Según un estudio, solo podemos contar con la mitad de nuestros amigos
Tener amigos es un don, preservarlos es una virtud ¿Con cuántos de tus amigos puedes contar?
Fernanda Gonzalez Casafús
Tienes decenas, cientos o miles de amigos y te sientes genial por ello. Saber que puedes contar con tus amigos es algo fantástico. Pero ¿te has puesto a pensar a cuántos de ellos puedes llamar verdaderamente “amigo”? Si te alcanzan los dedos de una mano para contarlos, estás en lo cierto, son pocos.
De acuerdo a un estudio, le caemos bien a la mitad de las personas a las que consideramos amigos. Es decir, tienes muchos amigos y conocidos pero solo un puñado de ellos te quiere sin restricciones, sin “peros” y tal como eres, y en verdad puedes contar con pocos de ellos. Sí, no es novedad, pero a veces nos empeñamos en no ver esta realidad.
Los expertos del Centro de Investigación Tecnológico de Massachusetts se encargaron de analizar el vínculo entre 84 personas durante una clase de gestión empresarial. A los participantes se les pidió que clasificaran la relación con cada persona del salón tomando en cuenta una escala del 0 a 5.
El 0 significaba “no conozco a esta persona”, el 3 que eran “amigos” y el 5 significaba “uno de mis mejores amigos”. Los resultados arrojaron que el 94% de las personas esperaban que los sentimientos fueran recíprocos, sin embargo solamente el 53% lo sentían así. A pesar de ser un estudio limitado, sirve de apoyo a otros estudios sobre la amistad en los que se evidencia que las personas tienen reciprocidad por parte de sus amigos entre un 34 y 53%.
Me caes bien pero no soy tu amigo
Piensa en todas las personas a las que has llamado amigo en estos últimos años. ¿A cuántos de ellos sigues viendo? ¿Con cuántos de ellos mantienes una relación fluida? Pensemos que un apretón de manos y un cálido abrazo no siempre significa fidelidad en la amistad.
Somos seres sociales y como tales vivimos relacionándonos con los demás. Sin embargo, las investigaciones recientes indican que solo aproximadamente la mitad de las amistades percibidas son mutuas; es decir, alguien que crees que es tu amigo podría no estar tan interesado en ti.
En este contexto, es menester atender a la autenticidad de las relaciones, pues impactan positiva o negativamente en nuestra salud emocional y psíquica. Alex Pentland, investigador de ciencias sociales computacionales en el Instituto Tecnológico de Massachussets, advierte que “la posibilidad de una amistad no recíproca desafía la propia imagen de uno mismo”
El punto es saber comprender en dónde radica la verdadera amistad, pues es un concepto bastante subjetivo. A pesar de que cada uno puede tener una idea personal acerca de lo que significa la amistad, lo cierto es que todos estamos de acuerdo en que buscamos la reciprocidad en ese sentimiento.
La amistad en los tiempos de redes sociales
La mayoría de los jóvenes de hoy se jactan de tener cientos de amigos en las redes sociales. En tiempos donde las cosas no siempre se dicen a la cara y es más fácil interactuar frente a una pantalla que a través del contacto directo, el concepto de amistad verdadera se desdibuja.
Las plataformas digitales han rediseñado nuestra forma de interactuar. Cuando un abrazo se expresa con un emoticón y el apoyo se da a través de likes comienza a desvalorizarse el significado de los lazos de amistad. Los amigos virtuales no siempre son amigos reales, y mientras más tiempo pasemos forjando nuestras amistades virtuales menos tiempos pasaremos cultivando las reales.
¿Sabes quiénes son tus verdaderos amigos?
Los amigos no son solo aquellos quienes se prenden en todas tus propuestas para salir o que te acompañan a todas las fiestas aunque queden lejos. Tampoco son los que comparten todo lo que publicas en Facebook ni los que te mandan un whatsapp cuando has publicado algo triste en tu estado.
Los amigos verdaderos son pocos. Y es algo que vas descubriendo con el tiempo y a medida que las relaciones de amistad van madurando.
Son aquellos que te llaman por teléfono, que se acercan a tu casa a verte cuando estás enfermo. Que te tienden una mano sin que lo pidas, que se interiorizan acerca de lo que te pasa y tratan de ayudarte.
Un amigo solo requiere tu presencia para sentirse bien y no necesita ir a un bar de moda para conversar. Un amigo verdadero deja de lado las superficialidades y valora tu presencia, dejando en evidencia un acompañamiento sincero y genuino.
Esmérate en cultivar aquellas amistades que valen la pena
Las nuevas formas de socializar han hecho que tengamos amigos y conocidos por todas partes. Eso no está nada mal, pero no nos olvidemos de cultivar y hacer crecer esos vínculos que nos sostienen, nos dan fuerzas y nos hacen mejores personas.
Cultivar nuestras amistades requiere tiempo y dedicación, y eso es algo recíproco. Cuando una amistad está consolidada en el tiempo es habitual que esas personas pasen mucho tiempo sin verse y sabiendo aún que se tienen. Pero para hacer crecer ese vínculo se necesitó de esmero, dedicación, comprensión y capacidad de escucha.
Tener amigos verdaderos nos hace mejores seres humanos; nos da la fuerza necesaria en momentos donde creemos que no podemos seguir solos.
Tal vez tengas dos o tres amigos y crees que son pocos, pero valen como oro y debes cuidarlos. Tener amigos es un don, preservarlos es una virtud. ¡Cuida ese gran tesoro!