Respóndeme esta pregunta ¿Qué tanto permites que tu esposo haga su parte en el hogar?

Que tu esposo no haga su parte en casa, es en parte responsabilidad tuya.

Erika Patricia Otero

En muchas ocasiones he escuchado a algunas mujeres quejarse de lo duro que es ser madre y esposa; pero no es de lo único que se lamentan. Dentro de sus pesares, está la escasa o nula presencia de sus esposos en su vida familiar. En esos casos, ¿Cómo decirles que deben pensar de manera diferente si ellos no ponen de su parte? Es que no hay cómo.

Sin embargo, en los últimos tiempos los matrimonios han ido cambiando; la participación y colaboración de ambos en la crianza de los hijos como en el sostenimiento económico del hogar se ha vuelto mucho más equitativa.

Pese a lo anterior, algunas mujeres se les hace difícil reconocer y agradecer la participación igualitaria de sus esposos tanto en la crianza de los hijos, como en el sostenimiento del hogar. Grave error.

Es un error porque, aunque hacer ese tipo de cosas por sus hijos, su esposa y hogar es un deber; las personas necesitamos que ese esfuerzo y dedicación sea reconocido. Así, nos sentimos estimulados a seguirlo haciendo de buen ánimo; como mujer sabes que tengo mucha razón en lo que digo.

¿Por qué algunos hombres se desentienden de su rol como padres de familia?

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En la mayoría de ocasiones la responsabilidad de que eso pase es de la mujer.

Recuerdo una ocasión en que una tía le dijo a mi mamá que no podía quedarse más de 8 días porque su esposo se había quedado solo en casa y que entonces quién le iba a lavar la ropa o a hacer de comer. Un absurdo total.

Pero ella no es la única. Hay mujeres que no dejan que sus esposos cambien a sus hijos de pañal porque según ellas no lo saben hacer; con ese tipo de comentario ¿quien podría animarse a hacer algo si la desaprobación es constante?

Cambia la perspectiva

Suelta un poco la rienda del control si deseas que tu esposo sea más activo como pareja y mucho más participativo y responsable en la crianza de los hijos.

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Al momento que decidas soltar la necesidad de estar a cargo; vas a estar más libre de responsabilidades; además, tu esposo podrá darse cuenta que las cosas del hogar y los hijos la mayoría de las veces no son tan sencillas como parecen.

Si desea ponerse en acción, dale su espacio; pero si por el contrario quiere desentenderse de sus deberes hogareños, entonces delégale tareas.

Esto aprendí de mis padres: La responsabilidad es de ambos

Cuando tenía unos 7 años recuerdo que mi mamá comenzó a estudiar los sábados. A razón de ello, nos levantaba temprano a mi hermana y a mi para dejarnos bañadas y vestidas; así mi papá tenía tiempo para ocuparse de la casa y de esa manera encargarse de nosotras no era tan trabajoso.

Así, mientras mi mamá estaba estudiando; mi papá por su parte hacía los quehaceres del hogar, nos preparaba el desayuno, comenzaba a hacer el almuerzo, y a la vez sacaba tiempo para jugar o ver televisión con nosotras.

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No todas las veces pasaba igual. A veces, íbamos a recoger a mi mamá al instituto donde estudiaba para luego ir a almorzar a algún restaurante; en otras ocasiones, cuando ella llegaba de estudiar pasadas las 12 del medio día, mi papá ya tenía el almuerzo hecho y los 4 nos sentábamos a comer.

Los domingos era diferente. Mi mamá solía despertarnos temprano porque era costumbre de mi papá llevarnos a cine o inventarse un paseo. De esa manera, corríamos por toda la casa de un lado para otro hasta que estábamos listas y todos habíamos desayunado para irnos a pasear.

Así fue por mucho tiempo; eso nos ayudó a darnos cuenta la manera correcta en que un matrimonio debe funcionar. Las cosas de un hogar no son una obligación, son un deber asumido al momento de unirse como pareja y comenzar una familia.

El reconocimiento es importante

Como esposa, mujer y madre sabes que necesitas sentir que tu labor es valorada por tu compañero. Si tu lo necesitas para sentirte estimulada a seguir dando lo mejor de ti; imagina cuánto lo puede requerir tu marido.

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Que ambos valoren lo que el otro hace por la familia y el hogar es importante porque ese es un compromiso asumido desde el mismo día en que unieron sus vidas. Hagan el mejor de sus esfuerzos, aprendan sobre el camino y apóyense mutuamente; así podrán construir un hogar soñado, próspero y feliz.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.