Si quieres un hijo exitoso deja de repetir estos patrones
Lo mejor que se puede hacer por los hijos es hacerse cada vez menos indispensables. ¿Estás llevando a tu hijo por el camino del éxito?
Danitza Covarrubias
Muchas veces cuando pensamos en cómo ser excelentes padres, ponemos en mente todo lo que deseamos darles a nuestros hijos. Juguetes, buena ropa, zapatos, educación. Pensamos también en darles amor y formación, incluso pensamos en brindarles principios religiosos. Pero, ¿alguna vez se te ha ocurrido que darles tanto podría no ser tan bueno?
Aquí te mostraré un poco aquellas cosas que podrían ser contraproducentes para el desarrollo en tu hijo y su éxito en la vida.
1 Comprarles todo
Muchas veces, especialmente cuando ambos padres trabajan muchas horas, suelen pensar en que esos recursos económicos también son para darle amor a los hijos. Y así, al ir a la tienda, cuando los hijos piden una y otra cosa, los padres terminan por comprarles todo. Todos los juguetes, toda la ropa, todos los zapatos, todos los dulces. Todo lo que piden.
Cuando a los hijos se les da todo lo que piden, no pueden contrastar con el no tener. No saben entonces valorar lo que sí se les da. Cuando las personas no pueden valorar lo que sí hay, tampoco podrán valorar el esfuerzo para obtenerlo. No tendrán capacidad de tolerar la frustración, y se rendirán pronto. Y nadie quiere ello para su hijo.
2 Cuando el amor se traduce en atenderlos
Muchas madres han aprendido, por su propia experiencia con sus madres, que el amor es atenderles. Se convierten en sus fieles esclavas y les sirven todo: el agua, la comida, les preparan la ropa, les limpian lo que tiran, y mucho más.
Esto tiene una lógica en los primeros meses y años de vida, cuando el niño no tiene la capacidad de hacerlo por sí mismo. Poco a poco, conforme van creciendo, se les deja de atender en cosas lógicas, como limpiarles el pañal porque ya pueden ir al baño. También en darles de comer en la boca, porque ya pueden hacerlo por sí mismos.
Pero hay cosas que después no se dejan de hacer, como hacerles de comer, lavarles la ropa, limpiar la casa, pagarles sus cosas. Traducimos automáticamente que es darles atención, amor, y que es un deber. Pero hay una edad en la que los hijos deben desplegar sus alas y volar su vuelo. Cuando les enseñamos a que pueden bastarse por sí mismos, le estaremos dando grandes herramientas para el futuro.
3 Cuando imponemos nuestro criterio
Hay un tipo de formación en la que los padres son dictatoriales e imponen todo. Qué deben ponerse de ropa, qué juego jugar, o qué comida pedir en el restaurante. Todo absolutamente lo deciden por los hijos.
Cuando eso sucede, los niños pierden totalmente la capacidad de decidir, de estar en contacto con sus propios gustos, deseos y necesidades.
4 Darles demasiada libertad
Hay otro tipo de formación en la que los padres dejan que sus hijos tomen todas las decisiones. Todo lo deciden los hijos, y cuando eso sucede se sienten perdidos, sin nada que los guíe y los contenga. Sin un referente.
Y entonces, ¿cómo educar y formar a los hijos?
Que generen sus propios recursos económicos
No les compres todo. Permite que haya cosas que no tengan para que aprecien lo que sí tienen. Permite que puedan ir logrando ahorrar, en una alcancía.
Pueden también hacer labores como lavar el auto, y ganar unos cuantos pesos para lograr obtener lo que quieren. Que tracen un objetivo y trabajen para conseguirlo.
El amor como nuevo significado
Que el amor no sea significado de servirles, sino de acompañarlos, enseñarles a hacer por sí mismos cosas. Eso les unirá en su relación, y además aprenderán a ser autónomos, involucrando a todos en las actividades diarias de responsabilidad; haciéndolos parte del logro de mantener la casa ordenada, de tener la comida hecha.
Buscar la reflexión y escuchar
Cuando haya una decisión que tomar, es importante escuchar su opinión. Hacerles preguntas que les hagan pensar, que les hagan reflexionar y tomar decisiones más adecuadas. No solo es que decidan, sino poder reflexionar respecto a las decisiones.
Será bueno que puedan detectar por una parte su propio gusto y necesidad, y por otra, el contexto en el que se aplicará se decisión para saber si es adecuada. También en qué temas pueden decidir, y en cuáles no; tomar incluso riesgos como experimentación, y observar las consecuencias y resultados.
Darles libertad adecuada a su edad
Hay temas en los que los hijos no pueden decidir; no están en edad, o simplemente no tienen capacidad puesto que no poseen los recursos ni los conocimientos.
También hay áreas en las que no pueden decidir porque no es su lugar, no les corresponde. O hay circunstancias específicas en las que la decisión la toma alguien más. Los hijos deben saber ello, y comprender cómo funciona la dinámica familiar.
El objetivo final
La mejor manera de formar a los hijos es generando autonomía y capacidad de éxito; de acuerdo a cada edad, enseñándoles a ser autosuficiente, no solo en lo que van logrando por su desarrollo corporal y físico, sino por las tareas que logran aprender, las decisiones que deben tomar.
Como dice la frase, “lo mejor que se puede hacer por los hijos es hacerse cada vez menos indispensables”. Así, cada vez ellos se van haciendo cargo de su propia vida, y de su propio destino.