Reconoce tus bendiciones y encuentra el gozo
Si sientes que no tienes razón para sentirte agradecida, es tiempo que leas esto.
Denhi Chaney
Mientras más tiempo veo las noticias, leo y veo pacientes como terapeuta, más me convenzo que vivimos en una época de insatisfacción. Sé bien que no todos estamos en la misma situación y que muchos tienen una vida más difícil que la mía, sin embargo, aun en las circunstancias más adversas existen pequeñas cosas que nos pueden brindar un pequeño rayo de gozo, de felicidad, y sí, de gratitud.
Cuando vemos el vaso medio lleno, en lugar de verlo medio vacío, la percepción de nuestra pena aminora y es mucho más fácil sentir un grado de felicidad, aun cuando tengamos un corazón un roto. Es mi esperanza que estos pequeños consejos te ayuden a ver bendiciones en medio de desafíos y de esa forma sentir un poco de gozo:
1. La bendición de estar vivo
Últimamente he conocido a muchas familias en donde alguien fallece siendo joven y deja huérfanos a niños pequeños, o donde alguno de los hijos fallece. Estas situaciones nos obligan a pensar en la bendición de estar vivos, junto a los seres amados. Piensa en ello, en la fragilidad de la vida y agradece por el don de tenerla para disfrutar a los tuyos.
2. La bendición de dar y recibir amor
Aunque muchas especies animales saben dar y recibir afecto, existe algo sobre el amor humano que nos hace diferentes. Nos ayuda aun en las situaciones más difíciles y el simple hecho de poder experimentar tal profundidad de sentimiento, es una bendición en sí.
3. La bendición de tener lo necesario
Muchos no vivimos en riqueza, sin embargo, tenemos un techo sobre nuestra cabeza y comida en nuestra mesa. En mundo en que vivimos nos invita a pensar que necesitamos las riquezas para ser felices, cuando se ha comprobado una y otra vez que esto no garantiza el verdadero gozo. Lo único material que necesitamos, es justamente solo lo necesario.
4. La bendición de tener familia
Existen muchas personas que no cuentan con una familia o amigos a quienes puedan llamar así. Cuando tenemos una familia, aunque imperfecta, estamos unidos a los otros por algo más que los genes que compartimos. Los lazos familiares son, sin duda, una de las más grandes bendiciones que podemos gozar.
Incluso en situaciones difíciles, cuando nuestro corazón está roto –tal vez en especial cuando está roto–, tenemos bendiciones. Son tan importantes que cuando llegamos a apreciarlas, encontramos felicidad. Y no cualquier felicidad, sino un gozo pleno y absoluto.