¿Sabías que tu pediatra no siempre tiene la razón? Cómo saber cuándo seguir tu INSTINTO
Es falso el comentario común que indica que los hijos vienen sin manual de instrucciones. Existe una persona que SIEMPRE sabe lo que es mejor para ellos y, ¿sabes qué? no es el pediatra.
Marilú Ochoa Méndez
El pediatra de mi primer hijo sufrió lo indecible conmigo. Mi bebé tuvo que estar poco más de tres días en el hospital internado luego de nacer, y ya en casa comenzó a llorar todas las noches por más de una hora. El terror comenzaba a las tres de la madrugada, y por más que le cantábamos, rezábamos y arrullábamos, mi nene seguía llorando. Nuestra solución como neófitos, fue dar lata al menos una vez al día al pediatra, quien con paciencia casi heroica, nos respondió todas las llamadas y nos fue guiando como le pareció más adecuado. En ese ir y venir para descubrir qué le ocurría a mi bebé, nos llevamos tres meses sin solución, en los que al pasar de una leche de fórmula a otra, me perdí la oportunidad de amamantarlo, pues al doctor le parecía que era mi leche lo que le hacía mal. Mi esposo y yo pensábamos que él como médico nos daría siempre las respuestas adecuadas.
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Hoy, con cuatro hijos más, me doy cuenta que el problema de mi bebé no era físico, sino emocional, y que aunque el pediatra actuó con la mejor disposición, si hubiera escuchado mi corazón y a mi hijo, la historia hubiera sido otra.
¿Quién es el experto cuando de bebés se trata?
¿Es que hay un experto sobre bebés? En mi experiencia, no. Si bien está el pediatra, quien con su conocimiento ayuda a cuidar la salud física del nuevo miembro de la familia, también está la madre. Es ella quien comienza a amoldar su vida a los ritmos del bebé y tiene consigo todo el saber y los recursos para consolarle: su calor, su leche y su instinto. También está el padre, quien busca maneras efectivas de armonizar la vida familiar con su nuevo bebé.
Generalmente, también están las abuelas quienes, con toda su experiencia y madurez, perciben las necesidades de los pequeños y brindan consejos sumamente valiosos. De ser necesario, también es posible acudir a las consultoras de lactancia materna, las doulas, las amigas cercanas y la lista de nuestra red de apoyo podría seguir.
En este sentido, el aprendizaje personal que quiero compartirte es que la labor que tienen tu esposo y tú, es conciliar las opiniones y consejos bien intencionadas de la gente que se encuentra a su alrededor. Para esto, es importante asimilar que cada uno es experto en su área y que ustedes deben seguir el manual de instrucciones (que es muy claro) que se encuentra en su corazón.
Recuerda que tú eres la experta
Como te comentaba antes, cada una de las personas que te rodean procurarán orientarlos desde su área de experiencia, pero las únicas personas que conocen a fondo a tu bebé, son su padre y tú. Quizá sea más sencillo asumir a rajatabla lo que indica el “experto”, ya que esto nos libera de la ansiedad, pero esto también puede ser peligroso ya que, si te arriesgas a que la opinión está equivocada, el que sufrirá las consecuencias será tu bebé.
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¿Qué hacer entonces? Refuerza tu seguridad y ten por seguro que, si dejas fluir tu instinto y observas dentro de ti, encontrarás siempre en tu corazón las señales claras de lo que debes hacer y lo que no, para lograr el bienestar de tu hijo.
Sigue siempre tu corazón
Pero, ¿cómo seguir el corazón cuando sentimos que es un ser desconocido el propio bebé?
1. Primero, infórmate
Ante la duda, siempre será importante consultar al experto, pero ten presente que éste es una persona, no un Dios infalible. El pediatra o la consultora en lactancia pueden tener varios estudios y años de experiencia, pero son personas como tú, con preferencias personales y tal vez algunos prejuicios. No eleves su comentario a una verdad absoluta, escúchalo y llévatelo en tu corazón antes de decidir.
2. Segundo, piensa en tu estilo de crianza
¿Cómo deseas criar a tu bebé? Piensa junto con tu pareja a qué le darás prioridad, si al buscar en los síntomas de tu hijo alguna razón más profunda le darás medicina alopática (jarabes y remedios que ataquen síntomas) u homeopática. Reflexiona si decidirás inculcarle hábitos desde el principio o dejarás que la vida familiar fluya de acuerdo a las necesidades de todos.
3. Tercero, mira dentro de ti
Lo llevaste en tu vientre, donde únicamente se comunicó contigo y sintió con tu corazón durante varios meses, por lo que se siente apegado a ti emocional y físicamente. De acuerdo a lo que señala la psicóloga argentina, Laura Gutman, hasta después de los 9 meses el bebé se siente como una parte de ti, por lo que es sumamente importante escuchar lo que te dice tu interior. Ahí tienes un tesoro escondido esperando a ser descubierto para dejarlo brillar.
Por supuesto que no tengo nada en contra los pediatras o de cualquier otro experto, muchos de ellos son maravillosos y les estoy muy agradecida. Lo que aquí intento compartirte, es que es preciso dar más valor a tu voz interna y a la de tu esposo, mucho más que a las voces ajenas que no conocen tan bien a tu hijo como ustedes. Por más buenas intenciones que puedan tener, nunca lo amarán de la forma en la que ustedes los hacen.
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