Si le das estas herramientas a tu hijo, será un ser humano feliz

Un adulto feliz es aquel que aprendió a comprender que la vida no es un atardecer con nubes negras.

Erika Patricia Otero

¿Eres de los que piensa que para ser feliz se necesita ser millonario? La realidad es que el dinero no da la felicidad total. Sí, es un bien material necesario y otorga muchas cosas que satisfacen las necesidades básicas y no tan básicas. No me ofendería si me ganara la lotería; sin embargo, la realidad es que ser feliz va más allá de ser millonario.

Ser feliz está mucho más ligado a tu condición mental que a lo que consigues como fuente de tu esfuerzo. La felicidad implica hábitos mentales, emocionales y procesos orgánicos de tu cuerpo.

También es cierto que la actitud que tengamos hacia la vida influye mucho en cómo nos sentimos. Tener este tipo de actitud es algo que se aprende voluntariamente y con el tiempo se convierte en un hábito.

Desde luego, muchas de las cosas que vivimos influyen en cómo nos sentimos. Los niños se ven particularmente afectados por esto. Por esta razón, debemos enseñar a nuestros niños a que tengan por hábito ser felices a pesar de sus circunstancias.

¿Cómo se le enseña a un niño ser feliz?

Estoy segura que tu hijo aprenderá a ser feliz según el ejemplo que reciba de ti.

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La realidad es que aprendemos todo (lo bueno y lo malo) del ejemplo que recibimos en casa. Pasa con el amor, las mentiras y la felicidad. Sí, a ser feliz también se aprende.

El mejor ejemplo que puedes dar a tu pequeño es cuidar lo que dices y tu actitud ante la vida. ¿Cómo se hace? bueno, hay varias maneras.

1 Explícale la naturaleza de los acontecimientos de la vida

Nada obtienes con ocultar a tu hijo las cosas que ocurren en la vida. Tu niño de 5 años ya es lo suficientemente consciente de las cosas que pasan a su alrededor.

Habla con honestidad sobre la muerte, el nacimiento, los problemas económicos, problemas familiares, etc. Esto hará que el niño poco a poco sepa cómo es la vida en general.

2 Ayúdale a entenderlos y afrontarlos

Una cosa es explicar un evento como la muerte, por ejemplo, y otra enseñarle a procesarlo.

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Hay dos formas de afrontar los acontecimientos de la vida: con angustia o resiliencia.

Alguien que recibe una mala noticia con angustia, va a sufrir mucho más que quien la recibe con resiliencia.

Si enseñas al niño que los problemas son sucesos inevitables, más no eternos ni irresolubles, su actitud será optimista. Pasará lo contrario si pierdes el control de tus emociones y te embarga la amargura y la tristeza.

Como ves, no es cuestión de ocultarle los problemas, sino de enseñarle a darle la cara a la vida.

3 Enséñale a ser agradecido

Yo aprendí hace unos años que ser agradecido cambia por completo la actitud que tienes hacia la vida.

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Tenemos muchas cosas por las cuales ser agradecidos. Tener un hogar, una familia, alimentos y salud son unas de las cientos de cosas por las cuales sentirnos felices.

Cuando enseñas a tu hijo a ser agradecido, lo haces consciente de sus bendiciones. Si bien puede que no tenga todo lo que desea, tiene cosas que muchas otras personas no poseen.

4 Incúlcale la acción de servir

Servir al prójimo le ayudará a volverse alguien empático.

La empatía es la capacidad que tienen algunos seres humanos para “sentir” lo que otras personas sienten.

Siempre, y bajo tu supervisión, incentiva a tu hijo para que haga cosas para otras personas de manera desinteresada. Recoger la basura del jardín del vecino, regar las plantas, ayudar a alguien necesitado dándole agua o comida; esas acciones le ayudarán a ver que puede hacer mucho más que lamentarse de la desgracia ajena.

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Ser empático no es más que sentir y ponerse en el lugar de alguien que pasa angustias. No es igual a sentir lástima; no es bueno sentir pesar del sufrimiento de nadie, en su lugar si puedes ayudar, hazlo.

5 Diviértete con tu hijo

Un niño valora mucho el tiempo que pasa divirtiéndose con sus padres. Ya se trate de ver una película, comer un helado o una caminata al aire libre; un niño disfruta mucho de esas pequeñas aventuras.

No necesitas grandes cantidades de dinero y tiempo; necesitas interés genuino por pasar tiempo con tu hijo.

Incentívalo también a jugar con otros niños si no tiene hermanos. El juego con otros pequeños le ayudará a establecer vínculos de amistad que pueden ser duraderos; además, a la larga pueden ser soporte en momentos de dificultad.

6 Enséñale sobre la belleza de las cosas pequeñas

Un niño que disfruta de las cosas pequeñas, será capaz de apreciar cualquier cosa bonita que llegue a su vida. Así aprenderá que cada día puede estar colmado de cosas maravillosas de las que podrá disfrutar y sacar provecho.

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Cuando enseñas a tu hijo a procesar de manera adecuada las circunstancias de la vida, le estarás dando herramientas para que sea un adulto equilibrado y con una gran conciencia social y de sí mismo.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.