Se terminó mi matrimonio. Y ahora… ¿qué hago?
Cuando se acaba el amor es difícil recoger los pedazos que quedan, pero aún peor es el fin del matrimonio: una unión ante Dios y la familia, el comienzo de una historia, los cimientos del hogar.
Diana Brante Morales
El matrimonio es la unión sagrada entre dos personas que se aman. En el mundo animal, los pingüinos conviven con su única y eterna pareja. De la misma manera, nosotros también decidimos tener un compañero PARA TODA LA VIDA. Una nueva vida llena de demostraciones de amor, alegrías familiares, sorpresas, emociones y un sin número de aventuras. El matrimonio se transforma en el primer paso que damos para compartir la vida.
Ella estaba muy emocionada, más de lo que estaría cualquier novia en el día de su matrimonio. El velo cubría sus lágrimas, pero la felicidad que irradiaba era imposible de esconder. Caminó al altar lentamente mientras su familia y amigos fijaban la mirada en aquella dulce mujer que había encontrado el amor. Su futuro esposo la esperaba, la observaba con amor y le sonreía a cada paso que daba.
Luego de diez años casados, él decidió dejarla con un “Ya no te amo”. Habían construido toda una vida juntos: dos hijos pequeños, casa propia y ella recién comenzaba a estudiar su carrera anhelada. Nada de esto le importó, tomó sus maletas y se fue dejando que la oscuridad de la noche cubriera sus huellas. Ella lloró con desconsuelo día tras día, todo momento a solas era el indicado para descargar su pena, su rabia y su frustración. Le había entregado su vida entera y él la desechó como se bota un trapo sucio. Muchas mujeres no sabemos qué hacer cuando el matrimonio se termina, ya que lo hemos puesto como prioridad desde el primer día. Si a ti también te ha pasado, aquí te dejo algunos consejos para seguir adelante:
1. Tu vida aún no acaba
Por más difícil que sea, debes considerar esta opción. Entregaste lo mejor de ti a una persona que dejó de amarte, pero eso no significa que tú no puedas seguir amándote. Aprovecha esta ruptura para hacer un break en tu rutina diaria e incluir alguna actividad para ti y sólo para ti.
2. Soltera sí, sola nunca
Aunque suene trillado, no estás sola. Tienes una familia que te apoya, amigas y amigos incondicionales y toda una vida por delante. Aprovecha estos momentos de soledad para reencontrarte contigo misma, para pasar tiempo con tus hijos, con tus amigas o de comenzar a perseguir un nuevo sueño.
3. Al mal tiempo buena cara
¿Temías cambiar tu look porque podía no gustarle? Ahora es cuando. Todo cambio es bueno y manifestar de manera física un cambio interior no es la excepción. Comienza a ir al gimnasio, cambia tu forma de vestir, haz un cambio de look y disfruta de tu nueva y mejorada imagen. Si te ves bien, pronto comenzarás a sentirte bien de nuevo.
4. No todo es malo
No te centres en lo que no funcionó en tu relación, sino en los frutos conseguidos, por ejemplo: tus hijos. Recuerda el matrimonio con cariño, ya que el odio empaña la realidad y nos hace actuar de forma errada. Utiliza esta desilusión para una introspección que te ayude a mejorar como persona o como pareja.
5. No te recrimines
En situaciones como estas no hay solo un culpable, quizá tú dejaste de demostrar amor, o tal vez él olvidó por qué se enamoró. Lo importante es rescatar los sentimientos que un principio generaron tantas alegrías. Si dejó de amarte no significa que tú fallaste. Trabaja con énfasis en el amor propio, pues no hay mayor amor que el que debemos sentir por nosotros mismos.
En todo caso, por muy mal que te sientas recuerda siempre que nuestro Padre Eterno no nos abandona y que puedes recurrir a Él en todo momento. Estoy convencida de que Dios nunca nos da pruebas que no podamos superar. Hay muchas personas que rehacen sus vidas luego de un divorcio y no hay razón por la que tú no puedas ser una de ellas. Es el momento de pensar en ti y en tus hijos. Te recomiendo este artículo: Doce consejos para que tu divorcio no afecte a tus hijos. Con el pasar del tiempo verás que esta amarga experiencia te habrá hecho más fuerte de lo que ya eras.