trabajar los siguientes aspectos:
Identifica el estilo de apego
El estilo de apego es la forma en la que una persona establece vínculos. Se deriva de la manera como, de niños, nos relacionábamos con nuestros progenitores.
Las personas que tienen apego seguro saben que pueden mostrar a qué le temen, sus emociones y sentimientos; dicho de otra forma, no temen mostrarse vulnerables. Al contrario, las personas con apego ansioso o evitativo tienen dificultades en esos aspectos.
Cuando una persona es dueña de apego seguro, es normal que sienta una fuerte necesidad de que su pareja se sienta amada. Para esto precisa constantes muestras de afecto y compromiso.
En el caso de tener apego evitativo, la intimidad emocional es algo que asusta. Por lo regular es muy posible que la persona necesite espacios a solas y un manejo cauteloso de las conversaciones que implican sentimientos.
Identificar y practicar los lenguajes del amor
Hay 5 tipos de lenguajhe del amor:
- Actos de servicio.
- Palabras de afirmación.
- Detalles.
- Tiempo de calidad.
- Muestras de afecto físico.
Al ser todos distintos unos de otros, lo normal es que la manera de demostrar amor por el otro sea diferente.
Lo que se debe hacer es descubrir cuál es el lenguaje del amor que “habla” tu pareja. Incluso, puedes optar por practicarlos todos, de esa manera se logra una mejor compenetración y vínculo afectivo.
Establece interacciones positivas
En toda relación amorosa hay problemas. El punto importante acá es aprender a comunicar lo que te molesta o hiere de la relación. Para esto hay que potenciar la empatía y la simpatía. Además, se debe saber expresar lo que se siente y tener una actitud abierta y positiva hacia el otro.
Aprende a comunicarte
Saber expresar cómo te sientes, lo que piensas y deseas evita conflictos innecesarios y malentendidos. Para esto, hay que aprender a ser asertivos. Esto no es otra cosa que saber ser claro y firme al expresar tus opiniones, necesidades y deseos. Recuerda que además siempre hay que respetar las necesidades y emociones del otro.
Cuida la intimidad emocional
La intimidad se logra a través del acercamiento emocional, conexión, complicidad y apoyo. Esto lo que hace es que tu pareja se sienta segura, escuchada y conectada contigo; lo cual los lleva a convertirse en grandes amigos.
Haz su vida más divertida
Un trabajo publicado en Western Journal of Communication explica que compartir un buen sentido del humor es un ingrediente esencial en las parejas felices.
La realidad es que pasar momentos agradables con tu pareja reafirma el vínculo amoroso y hace que la relación sea más fuerte.
Cuida el ámbito sexual
Si bien la sexualidad es un complemento del amor, es importante cuidar la manera como ambos se comunican en este aspecto.
De nuevo, lo que a ti te gusta, puede no ser del gusto de tu pareja, y todo esto hay que hablarlo. Es más, un estudio difundido en Social Psychological and Personality Science, explica que la frecuencia sexual superior a una vez por semana no implica que exista entre las partes un mayor nivel de satisfacción.
Ser un buen amante no implica solo el aspecto sexual y atracción. Es más una cuestión de comprensión, expresiones de afecto y pasar buenos momentos al lado de quien se ama. Todo esto se puede desarrollar con el tiempo, pero debe y es un trabajo de dos personas.