Si continúas como hasta hoy, te estás perdiendo una gran oportunidad
Enfrentar la vida no es un asunto sencillo, pero hay una fórmula que puede aliviar tus problemas. ¿Quieres saber cuál es? Si continúas como hasta hoy, te estás perdiendo una gran oportunidad.
Camila Ignacia Gómez González
Hace pocas semanas conocí a una mujer con muy poca paciencia y tolerancia. Cada vez que alguien le preguntaba sobre el porqué de su actitud, ella respondía que era así y nadie a estas alturas de la vida la iba a cambiar, que si a alguien le molestaba su forma de ser podía alejarse de ella, porque no estaba dispuesta a modificar su manera de ver la vida y su forma de ser. Ante esto quedé estupefacta, porque pensé automáticamente que no es necesario cambiar por alguien, sino por nosotros mismo. ¿Qué ganamos con enfrentar la vida con mal humor? ¿Perdemos algo al aprender a reírnos de nosotros mismos? A mi modo de ver ganamos, y mucho.
Por ello estoy firmemente convencida de que enfrentar la vida o los problemas de manera positiva o negativa es cuestión de actitud. Nadie tiene un mal día durante sus 24 horas, así como tampoco nadie tiene lluvia de cosas buenas para transformarlo en una fecha memorable; pero decidir, cada mañana, que pase lo que pase en el trascurso del día lo miraremos como una oportunidad para mejorar, crecer, volver a comenzar o a intentar, es una decisión personal.
Lo mismo ocurre con esta mujer, pues si ella desea comenzar a relacionarse con las personas de diferente manera, siendo amable, cordial y no alejando a los demás de su vida, sin duda alguna ganaría mucho más. El ver las cosas desde el lado amable que estas presentan nos hace evitar los altos índices de estrés a los que estamos sometidos diariamente por rutina: casa, hijos, trabajo, estudios, deporte y actividades familiares. El ser positivos nos permite ver oportunidades de crecimiento (personal, profesional, familiar, espiritual, económico, etcétera) donde otros solo logran ver dificultades y problemas.
Si no sabes por dónde empezar, te recomiendo tener en cuenta algunos consejos que pueden aclarar tus dudas:
Escoge tu actitud
Cada mañana, al levantarte y tal como si estuvieras escogiendo la ropa que usarás durante el día, elige la actitud con la que enfrentarás el mundo una vez que hayas salido de casa, y no permitas que a mediodía esto cambie; para ello, haz un repaso mental de lo que buscas lograr mejorando tu actitud.
Juega
Sí, leíste bien, jugar. Jugar tal como lo hacen los niños para conocer el mundo. Es necesario que los adultos nos tomemos la vida jugando, soñando, haciéndonos el trabajo diario más divertido.
Alegra tu día o el de los demás
Es muy importante siempre tener algún motivo de alegría; si en tu trabajo te enfrentas a una oficina apagada, sin motivos para sonreír, es momento de hacer un alto y pensar cómo puedes sonreír. A veces no notamos que un acto tan sencillo como sonreír puede cambiar el día de otra persona.
Mantente presente
En cada una de las actividades que hagas pon tus cinco sentidos. Si conversas con tu hijo guarda tu celular, apaga la televisión y atiende sus palabras, puede tratarse de un asunto muy importante para él y cualquier distracción hará que te pierdas minutos vitales de su crecimiento. Aplica lo mismo al trabajo; si estás haciendo parte de tu trabajo en una computadora, cierra tus redes sociales, deja de leer el diario y verás cómo todo comienza a fluir de manera diferente. Con acciones como estas te darás cuenta de que tu día rinde más, de que usas menos tiempo en hacer tareas pequeñas y de que el mundo no va tan rápido como sueles creer.
Nunca es tarde para cambiar la actitud con la que enfrentamos el mundo. Cada día es una nueva oportunidad que podemos transformar en una valiosa oportunidad que nos haga ser mejores personas. Y tú, ¿cómo estás enfrentando tus días?