Seamos ecologistas. Si no por convicción, al menos por conveniencia
Los recursos naturales son la materia prima de ese desarrollo que tanto nos gusta. Convertimos edificios en patrimonios de la humanidad. Pero ¿cuidamos el capital que en verdad nos interesa?
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Yordy Giraldo
La contaminación del aire mató en 2012 a 7 millones de personas, según la Organización Mundial de la Salud. Pero más allá del cuándo, lo relevante es que nos estamos matando, y no nos interesa detener la masacre. Los datos son abrumadores: solo el 12% de la población mundial respira aire limpio. El resto estamos expuestos a un aire malsano que incrementa los riesgos de padecer enfermedades del corazón o cáncer por solo dar un par de ejemplos.
No podemos continuar en la dinámica de pensar en plantas y animales como si nos fueran ajenos: sin ellos, no hay nosotros. Los recursos naturales son la materia prima de ese desarrollo que tanto nos gusta. Convertimos edificios en patrimonios de la humanidad, pero el verdadero capital con que contamos lo dilapidamos en un presente que no tiene futuro.
Por favor, lee: ¿Cómo ahorrar reciclar para ahorrar dinero y echarle la mano al medio ambiente?
Urge que seamos ecologistas, si no por convicción, al menos por conveniencia. Pero, ¿cómo cuidar el medio ambiente sin ser ecologistas?
1. Muestra tu educación y responsabilidad
La mejor manera de mostrar ambas, es no tirando basura. No es necesario pertenecer a ninguna ONG para hacer cosas que sumen. Cada año miles de familias pierden su patrimonio por inundaciones, pero aunque culpamos al cambio climático y a los Gobiernos, gran parte de la responsabilidad es de la basura que tiramos a las calles.
2. Busca reforestar
Solo existe una forma posible de lograrlo, y es sembrar y cuidar las plantas. No se trata de decir: “Soy ecologista”. Se trata de que necesitamos de la lluvia y el oxígeno. Y ambas cosas requieren de los árboles para que el milagro suceda. O, en el peor de los casos, si no contribuyes al menos no dañes.
3. No desperdicies
Ya sea agua, alimentos, energía. La idea es cuidar lo que tenemos, porque muchos de los recursos naturales no son renovables, e incluso los que lo son no pueden restaurarse a la velocidad que exigimos y requerimos para satisfacer nuestras demandas.
4. Emplea menos plástico
El plástico tarda en degradarse más de un siglo, y es culpable de gran parte de la contaminación de mares, ríos, incluso del drenaje de las ciudades, y la muerte de no pocos animales. Opta por materiales menos invasivos y más duraderos en cuánto a su utilidad.
5. Sé un activista
Sí: aunque sea de sillón. Aunque no lo creas ser un promotor activo de este y otro tipo de movimientos sí funciona. Para empezar sirve para sembrar en el inconsciente colectivo las ideas que buscas impulsar. Utiliza tus redes sociales para fomentar el pensamiento de un mejor mundo.
Me despido haciéndome eco de las palabras atribuidas a un escritor, periodista y dramaturgo irlandés. Vegetariano, manifiesto opositor de los deportes crueles, y primero en ganar en vida un Premio Nobel de Literatura y también un Oscar. Me refiero a George Bernard Shaw, quien dijo: “Cuando Dios creó al mundo, vio que era bueno. ¿Qué dirá ahora?”.
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