Si eres un “padre helicóptero” estás echando a perder la vida de tu hijo
Todos queremos que nuestros hijos sean felices. Muchas veces, en el afán de ayudarlos los sobreprotegemos. ¿Dónde está el límite entre ayudar y sobreproteger? Si haces lo que tu hijo tiene que hacer, eres un padre helicóptero.
Fernanda Gonzalez Casafús
Todos los padres queremos que nuestros hijos sean felices. Es la idea de traerlos a la vida. Pero muchas veces, en el afán de ayudarlos, nada más los sobreprotegemos.
Y en este caso particular nos convertimos en los “padres helicópteros”, que son aquellos que sobrevuelan sobre sus hijos intentando resolver cada aspecto de su vida, en la creencia de que tal actitud evitará que corran riesgos o con la intención de alejarlos de ciertos peligros.
Sin embargo, ¿dónde está el límite entre ayudar y sobreproteger? Tener claridad sobre estos dos términos será un primer paso para dejar de ser padres que sobrevuelan sin nunca aterrizar.
Veamos entonces cuatro puntos que pueden ilustrarnos sobre cómo distinguir entre una actitud sobreprotectora y una intención pura de ayudar a nuestros hijos en su vida cotidiana, pero con una visión a largo plazo:
1. Luchar por tus hijos y salir siempre en su defensa
A menos de que se trate de un caso de fuerza mayor, no es bueno que salgas al rescate ante cada “metida de pata” de tu hijo. Aunque puedas resolver de momento su problema, lo estás acostumbrando a que siempre estarás ahí sin importar que tan complicada sea la situación que provocó o en la que se metió, y, además, le estás dando el mensaje de qué él no puede resolver sus problemas por sus propios medios.
Además, tienes que aprender a distinguir el momento en que tienes que actuar.
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2. Instigarlos a que tomen la decisión que tú crees correcta
Cuando no dejas que tus hijos tomen sus propias decisiones les estás negando la libertad de pensamiento, y de acción.
Cuando las decisiones no implican un riesgo para su vida, deja que él mismo decida. Plantea con claridad cuáles son los beneficios y los perjuicios de la decisión a tomar y deja que él asuma su responsabilidad y lo que ésta conlleva.
3. Hacer las cosas por ellos
Resolver sus tareas, o ayudarlo con una acción a la que se comprometió y no pudo cumplir, es un comportamiento clave de los padres helicópteros. Salir al rescate en estas circunstancias no es bueno para el crecimiento y madurez de tu hijo, no ayuda, pero más aún, tal vez complica las cosas.
Deja que asuma las consecuencias de lo que no cumplió o no realizó. Ayuda cuando sea necesario, pero no resuelvas su vida.
4. Presionarlos para que sean los mejores
Los padres helicópteros tienen un alto nivel de exigencia para con sus hijos. Desean que sean los mejores en cualquier aspecto, y los instan a que tengan las mejores calificaciones. Esto genera gran presión en los niños y descalifica su autoestima.
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Cuando un padre helicóptero dificulta la capacidad de un hijo para ser autosuficiente está mermando su capacidad de crecer emocionalmente sano, y está creando una dependencia a largo plazo. Los hijos de padres helicóptero confían más en el criterio de sus padres que en el suyo propio, y tienen poca confianza en sus propias decisiones.
Si quieres que tu hijo logre una personalidad independiente y sepa asumir responsabilidades, no hagas las cosas por él, más bien acompáñalo en sus decisiones sin presionar.