¿Sabes cómo aman las personas introvertidas?
"Nos olvidamos de que nunca está nadie más activo que cuando no hace nada, nunca está menos solo que cuando está consigo mismo”. Catón
Erika Patricia Otero
Soy introvertida. Algo en lo que me interesé por años, antes de estudiar psicología, era descubrir qué tipo de personalidad tenía. Leía cuanto libro de psicología se me ponía por delante, pero por más que buscaba estaba no terminaba de entender.
Yo jamás me sentí adaptada a ningún lugar. De niña siempre tuve un círculo de amigos bastante grande y aún así me sentía excluida; quizás por esto, con el paso del tiempo cambié por completo. Me negaba a aceptar que era introvertida. Veía ese tipo de personalidad como algo poco aceptado socialmente y yo a fuerzas quería encajar en la sociedad; eso nunca pasó.
Hoy en día, a pesar de todos los inconvenientes que refieren ser una persona introvertida, me es más fácil entenderme. Socialmente ahora no me siento incómoda, pero honestamente me cuesta mucho abrirme a las personas y hacer amigos. En cuanto al amor… bueno, eso es otra historia.
El amor y la personalidad introvertida
A los introvertidos nos cuesta mucho establecer relaciones debido a que nuestra vida social puede llegar a ser escasa. No es que no sepamos tratar a la gente; tenemos nuestras “rachas” de energía, entusiasmos y contacto social, pero somos selectivos a la hora de conocer personas.
Otro aspecto importante, es que estar rodeados de muchas personas, drena nuestra energía. Es probable que las personas extrovertidas nos vean como “seres extraños”. La verdad es que necesitamos de largos momentos solas para “recargarnos”. Esto quizás sea lo que nos impide relacionarnos con soltura, tal y como lo hacen las personas extrovertidas.
Pese a todo esto, nos gusta la gente, queremos tener amigos y ser amados; solo que a muchos de nosotros nos cuesta más.
La situación es que cuando amamos, nuestro afecto es más profundo y sincero; tal vez es porque somos más intensos y porque nos cuesta más hallar a quien querer. También al momento de elegir amigos y posibles amores somos más selectivos; además de ser observadores, sensibles e incluso buenos líderes y consejeros.
Obviamente no deseo restarle importancia a la importante intervención de la personas extrovertidas. Qué te puedo decir; son la sal del mundo. Las personas extrovertidas saben expresarse, no se sienten incomodos cuando son el centro de atención; además, son lideres natos, les gustan la novedad y se adaptan muy facilmente al cambio.
Los extrovertidos tiene muchas más posibilidades de hallar amor más fácilmente que nosotros, pero sabemos amar.
La soledad es necesaria para recargarnos
Sí, nos sentimos mejor estando solos, pero muchas veces la soledad puede volverse nuestra prisión; una trampa en la que caemos por nuestra propia voluntad.
Los introvertidos no se sienten cómodos en ambientes donde se habla por hablar. Tampoco nos sentimos a gusto llamado la atención. Justo por esto, no nos resulta sencillo coquetear, ir a fiestas y socializar.
Según los neurólogos, nuestro cerebro trabaja de forma diferente. Sufrimos un enorme desgaste neuronal al momento de socializar. Necesitamos largos momentos de soledad “para recargarnos”.
Los introvertidos y las relaciones
Si comparo a los introvertidos y extrovertidos, los introvertidos nada tenemos que hacer ante el deslumbrante brillo de los extrovertidos.
Es muy común que en la adolescencia vayamos a fiestas, pero permanezcamos cerca de las paredes. No queremos llamar la atención, solo “contemplamos el panorama”. ¡Claro! cuando ya nos sentimos más cómodos empezamos a divertirnos, reír y pasarla bien. Pese a esto, la situación no dura mucho porque las multitudes y el ruido nos desgastan.
Es normal que nos atraigan personas específicas, pero solemos querer y amar en silencio y a la distancia. La razón es que no nos atrevemos a acercarnos. Sin embargo, con el tiempo podemos descubrir de lo que somos capaces.
En mi caso, perdí el miedo al rechazo luego de haber sufrido varias humillaciones públicas. Eso no me detuvo; empecé a pensar que ya tenía el “no”, ¿qué más podría pasar qué ya no hubiera sufrido?
La realidad es que nos gusta pensar las cosas mucho antes de actuar. Esto para estar mejor preparados en el ámbito social.
… ¿Y el amor?
Hay que saber primero que ser introvertido o extrovertido “son los dos extremos de una cadena”.
Es decir, no por ser introvertidos carecemos de habilidades sociales. Nos gustan divertirnos, pero la diferencia es que nuestra vida no está sujeta solo a estar pendientes del exterior. Nosotros hemos ha encontrado protección en nuestro interior. Esto nos lleva a ser más creativos, sensibles, originales, analíticos.
Lo interesante es que sabemos que no es necesario ir a fiestas para conocer personas. A diferencia de las personas extrovertidas somos más dados a la cercanía. Nos agradan las conversaciones cara a cara; esos momentos que llenan el ambiente de intimidad, sencillez y complicidad.
¿Cómo son las parejas introvertidas?
Es un mito eso de que los introvertidos solo salimos con introvertidos. Solo buscamos una relación en la que podamos crecer, aprender y madurar mutuamente. Es las relaciones sentimentales con una persona introvertidas se caracterizan por:
1 Compartiremos momentos de soledad y tranquilidad con nuestra pareja. Estos momentos los usamos para lograr una conexión emocional profunda que profundiza el compromiso.
2 Sabemos dar espacio y tiempo para la persona que amamos. Si nosotros lo necesitamos, ellos también.
3 No nos agrada que nos “obliguen” a socializar. No nos agrada cambiar nuestros hábitos, valores y costumbres; esto no va a cambiar aunque amemos mucho a alguien.
4 Van a existir largos momentos de silencio. Esto no es nada malo; tampoco significa aburrimiento o que estemos pensando cosas malas de la relación o de quien amamos.
Como puedes ver, somos diferentes a los extrovertidos, pero no tanto. Nos gusta amar y ser amados, pero amamos de manera diferente.