Secretos de la abuela para curar infecciones comunes, que sí son efectivos
La naturaleza tiene sus secretos para curar ciertas enfermedades...¡y la abuela también!
Emma E. Sánchez
Nosotras como mujeres tenemos el gran honor y deber de enriquecer y perpetuar toda la sabiduría de las buenas mujeres que nos precedieron, específicamente en lo que a remedios para curar infecciones se trata.
Y no es que no valoremos los avance médicos y seamos incrédulas de la medicina, lo que pasa es que al aplicar algunos remedios caseros que sí funcionan, podemos evitar consumir medicamentos a la primera provocación y llenar nuestro cuerpo con químicos innecesarios cuando en nuestra casa tenemos lo necesario para sanarnos sin consecuencias negativas.
Primera recomendación
Ten en casa algún buen libro de herbolaria o medicina naturista. Inclusive en internet puedes encontrar algunos en formato PDF para que, sin gastar, puedas consultar, aprender y conocer más de las plantas, semillas y frutos que puedes usar para tu beneficio por sus componentes.
Advertencia:
Vamos a hablar de algunas infecciones que se pueden atender en casa cuando recién se manifiestan o inclusive para prevenirlas, pero debe quedar muy claro que si no ves mejora en 48 horas, deberás visitar tu médico y recibir la medicación indicada.
La herbolaria y la homeopatía funcionan muy bien, pero son procesos sanativos que toman tiempo y a veces nuestras dolencias ya no tienen ese tiempo y debemos ir al médico antes de generar una complicación mayor.
¡Ahora, ya podemos comenzar!
Iniciaremos explicando que le llamamos infección al proceso en el que un microorganismo patógeno invade alguna parte u órgano de nuestro cuerpo y se multiplica hasta provocar un daño. Estos organismos patógenos tienen la capacidad de ser transmisibles, esto es, que se pueden contagiar, que pueden invadir tejidos y evadir el sistema inmunológico. Pueden ser virus, bacterias, hongos o hasta parásitos, que entran a nuestras células y luego se diseminan.
Muchas veces estas infecciones se manifiestan por medio de temperatura (cuando el cuerpo está luchando contra ellos), vómito y diarrea (cuando intenta eliminar esa infección) e inflamación (cuando el cuerpo está “rodeando” a los gérmenes o virus para contenerlos y destruirlos). También puede haber ardor y dolor en diversas partes del cuerpo.
Esas son nuestras señales para comenzar a trabajar.
Infecciones de garganta
Cuando el ardor o picazón comienzan en la garganta tras haberte mojado, es una señal de un proceso infeccioso en curso.
Remedio de la abuela: prepara un té de canela cargado, así calentito, añade el jugo de un limón y endulza con miel. Al tomarlo, comenzarás a sudar, por lo que es recomendable tomar un buen baño caliente y meterte a la cama.
Podrás dormirte y dejar que tu cuerpo pelee esa batalla con las armas que has ingerido. A la mañana siguiente puedes sentirte aliviada o amanecer con la sensación solo de una ligera gripe, tómate otra taza de té igual y te sentirás como nueva.
Gripe y tos
La temperatura, el cuerpo cortado y la nariz congestionada se pueden curar con un té de limón y el gran secreto: de 10 a 15 gotas de propóleo y un poquito de miel. Antes de tomarlo, aspira lo más que puedas el vapor y luego bébelo lentamente.
El propóleo es una sustancia elaborada por las abejas y funciona como un antiviral y antiséptico. A algunas personas les resulta muy fuerte, y con unas 2 0 3 gotas bastan. Es un producto que siempre debes tener en casa.
Infecciones en piel
Los hongos, abscesos, forúnculos, sabañones, grietas y hasta verrugas los eliminas aplicando a diario propóleo. Primero te bañas y aseas perfectamente la parte infectada, luego secas y aplicas las gotas directamente.
Atención: cuando te bañes, talla esas áreas de manera enérgica pero sin lastimarte, la fibra o esponja que uses deberás pasarla por cloro para eliminar esas bacterias y no permitir que nadie más la use, o podría contagiarse en el caso de verrugas u hongos. Cuando apliques las gotas, el gotero no debe tocar la piel.
Si se trata de una lesión mayor, aplica el propóleo una gasa y sujétala para que el efecto dure por más tiempo, una hora es suficiente.
Pronto verás cómo desaparecen tus problemas dermatológicos. Yo aprendí este remedio tras visitar a varios dermatólogos que no me podían quitar un hongo en la frente, con dos aplicaciones de propóleo fue suficiente.
Al ponerlo puede ser que sientas una picazón, es breve y significa que está actuando con fuerza.
Infección urinaria
Una de las más molestas sin lugar a dudas. Para este caso, nuestra abuelas siempre hacían estas dos recomendaciones:
Té de pelos de elote: le quitas todos los pelos o cabellos a dos elotes tiernos, que no estén secos ni quemados y los pones a hervir, esperas a que enfríe un poco y lo tomas al irte a dormir y en ayunas.
Té de cola de caballo: es una planta muy conocida, pues es larga y medianamente fina. No tiene sabor ni olor y no es cara. Muchas familias inclusive la siembran en maceta para siempre tenerla a mano.
Cortas unas 6 u 8 varitas y las hierves en dos litros de agua, no debes endulzarla y la refrigeras o dejas al tiempo según prefieras. Esta agua fresca debes tomarla como agua de uso durante todo el día y así hasta que se te quite la molestia.
Es muy importante que cambies tu ropa interior a diario y uses jabón neutro para tu aseo.
Infecciones intestinales
Diarrea, dolor y hasta temperatura son los síntomas comunes de alguna infección estomacal. Aquí algunas recomendaciones de la abuelita:
Licuado simple de aloe vera y un poco de cúrcuma. Estos dos ingredientes los licúas con dos tazas de agua y si el sabor no lo toleras, añade unas gotitas de limón y tómalo completo. Vas a ir al baño varias veces pero pronto te sentirás mucho mejor. Debes tomarlo en la mañana y antes de irte a dormir por dos días.
Como ves, hay muchas maneras económicas y sencillas para que en casa tu puedas sanarte.