Si estás buscando la garantía contra la infidelidad, no leas esto

La próxima vez que quieras averiguar la fórmula mágica para garantizar la fidelidad de tu pareja, debes… continuar leyendo.

Rafael Vázquez

Con frecuencia encuentro en las redes sociales, en las revistas de moda y estilo de vida y muchos otros lugares, artículos o “reportajes” que llevan títulos como éste: “Cosas que puedes hacer para evitar la infidelidad de tu pareja” o “Esto es lo que hará que tu esposo/esposa te sea infiel”.

Cada vez que veo ese tipo de “consejos”, siento que se echan a la basura lo poco que hemos avanzado, con muchísimo trabajo y derribando muchas ideas tradicionales perjudiciales y muchos prejuicios sociales y culturales, en cuanto a valores morales, a ética personal y a sentido de la responsabilidad.

Se suele decir cosas como: “Aunque no hay nada escrito o firmado para garantizarte el resultado invariable, siempre puedes hacer estas cosas para controlar la conducta de tu cónyuge y reducir al mínimo su impulso de infidelidad. ¿Cómo lo sabemos? Porque todos los que han sido infieles a sus parejas dicen que de haber existido (o en su caso, evitado) estas cosas, ellos no habrían sido infieles.”

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¿Son esas las razones reales de la infidelidad?

Y yo me pregunto: ¿Es en serio? ¿De verdad les preguntan a los infieles lo que los motivó a ser infieles? ¿De verdad van a confiar en la respuesta que den personas que dan la espalda a un compromiso moral o legal, para no hablar del sentimental y personal? ¿No les suscita ninguna sospecha el escuchar que los infieles siempre terminan justificando su infidelidad esgrimiendo como argumentos las fallas en su cónyuge, de tal forma que muchas veces el que escucha o lee lo que dice el infiel, termina compadeciéndolo y desarrollando más empatía por él que por la persona que resultó traicionada por la infidelidad?

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Una pequeña advertencia: Antes de que sigas leyendo, debes prepararte porque lo que voy a decir podría no gustarte. De hecho podría incomodarte al grado de querer lanzarme jitomates y huevos podridos. Por eso, el título te advirtió que no leyeras.

Y la clave de todo es…

No hay nada que uno pueda hacer para asegurarse la fidelidad total del novio o cónyuge. Y tampoco se debe andar buscando ese poder. Es control, dominio, compulsión. Es perverso.

Lo que tú puedes hacer es la parte que te corresponde a ti. Se espera que tú, que estás leyendo esto, estés decidida a amar, apoyar y hacer crecer a tu compañero con todo tu corazón y en la medida de todo tu poder.

Pero la fidelidad de tu pareja es una decisión que debe tomar tu pareja, y nadie más. La debe tomar al inicio de la relación y refrendarla a cada minuto que pase: hoy en la madrugada, cuando tu malestar estomacal te obligó a rechazar sus caricias; cada mañana que llega a la oficina y su compañera de trabajo coquetea con él; cada vez que tienen dificultades personales o como pareja, por culpa de las cuales a veces la vida libre de compromisos parece ser más bella. En cada una de esas circunstancias cotidianas y repetidas incesantemente, él debe decidir ser fiel a su compromiso contigo, aunque ese compromiso sea sólo moral y no legal o religioso.

Quizás leer lo que acabas de leer sea el pretexto perfecto para arrojarse al abismo de la desesperación: no hay nada que tú puedas hacer para asegurarte la fidelidad de tu pareja. Pero es la noticia más hermosa que existe es que cada segundo que tu pareja te es fiel sin que tú lo estés manipulando a serlo, él está siendo fiel totalmente, porque todo se debe exclusivamente a su propia y libre decisión de serlo. Eso quiere decir que cada día que pasa siendo fiel a ti, ha sido su determinación amarte y estar contigo en las buenas y en las malas, sin importar la adversidad ni la tentación.

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No debes cargar con la culpa de otra persona

Nunca olvides esto, ni permitas que nadie quiera convencerte de lo contrario: Es bien poco lo que puedo hacer para consolarte si eres víctima de la infidelidad de tu pareja, pero sí tengo que decirte lo más importante: si ha ocurrido, NO FUE TU CULPA.

No fue porque hayas dejado de ser bonita o delgada, ni porque hayas descuidado la comunicación. Ni siquiera si lo has tratado mal (a lo que no tienes ningún derecho) eres la causante de su infidelidad. Ese tipo de cosas deterioran la relación, pero no arrojan a tu pareja a los brazos de otra persona. Es él quien se arroja a sus brazos sabiendo perfectamente que lo que hace es enteramente su responsabilidad, y no puede culpar a nadie por lo que haga.

¿Eres tú garantía de fidelidad?

Mi consejo, por duro que suene, es el siguiente: la próxima vez que quieras averiguar la fórmula mágica para garantizar la fidelidad de tu pareja, mejor ponte a escribir lo que harás para garantizarle tú a ti mismo que siempre le serás fiel a tu pareja. Y una vez que lo hayas escrito, ¡compártelo con familias.com!

Si deseas documentarte más sobre el tema, te invito a

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