Si cambias tus pensamientos, tu mundo cambia instantáneamente
Cuando cambias la manera como miras al mundo, tu mundo cambia por completo.
Erika Patricia Otero
Soy una fiel creyente de que tu mundo cambia, cuando cambias tu manera de pensar.
Por supuesto, esto no fue siempre así. Yo tenía una manera de pensar muy pesimista. Por si fuera poco, me quejaba mucho y de todo; además, siempre tenía pereza, y cuando no era así, todo era tristeza. No, no era que estuviera deprimida; las cosas no me salían bien y toda la responsabilidad era mía debido a mi mala actitud.
Lo peor de todo es que cuando alguien me hacía notar toda esa negatividad, yo me enojaba. Literalmente, era como si todo el tiempo tuviera una nube negra sobre mí; una muy mala forma de ser.
Me tomó muchísimo tiempo darme cuenta que mis acciones y mi mundo eran solo un reflejo de lo que había en mi cabeza. Afortunadamente, fue cuestión de querer cambiar para comenzar a buscar la manera de lograr ese cambio.
¿Cuál es el principio del cambio?
Lo primero que se debe hacer es cambiar la manera de pensar. Cuesta mucho, pero ya consciente de que de verdad deseas que tu realidad cambie, vas a hacer lo posible por controlar lo que piensas.
Sí, ese es el secreto: controlar tus pensamientos.
Supón que un día te despiertas y comienzas con buena actitud. De un momento a otro comienzas a detectar que te quejas porque tu chocolate está muy caliente y te quemaste; para rematar, tus hijos se levantaron tarde y no van a llegar a tiempo a clases. Lo que ocurrirá si sigues con esa línea de pensamientos, vas a dar pie a que durante todo el día situaciones mínimas te “dañen” el genio.
Lo que debes hacer es cortar ese pensamiento dañino que te cambia el humor y la actitud. Aplicando al mismo ejemplo, comienzan a llegar a ti los deseos de quejarte por que las cosas se están poniendo un poco complicadas. Lo que hago cuando eso pasa es decir en voz alta y 3 veces :”cancelo, cancelo, cancelo“; luego, sonrío y me digo:”todo saldrá bien”.
Ahora, cuando se trata de situaciones más complejas que una simple tardanza o quemarse con tu bebida caliente, lo que deberías hacer es decir: “Todo pasa por algo” o ” Todo lo dejo en manos de Dios“. No es que por el simple hecho de decir estas frases los problemas van a desaparecer. Lo que estás haciendo es quitarte un poco de peso de encima. Confiar en que tras de los obstáculos hay algo que persigue que aprendas una lección; o bien te va a librar de algo que no necesitas para tu vida.
Sufrimos por terquedad y orgullo
Lo que pasa es que cuando más te empecinas en seguir el mismo camino de la queja, de llevar la contraria y no querer reconocer que eres la responsable de tus fracasos y no las situaciones, tu vida va a ser más y más complicada.
Por el contrario, cuando aceptas que tu actitud y lo que piensas es lo que te mantiene en el camino equivocado, vas a cambiar y con ello las circunstancias que se presentan en tu vida. Te lo digo porque mi vida es un fiel reflejo de lo que expongo.
Terquedad y perseverancia: 2 caras de una misma moneda
Hay 2 tipos de terquedad, una de ellas te ayudará a cambiar y la otra te hundirá en el fracaso.
La terquedad te lleva a contradecir a los otros por el mero hecho de no querer dar la razón; esta te va a sumir en una mala actitud. Es posible que hasta te haga ganar algún que otro enemigo. Este defecto es causado por el orgullo y la suficiencia. La falta de humildad en reconocer que no te las sabes todas y que también te equivocas.
La perseverancia por el contrario, te va a llevar a lograr todo lo que sueñes en la vida. La persona perseverante es disciplinada y enfocada, esto hace que se esfuerce y dé lo mejor de sí. Además, tiene una buena actitud y no se desanima aunque las cosas no salgan siempre como lo espera.
La terquedad te estancará y la otra te llevará lejos; tú eliges cuál cultivar. Por eso, la invitación es a que si eres una persona terca la conviertas en su lado positivo y te hagas alguien perseverante, que con tesón y empeño logre sus metas.
No todo es bueno, pero debes mantenerte firme
Bien sabes que la vida se basa en buenos y malos momentos. Y sí, en las malas épocas va a ser complicado mantener un pensamiento positivo. Tienes todo el derecho a sentirte mal, llorar y lamentarte. La situación es que aunque te concedas 1 día o 5 para regodearte en tu sufrimiento, cuida que no sea tu vida entera.
El anterior es un punto importante ya que hay personas que se entregan al sufrimiento y lo que hace que les cueste salir de este estado es el pensamiento pesimista. Para superar este tipo de eventos a veces se necesita de la ayuda de un terapeuta, pues si no se hace, se puede caer en una depresión exógena profunda.
Mantente en agradecimiento
Ser agradecido es una fuente inagotable de pensamientos positivos.
Cuando comienzas a vivir una vida basada en el agradecimiento, empiezas a darte cuenta que las cosas que tienes son muchas más que las que te hacen falta.
Es tal el poder de ser alguien agradecido que las cosas comenzarán a ir tan bien en tu vida, que de verdad va a ser muy complicado que una situación difícil te cambie o hunda por completo.
Solo me queda invitarte para que hagas todo tu esfuerzo en cambiar tu manera de pensar. Te aseguro que cuando lo hagas el cambio será más que inmediato y no dejarás de estar agradecida contigo misma por haberte hecho ese gran favor.