¿Sabes quién es la única que estará contigo en las buenas y en las malas? Tu madre
Sus brazos y su corazón acunan tus historias. Ella es quien jamás te dejará caer.
Fernanda Gonzalez Casafús
Nos cobijó en sus pensamientos, en su vientre, en sus brazos, en su ser. En ese orden y para siempre. Nuestra madre es la que está allí firme, a pesar de las adversidades, para brindarnos esa sonrisa que nos deja respirar -y suspirar-. Ella es quien, pese a todo, siempre nos acompañará.
No hay amor más grande que el de una madre para con su hijo. ¿No sientes a veces que has sido desagradecido con ella? Mirando atrás, veo el sufrimiento en los ojos de mi madre cuando la he decepcionado; el mismo que me atribula cuando siento que estoy fallando como madre.
Ciertamente la maternidad es un camino que se hace al andar. Y como madres, aprendemos constantemente de nuestros hijos. Por ello, a veces, aunque sentimos que fallamos, que cometemos errores, y que no podemos volver el tiempo atrás, nos hacemos una coraza para enmendar lo sucedido, y seguir.
Sí, tu madre ha tenido errores. Y seguramente son los mismos que no quieres cometer con tus hijos. Pero es ella quien, con su gran corazón y amor desmedido, está siempre allí presente para juntar tus pedazos rotos y acunar tus miserias.
Es ella quien decodifica tu ser
Has sido parte de su cuerpo. Y su corazón late en el tuyo. Esa mujer te conoce más que a nadie, y te ama con un amor profundo que seguramente imagines, pues es el mismo que dispensas hoy a tus hijos.
A pesar de los roces, de las peleas o de la discrepancia en algunos aspectos, sus brazos están siempre abiertos para sostenerte, para volver a fusionarse en un solo ser, como cuando estabas dentro de su vientre.
Ella decodifica tus sentimientos y sabe quién eres. A tu madre le enorgullece verte tan suelta, tan mujer, tan sagaz. Y a pesar de que sientas que no la necesites tanto como antes, para ellas sigues siendo esa niña de voz dulce que clamaba su nombre. Y créeme, que cuando estés en las malas ella será la única persona capaz de acallar las penurias de tu corazón.
Honrarla en vida
Honrar a tu madre, es uno de los mandamientos de la vida. No esperes a que sea anciana, ni a que enferme o ya no esté. Honra a tu madre hoy. Honrarla es sentirse agradecido por todo lo que ella ha hecho, y retribuir ello en acciones concretas y diarias.
Aprende de sus consejos, dile las cosas de forma suave y respetuosa, conversa con ella acerca de tus preocupaciones y anhelos, y pasa tiempo de calidad disfrutando de la mutua compañía. Ella estará siempre contigo de forma incondicional; asegúrate de apreciar cada momento que la vida te da junto a ella y aprovéchalo al máximo.
Tu madre es la única que estará en las malas
Hace tiempo fui testigo de cómo una amiga quien tenía una vida casi perfecta, de repente vio cómo sus ilusiones se desmoronaban por completo. Ella era feliz con su vida, un trabajo de lujo y un novio muy caballeroso y galán con quien pronto se casaría.
Casi no tenía tiempo para su madre, quien la llamaba siempre para verla y encontrarse al menos una vez por semana. Su hija le decía que estaba muy ocupada y que ya acordarían para verse. Pero ello sucedía una o dos veces por mes. Yo, que conocía a esa mujer, veía en sus ojos la desilusión, mezclada con la felicidad de saber que su hija estaba siendo feliz. Aún así, la extrañaba y deseaba verla más a menudo.
De repente, un día todo cambió. La chica perdió su trabajo y su novio la dejó de un día para el otro. Ya no podía pagar el alquiler del apartamento y sus proyectos quedaron truncos. ¿Y sabes quién estuvo ahí para sostenerla? Su madre, quien le dio amparo nuevamente en su hogar, dejando de lado cualquier reproche. Ahora era momento de amar a su hija sin objeciones.
Lágrimas de madre
Ahora que eres madre, entiendes que tu madre ha derramado lágrimas de emoción por ti. No dejes nunca que seas lágrimas sean de decepción o tristeza. No hay nada más reconfortante que sentir el corazón lleno del amor de nuestros hijos.
Quiero compartir contigo un poema del argentino José Pedroni, dedicado a su madre. Pocas líneas bastan para resumir lo que siente el corazón de una madre. Es ella quien estará siempre contigo, en las buenas y en las malas. Compártelo con tu madre y con todas las mujeres que sientan orgullo y amor incondicional por sus hijos.
“Nos dió con toda el alma, como el árbol da ramas
y como el nido pájaros
Y ahora, sin querer,
llora cuando nos tiene, llora cuando nos vamos,
y llora de alegría cuando nos vuelve a ver”
José Pedroni