Si buscas que tu hijo sea respetuoso comienza a serlo tú mismo con quienes te rodean

El respeto no solo es un valor fundamental para tener buenas relaciones, sino que además crea vínculos sólidos con los padres.

Adriana Acosta Bujan

Muchas personas creen que el lugar indicado para que sus hijos aprendan los valores morales es en el colegio, por ser una institución dedicada a la enseñanza en todos los aspectos. Sin embargo, esa idea es totalmente errónea, ya que los valores se deben enseñar en el seno familiar, para reforzar ese aprendizaje en el colegio y en la vida cotidiana.

Por mi experiencia como docente, sé que existen situaciones en las cuales los padres dedican todos sus esfuerzos por enseñar a sus hijos sobre los valores; pero lamentablemente ese aprendizaje se va moldeando poco a poco por la influencia de las personas que tienen contacto directo con los hijos o por la exposición a los medios de comunicación inapropiados para su edad.

Eso da una expectativa más amplia sobre el por qué los valores se pierden fácilmente, dejando una reflexión sobre la carga de culpabilidad, ya que no siempre las conductas inapropiadas de los hijos son un error de los padres.

Dicho lo anterior, podrás comprender que los valores morales se deben enseñar en casa y para que estos conocimientos tomen fuerza y sean conocimientos bien fundados y arraigados, como padres debemos estar bien atentos a los que hacen los hijos, con quiénes se relacionan y la manera en cómo ellos controlan sus emociones en distintas situaciones.

Padres respetados por sus hijos

“¡Te odio, eres el peor padre del mundo!, ¡Desearía mejor no tener padres!, ¡Son nefastos!” Una larga lista de insultos es común observar en algunos niños o adolescentes, perdiendo el respeto por sus padres de manera sencilla y sin medir las consecuencias de sus acciones, puesto que ellos saben que aunque tengan alguna conducta hiriente y mal intencionada hacia sus padres, siempre recibirán un perdón y no habrá represalias.

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El respeto debe ser un valor cimentado en el seno familiar, para que así pueda ser practicado en el colegio y en otras áreas de la vida cotidiana. Por ello, es que por ninguna razón debemos permitir a los hijos que actúen de manera hiriente hacia nosotros, ya que eso dará mucho de qué pensar sobre cómo es que los estamos criando.

Por tal motivo, aquí te dejo algunos consejos esenciales para poder enseñar a tus hijos sobre el respeto, comenzando por nosotros mismos, los padres:

1 Siendo un ejemplo a seguir

Seguramente habrás escuchado que los niños son como esponjas ya que todo conocimiento es absorbido fácilmente de manera natural e innata. Por tal razón debemos enseñarlos sobre el respeto de una manera sencilla, esto es teniendo una buena convivencia familiar. Si comienzas por respetar a tus propios padres y a tu cónyuge, es más fácil que tus hijos traten de imitarte.

En este punto es esencial enseñar a los hijos a diferenciar y controlar sus emociones, puesto que es normal que al estar enfadados nos expresemos de forma hiriente y por ende se llegue a faltar el respeto a las personas que nos rodean.

2 Estableciendo límites

Si no les enseñas que cada acción sea buena o mala lleva consigo consecuencias, será más complicado para ti fomentar el valor del respeto en tus hijos. Se comienza con las cosas más sencillas y complejas, desde los hábitos que enseñamos a los hijos, como limpiar su habitación hasta la hora en la que deben ir a dormir. En toda la vida cotidiana deben existir límites y reglas que se deben cumplir para tener una excelente convivencia familiar y buenas relaciones sociales.

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Entonces aprende a establecer límites cuando creas que tus hijos están fuera de control, por ejemplo: “En casa están prohibidas las groserías”, “Reconocer los errores y las fallas, es una manera de respeto”, “Los premios se ganan con esfuerzo y no se dan fácilmente”, entre otras ideas.

3 Oídos bien atentos

Muchas veces pasa que los hijos comienzan a faltar el respeto a sus padres, por la falsa creencia de creer que ellos no los comprenden, argumentando que no tienen comunicación y que no los conocen lo suficiente; me refiero a sus gustos, necesidades, pensamientos, dudas, etcétera.

Por ello, es importante siempre tener los oídos bien atentos cuando los hijos hablen, tratándolos de entender y escuchar de manera asertiva, así podrás conocer cuáles son sus pensamientos e inquietudes para poder empatizar con ellos y lograr tener acuerdos.

Con ello no me refiero a que hagas lo que tus hijos quieran, sino que les brindes alternativas distintas para resolver un problema o actuar, sin necesidad de que ellos piensen o crean que tú no los escuchas o comprendes. De esta forma lograrás que ellos te respeten.

4 Una autoridad que guía y apoya

Es fácil que los padres les demos a los hijos todo lo que quieran en el momento que ellos lo pidan; incluso que los dejemos actuar conforme ellos piensen es lo correcto. Sin embargo, al hacerlo perderás autoridad y será más sencillo que te falten al respeto, pues tu opinión no contará o no será válida para tus hijos.

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Un ejemplo es un salón de clases donde la autoridad la tiene el profesor, él indica lo que deben hacer sus estudiantes para lograr su propósito para enseñar un tema; al igual tú, deberás ser la autoridad en casa, donde guíes y apoyes a tus hijos a alcanzar sus objetivos. Recuerda: nada se hará sin tu previo conocimiento y permiso.

El respeto es un valor fundamental que deben aprender los hijos; recuerda que ese conocimiento tendrá valor cuando ellos comiencen por respetar a sus padres, para luego entonces respetar a todas las personas que les rodean.

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.