Serás niño solo una vez y pienso disfrutarlo
La infancia de tu hijo es única e irrepetible. No te la pierdas, disfrútala al máximo.
Laura Abbott
Me ha pasado que a pesar de las urgencias en la rutina diaria, he podido detenerme un instante ante una mirada inocente de mis hijos. Esos momentos en que disparan esos comentarios amorosos que salen de la nada y nos tocan el corazón. Y a pesar de los trajines y del diario vivir puedo verlos completos en ese instante y darme cuenta que su infancia es un tesoro que solo voy a vivir una vez.
Me detengo, los observo y pienso: ¿Cómo serán de grandes? ¿Podré verlos? ¿Qué nuevas alegrías o preocupaciones traerán a mi vida? ¿Tendré la fortaleza para ayudarlos siempre? ¿Podrán ellos comprender alguna vez el raudal de sentimientos que nos invaden al verlos frustrados o al verlos sonreír de alegría ante pequeñas cosas que los grandes consideramos nimiedades?
La emoción me invade y de forma inmediata. Recuerdo una frase que alguna vez escuché en una película, y que modifiqué para adaptar a mi vida: “la maternidad es como una montaña rusa: hay momentos en que te diviertes mucho y otros en los que quieres bajarte”. No quisiera que se mal interprete lo que dije arriba: no es que esté planteando renunciar a la maternidad, ni mucho menos. Simplemente que a veces hay momentos en que las situaciones nos superan y nos obligan a encontrar nuevas respuestas. Son esas circunstancias en que debemos superarnos a nosotros mismos y recurrir a otras estrategias. Y si hay en algo en que los niños son especialistas, es en eso. Nunca quise ser mejor persona que cuando me encontré con mis hijos en brazos. Mejor para ser un ejemplo en el que puedan apoyarse, mejor para no repetir historias familiares que puedan hacerle daño. Mejor, en definitiva, para que tengan de su infancia el recuerdo más maravilloso y que sirva de base para ser personas enteras y felices.
La infancia es una etapa primordial en la vida de cualquier ser humano. No lo digo yo, lo dicen también los especialistas en el tema. Y me atrevo a decir que también es una etapa muy importante para nosotros los padres. Pero no solo porque hay que impartir hábitos, educación y disciplina, sino porque también hay que disfrutarla. Todos los lazos que podamos construir en esta etapa, todos los recuerdos y los traumas que se desplieguen, de una manera o de otra estarán presentes en toda la vida de nuestros hijos. Estamos construyendo las bases de un futuro que no será cualquier futuro. Será el porvenir de las personitas que más amamos en el mundo.
Muchas veces, más de las que quisiéramos, las circunstancias hacen que estemos inmersos en problemas: personales, laborales y a veces hasta mundiales. Y por poner nuestra mirada hacia afuera nos olvidamos del inmenso universo que existe en nuestros hogares. Los niños nos esperan porque ellos están dispuestos a esperar. Y para ellos el mundo pasa por lo nuevo que aprendieron hoy y por el amor que podemos brindarles. Nosotros somos su universo y la respuesta a todos sus interrogantes. No sé si somos conscientes de esto todo el tiempo. Pero creo que por nuestro bien y el de ellos deberíamos empezar a serlo.
Por ese motivo, tal vez hoy lo importante no sea darte consejos porque cada cual sabrá cómo adaptar su vida para disfrutar de la infancia de sus hijos. No importa si trabajas o si estás todo el día con ellos en casa. Lo que importa es el tiempo de calidad que puedas brindarles y brindarte. Mi consejo hoy es que, de la forma que sea y como a ti mejor te parezca, te otorgues a ti misma la posibilidad de maravillarte y de detenerte en ese instante que vivirá en tu recuerdo para siempre. Los primeros años de tus hijos son únicos e irrepetibles. La inocencia, una vez que se va, no regresa. El amor siempre prevalece. No lo dudes, toma las decisiones que hagan falta, toma como proa en tu vida el participar de forma activa en la vida de tus niños y regocijarte de estos primeros años que no volverán a repetirse. Siembra hoy las semillas que quieras cosechar mañana. Y recuerda que tus niños serán niños solo una vez, no te lo pierdas.