Siete pautas para identificar a un niño víctima de acoso escolar
"Ojo por ojo y todo el mundo quedará ciego", dijo Mahatma Gandhi. Hoy somos testigos de cómo los niños acosan a sus compañeros, hasta llevarlos a veces incluso a la muerte.
Camila Ignacia Gómez González
Estamos siendo testigos de un fenómeno que cada día nos envía más señales de alerta de que, como padres, algo estamos haciendo mal: el bullying, o acoso escolar; que se ha vuelto un tema bastante abordado en los medios de comunicación, gracias, sobre todo, a que algunos padres han alzado la voz porque sus hijos han sido víctimas de golpes y de burlas que les han dejado cicatrices que les llevará años poder sanar. A este respecto, algunas preguntas claves son: ¿estamos enseñando el respeto por el prójimo a nuestros hijos?, ¿qué le decimos a un niño que, lejos de ser víctima, ha comenzado a ser agresor?, ¿a quién acudimos?
En este artículo intentaré dar algunas pautas que presentan las víctimas de acoso escolar; si sospechas que tu hijo tiene alguno de estos síntomas, quizás es tiempo de consultar con un psicólogo infantil, para que pueda orientarte en los pasos a seguir:
1
Tu hijo de pronto manifiesta rechazo absoluto a ir al colegio o a lo que tenga relación con él.Lógicamente esto sucede como un método de defensa: es una manera de evitar a los agresores y el sufrimiento que produce ser humillado de manera constante. El rechazo a todo lo que tenga relación con la escuela se debe a que se trata del vínculo en el que son víctimas de abuso.
2
Siempre demuestra tener fatiga o falta de energía
Ya no se muestra interesado en actividades que antes realizaba con regularidad; salir con amigos tampoco parece ser una opción de entretenimiento para él.
3
Se ha vuelto ansioso
Si te das cuenta que de pronto tu hijo ha comenzado a comer en exceso o, por el contrario, pierde por completo el apetito, es una manera de demostrar que algo anda mal y que está desarrollando un cuadro de ansiedad importante.
4
Malestares persistentes
Si comienza a manifestar dolores de cabeza, cólicos o cuadros digestivos que parecen no ceder a ningún tratamiento, es una clara señal de que la razón de esos dolores muchas veces fingidos tiene un trasfondo que debemos descubrir, cuanto antes, con la ayuda de un especialista.
5
Irritabilidad
Si observas que en su conducta diaria está irritable, con constantes cambios de ánimo, puede resultar una evidencia de que el niño o adolescente se encuentre enfrentando un cuadro de depresión que no sabe cómo manifestar de otra manera.
6
Dificultad para concentrarse
Tareas que antes le eran fáciles de realizar, inesperadamente se le vuelven una odisea por la falta de concentración, por lo que debes preguntarle una y otra vez las cosas.
7
Insomnio o exceso de sueño
Si por las noches está enfrentando dificultades para conciliar el sueño o, en el otro extremo, manifiesta estar siempre cansado, y quiere estar durmiendo cuando antes prefería realizar otro tipo de actividades, también es una señal importante de alerta.
Lamentablemente, muchos de estos síntomas no son tomados en cuenta por algunos padres, y no son pocos los niños que han acabado suicidándose, porque no estuvieron dispuestos a seguir siendo objeto de burlas o matonaje (bullying en Chile) por parte de sus compañeros. Por este motivo es que te invito a SIEMPRE estar alerta, a conversar con ellos acerca de su día, a darle la importancia real a los “pequeños” problemas que pueden sufrir; recuerda que, como adultos, tendemos a minimizar las emociones y lo que para nosotros puede ser casi insignificante, para un niño puede significar que el mundo ha sido destruido.
Sin duda alguna es nuestra responsabilidad comenzar a enseñar a los niños el respeto por el otro. Muchos de nosotros somos culpables de inculcar en nuestros hijos nuestros propios miedos o prejuicios, como la homofobia, el racismo, la xenofobia, etcétera; por lo mismo, es tiempo de comenzar a conversar con ellos y a explicarles que TODOS merecemos respeto y que nuestra vida tiene un valor incalculable, por lo que nadie es mejor que otro para comenzar a criticar por cómo luce o por lo que hace. Algo que siempre debemos intentar cuando ellos son los que están realizando alguna mala acción, es preguntarles “¿qué pasaría si te lo hicieran a ti, te gustaría?”. La empatía es el mejor aliado en este tema, y lograr que nuestros hijos la desarrollen hoy parece ser nuestro mayor reto como padres.