Si vas a amarme, ámame así
Si vas a amarme, ámame así, no intentes cambiarme. Que en tu reflejo pueda mirarme, entera, y pueda amarme tanto como tú me ames.
Danitza Covarrubias
Cuando se trata del amor, solemos imaginar una relación perfecta. Sin peleas, sin discusiones, sin diferencias. La verdad es que la vida y el amor implican lo mismo. Dolor, muerte, transformación. El reto es vivirla completa, con toda su luz, y con todas sus tinieblas.
El “amor” seguro
Muchas veces en las relaciones deseamos seguridad, certezas y que todo vaya bien. Cuando no es así, nos peleamos o definitivamente nos separamos.
Muchas veces pensamos o decimos “esa persona no es para mí”, esperando que llegue la mitad perfecta que embone. En realidad, esto es solo un cuento de hadas. Cuando estás incompleto y deseas que alguien más llegue a llenarte, solo tienes vacíos personales en los cuales trabajar como persona.
No hay nadie que pueda llenar estos vacíos. Solo tú eres responsable de trabajar en ellos. Y es posible a través de la vida en pareja, si ambos trabajan en ello.
El pareja como camino espiritual
El vivir en pareja en realidad es un camino espiritual si decides vivirlo así, donde el otro no tiene que cambiar para acomodarse a ti. Sino donde tú, a través de los movimientos internos que genera la vida en pareja, logras entrar a tus partes oscuras y transformarlas en luz para ti y para la relación misma. Este es el hermoso trabajo de crecimiento al que estamos todos llamados, en vida de pareja, o individualmente.
La pareja facilita este camino al ser el espejo a través del cual nos podemos mirar. Pero todo el mundo es un espejo, cada relación, cada miedo, cada dolor, es el espejo a través del cual podemos mirarnos para crecer.
El valor de vivir y amar
Tener la valentía de vivir plenamente implica amar intensamente. Ambas conllevan a momentos que invitan a crecer a través de la confrontación, de mirar las propias partes oscuras que nos cuesta aceptar y transformar. Aceptar nuestra propia humanidad y capacidad de errar. Tocar nuestra vulnerabilidad en la entrega hacia el otro, y en tomar al otro en tu vida.
Mirar cómo cada cosa que normalmente categorizaríamos como negativa, trae de regalo algo positivo. La vida se abre paso, y así también el amor si puedes mirar cómo surge en el caos.
Como bien dicen las leyes de la física, incluso en el caos hay cierto orden en el cual no estamos invitados a comprender. Sin embargo, es en ese caos que podemos descubrir la maravilla de estar vivos.
Las promesas en la relación
Los votos matrimoniales son una fuerte promesa que pocos logran cumplir. En realidad, la promesa pudiera parecer que habrá amor y acompañamiento incondicional y eterno.
Sin embargo, es importante saber que también habrá momentos de severa dificultad. Que tal vez haya momentos en los que ambos tomarán distancia, su propio espacio, para poder regresar a la pareja más fortalecido, más entero para darse al otro.
Comparto una carta de amor que comparte un poco estas ideas:
Si vas a amarme, ámame así. Con este cuerpo. Con las líneas que marcan los tránsitos en mi vida que dejaron huella. Con las marcas de las risas, y de las lágrimas. Con los kilos extras del peso que llevo a cuestas. Con mis ojos mirándote, brillando, y a la vez dejándote mirar de fondo mi historia detrás que asoma un poco de dolor. Con las manos entrelazadas que acompañan en el andar.
Si vas a amarme, ámame Así, con todo el camino recorrido. Con el pasado vivido y comprendido. Con las historias que aún atormentan. Con los éxitos que aún celebra mi alma. Con los retos que aún no logro. Con las derrotas que todavía lloro. Con la fuerza de levantarme cada día.
Si vas a amarme, ámame así. Con toda mi imperfección. Con los errores de la vida compartida. Con las consecuencias del futuro. Con la lucha interminable por aprender, crecer y ser mejor. Con los demonios que acechan. Con los ángeles que acompañan.
Si vas a amarme, ámame así. Como el espejo que represento en la vida. Reflejándote a ti todo lo que amas, y todo lo que odias de ti mismo. Con lo que te cuesta de la vida, y lo que te hace permanecer en ella. Con el reflejo del amor y de los vacíos que llevas dentro. Que en mi reflejo puedas mirarte, entero, y puedas amarte tanto como yo quiero amarte.
Si vas a amarme, ámame así. Como el espejo que eres para mí. Reflejándome todo lo que amo, y lo que odio. De mí, de la vida, del mundo. Con lo que me duele y lo que me llena de fuerza. Con el reflejo del amor que me creó, y los vacíos que aún llevo dentro. Que en tu reflejo pueda mirarme, entera, y pueda amarme tanto como tú me ames.
Si vas a amarme, ámame así, no intentes cambiarme. Porque yo quiero amarme. Porque no quiero que tú desamor haga que me pierda. Porque quiero que tu reflejo me haga mirarme más profundamente. Porque en tu reflejo quiero encontrar el camino para abrazarme. Desde mi luz hasta la oscuridad íntima más infinita. Porque tu amor puede ser el camino que me haga falta.
Si vas a amarme, ámame así. Infinitamente. Que esta vida no baste. Que el tiempo no sea suficiente, y a la vez, que nos sacie el instante. Que momento a momento podamos maravillarnos y amarnos. Que tu vida y la mía sean el milagro vivo del amor.
Si vas a amarme, ámame así, sin más. Porque el amor, es luz que da vida.
Anónimo.
Si vas a amar, ámate
Nadie da lo que no tiene.
Para poder amar en una relación de pareja, es importante que te ames. Que aprendas a abrazarte con todas tus imperfecciones, y con la maravillosa capacidad de mejorarte a tí mismo cada día. Con esos votos y promesas de amor hechos a ti mismo, donde eres responsable de cuidarte, en la salud, en la enfermedad, de darte lo que necesitas.
Y desde ahí, sólo desde ahí, puedes compartirlo con alguien más.
Que el amor en tu pareja, y en todas tus relaciones, sean el camino que te lleve a transformarte. Que sea el camino siempre para amarte.