Si estás maternando y sientes que el mundo se detiene, créeme, así está bien
Disfruta de cada instante, porque el viaje de la maternidad transforma y enriquece tu vida de maneras que nunca podrías imaginar.
Fernanda Gonzalez Casafús
En el viaje de la maternidad, hay momentos en los que el tiempo parece detenerse. Cuando sostienes a tu pequeño en brazos, el mundo se reduce a ese instante, y cada palpitar de su corazón se convierte en una melodía que solo tú puedes escuchar.
Los primeros cinco años de crianza son un torbellino de emociones, desafíos y sacrificios, pero también son una ventana mágica hacia la esencia de la vida. Quiero que sepas, mamá, que si sientes que todo se detiene en ese momento, créeme que así está bien.
En esos primeros años, eres la fuerza motriz que impulsa el mundo de tu hijo. Sus ojos buscan los tuyos en busca de amor y seguridad, y tus brazos son su refugio en medio de un mundo desconocido. Cada sonrisa, cada lágrima, cada paso tambaleante, son momentos que se grabarán en lo más profundo de tu ser.
Puede que haya días en los que te sientas abrumada, exhausta e incluso perdida, pero quiero recordarte que estás construyendo cimientos sólidos para una vida llena de amor y felicidad.
El difícil pero reconfortante camino de la maternidad
La maternidad no es un camino fácil. Hay noches sin dormir, preocupaciones interminables y decisiones difíciles de tomar. Pero también hay abrazos tiernos, risas contagiosas y la sensación indescriptible de ser testigo del crecimiento de un ser humano extraordinario que es tu hijito. Es en esos momentos de quietud y aparente inmovilidad donde el mundo se revela en su máximo esplendor.
Y aunque hoy sientas que tu vida está “frenada”, a medida que tu hijo crece, descubrirás que el mundo no se detiene. Avanza a un ritmo vertiginoso y, a veces, es difícil mantener el equilibrio entre las responsabilidades de la vida y el deseo de detener el tiempo. En medio de las rutinas agitadas, los horarios y las tareas diarias, añorarás esos días en los que tu hijo era un bebé y todo parecía estar suspendido en un suspiro.
En los primeros años, tu presencia y cuidado son esenciales para el desarrollo de tu hijo. Eres su guía, su confidente y su modelo a seguir. A medida que cada día pasa, tu pequeño dar pasos hacia la independencia, explorando el mundo con su curiosidad innata.
Es hermoso ver cómo se convierte en un ser único y maravilloso, pero también es natural sentir cierta melancolía por lo que ya no volverá.
Disfruta estos momentos que no volverán
Pasados los años, cuando el mundo parezca correr a un ritmo acelerado, detén tus pasos y piensa en esos momentos mágicos en los que todo parecía detenerse. Mira atrás y sonríe al recordar el aroma de la piel de tu bebé, los primeros balbuceos, los abrazos apretados y las risas contagiosas. Permítete sumergirte en esos recuerdos y deja que te llenen de amor y gratitud.
Cuando miro hacia atrás, me veo sentada en el piso, jugando junto a mis pequeños de 1 y 3 años; armando bloques, vistiendo muñecos, armando castillos de barro. En ese momento sentía que mi vida estaba detenida. Hoy, a la distancia, y sumergidos en un sinfín de actividades, rememoro ese momento con mucha melancolía. Por eso estoy aquí para decirte:
Mamá, si crees que el mundo se detiene, créeme que así está bien
Está bien pausar el tiempo por un instante para disfrutar plenamente de la maternidad. Está bien permitirte sentir todas las emociones, incluso las que pueden ser abrumadoras. Está bien anhelar esos primeros años, porque eso significa que has amado con toda tu alma y corazón.
No importa cuánto crecerán tus hijos ni a qué velocidad avanzará el mundo, tu amor y tu conexión con ellos siempre serán eternos. Cada paso que toman es un paso más hacia la persona en la que se destruirán, y tú serás su apoyo incondicional en cada etapa del camino.
Así que, mamá, no te preocupes si sientes que el mundo se detiene en estos primeros años. Es un regalo precioso que solo tú puedes experimentar en su plenitud. Permítete vivir cada momento con calma y gratitud. Recuerda que estás forjando un legado de amor y que el tiempo, aunque siga su curso, no puede borrar las huellas imborrables que deja en el corazón de tu hijo.
Mamá, si crees que el mundo se detiene, créeme que así está bien. Disfruta de cada instante, porque el viaje de la maternidad es un viaje que transforma y enriquece tu vida de maneras que nunca podrías imaginar.