Sin esperanzas por parte de los médicos, esposo la desconecta del respirador artificial; pero ella mueve la boca y le dice algo al oído

Luego de 12 días en coma, esta familia y los médicos de esa clínica, sufrieron el shock más grande de sus vidas...

Zaida Libertini

Steven Pellettiere-Swapp es un hijo muy agradecido por la vida y salud de su madre, ya que hace sólo un par de meses, se vio en la amarga situación de tener que despedirse de ella al pensar que estaba clínicamente muerta.

Pero afortunadamente, y para sorpresa de todos, su madre Lyndee había tomado la decisión de luchar por seguir viva.

Una tragedia

Todo comenzó una mañana cuando Steven encontró a su madre inconsciente en su hogar. Rápidamente llamó a emergencias y Lyndee fue trasladada al hospital más cercano. Lamentablemente, los doctores no pudieron hacer nada y Lyndee pasó a un estado de coma por 12 largos días.

Durante esos días, toda la familia de Lyndee esperaba un milagro que la despertara. Su esposo, su hijo Steven, su hija Amanda, y otros familiares y amistades no perdían las esperanzas; no dejaban su lado y hablaban con ella urgiéndola a despertar. Su sobrina le leía libros con el deseo de que su tía despertara, reporta el noticiero CBS 5.

Las palabras mágicas de su esposo

“Necesito que luches” son las palabras que su esposo le repetía constantemente. Lamentablemente a pesar de sus deseos, los familiares de Lyndee tuvieron que escuchar las terribles noticias de los doctores.

Lyndee estaba clínicamente muerta,

no había nada más que pudieran hacer por ella y debían decidir desconectarla del respirador artificial para dejarla ir en paz.

Con todas las esperanzas perdidas, y para lograr preservar sus órganos, ya que Lyndee en vida había expresado su deseo por ser una donante, tomaron la terrible decisión de despedirse de ella y desconectarla.

Antes de que el fatal proceso comenzara

Antes de comenzar el proceso, los doctores explicaron a los familiares que al ser desconectada, Lyndee podria emitir sonidos, igualmente explicaron en detalle cómo sería el proceso en que ella se iría, según lo reporta Little Things. Uno a uno, su esposo y sus hijos ofrecieron palabras de despedida, “necesito que luches” el le volvía a repetir.

Lo más inesperado

Inexplicablemente y para sorpresa de todos, en lugar de hacer sonidos e irse lentamente, Lyndee logró pronunciar las palabras “Soy una luchadora”. Los doctores en la sala y su familia quedaron en shock. Lyndee había revivido justo en el momento que la habían desconectado de la asistencia para respirar.

Lyndee se recuperó rápidamente, y ahora vive para contar la historia desde su propio punto de vista.

Consciente en coma

Ella asegura haber estado alerta durante todo el tiempo que se mantuvo en coma, escuchando a los doctores y a sus familiares hablar dentro de su habitación.

Durante los 12 días, Lyndee intentaba desesperadamente hablar, “En mi mente era claro lo que yo estaba diciendo, pero no era para nadie más porque nadie me escuchaba”, comenta Lyndee. También recuerda cuando los doctores la examinaban y abrían sus ojos revisando sus pupilas, para luego comunicarle a su familia que ella no tenía ningún signo vital.

“Yo no siento que fue un milagro, pero todos los demás lo ven así”, son los comentarios de Lyndee. Ciertamente, para su familia sí fue un regalo divino, y ahora no desperdician el tiempo que les quede junto a su madre. “Todo puede cambiar, un día te despiertas y tu vida puede ser un desorden; mantén a tu familia cerca y nunca los dejes ir”, nos aconseja Steven.

¿Lo que Lyndee nos aconseja después de su experiencia?

“Solo porque estés inconsciente no significa que no puedes escuchar, habla con tus seres amados si están en esa situación, te están escuchando”.

Ciertamente Lyndee y su familia ahora valoran cada día que pueden disfrutar juntos. Nunca sabes cuando tu vida o la de tus seres queridos puede cambiar, abraza a tus familiares hoy y diles lo mucho que lo amas, ya que quizás, no todos tendremos una segunda oportunidad como la tuvo esta afortunada familia.

Zaida Libertini

Zaida Libertini es originaria de San Pedro Sula, Honduras y actualmente reside en el estado de Utah, Estados Unidos. Escribe por placer y es ama de casa, esposa y madre de un pequeño de cinco años.